¿Así afrontaremos a Trump?

Por Humberto Musacchio

Por Humberto Musacchio

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 31 de diciembre 2025.- Dicen que quien habla mucho se equivoca mucho. Pero en México eso parece que no importa. Lo demuestra el sexenio de AMLO, cuya verborragia ofrecía el paraíso para, finalmente, dejar un saldo que lo muestra como uno de los presidentes más ineptos de nuestra historia, pues se retiró —si es que se ha retirado— dejando el país en manos de las bandas criminales, con el sistema educativo seriamente dañado y el de salud destruido, con las arcas nacionales vacías e inconclusas todas sus obras materiales, salvo, tal vez, el CHAIFA, como se conoce popularmente al Aeropuerto Felipe Ángeles.

Pese a lo anterior, se insiste en afrontar con palabras los muchos y muy graves problemas heredados y los nuevos y no menos graves que hoy presenta la relación con Estados Unidos. Para afrontar el formidable vendaval, no basta con las mañaneras, sino que, en la circunstancia presente, el verbo no resuelve ni convence, sino que crea nuevos problemas y agrava los ya existentes.

La razón por la que Petro tuvo que recular es que casi 30% de las exportaciones colombianas va a Estados Unidos, lo que es decisivo en el trato con el gigante de Norteamérica. Pero con el fin de documentar nuestro pesimismo, cabe recordar que 80% de las exportaciones mexicanas tiene como destino al vecino del norte.

En esta situación, de poco sirve hacer frente a las salvajadas de “nuestros buenos vecinos” con palabras. Es más, si se insiste en hablar cada día durante horas, en la mañanera y en las giras presidenciales, lo más probable es que en cada discurso, saludo o exposición se cuele algún dicho inconveniente que entorpezca negociaciones o abra nuevos frentes.

Lamentablemente, la gran apuesta del neoliberalismo fue sepultar el proteccionismo, sello del llamado “desarrollo estabilizador” que le dio al país seguridad monetaria y altas tasas de crecimiento económico durante no pocos años, lo que propició una movilidad social sin precedente. Pero llegaron los gobiernos neoliberales y su bandera fue aprovechar la cercanía con el mercado gringo y enchufar a México con Estados Unidos mediante el Tratado de Libre Comercio, que efectivamente ha multiplicado las exportaciones, pero no ha resuelto el problema de la pobreza ni aquí ni allá.

Hoy, la República se encuentra bajo la amenaza de una intervención militar y de nada sirve echar mano del Himno Nacional, herencia de Santa Anna e imposición del dictador Porfirio Díaz, ni hablar de la grandeza de nuestra historia o de gestas superadas por el tiempo. Lo procedente es prepararse para lo peor, hablando poco y con la verdad, para que cada mexicano sepa bien a bien en qué situación nos encontramos y qué se espera de cada uno.

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