Periodistas Unidos. Ciudad de México. 23 de agosto de 2022.- Hay una enorme diferencia entre lo que se dijo en la Verdad Histórica– en realidad histérica-, las indagaciones posteriores que fueron situando cómo se manipularon las averiguaciones en diversas partes de Guerrero, a lo que presentó el subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas: fue un Crimen de Estado.
Ello porque en este caso, hubo una colusión y concertación de grupos de narcos (Guerreros Unidos) y una gran cantidad de dependencias federales, desde las inútiles y muchas veces criminales policías municipales y estatales hasta llegar a la Procuraduría General de la República y el Ejército.
La institución armada, en la cual hay corrupción y no se habla de ello, tenía infiltrado a Julio César López Patolizn, entre los estudiantes y además, algo que ya sabíamos, jefes del vigésimo séptimo Batallón del Ejército estuvieron al tanto de los trágicos acontecimientos. Incluso drones de la Marina supieron del asunto.
Es decir, la orquestación contra los adversarios de un régimen fue llevada a cabo sin piedad, algo que ya habíamos visto en 1968 contra los estudiantes y ciudadanos en Tlatelolco. Aunque en el caso de los 43 se hizo sin que ellos fueran a poner en riesgo el mínimo tránsito político del momento.
Lo que demuestra, claramente, que la represión y el aniquilamiento de los adversarios y opositores del PRI fue la mecánica para acallar al máximo cualquier inconformidad al régimen que ha posibilitado el enriquecimiento desmedido del uno por ciento de la población, la utilización de todos los órganos que deberían proteger la vida de los individuos para el apoyo a unos cuantos y la protección a los delincuentes de diverso tipo, los cuales, muchos de ellos están, por desgracia, en el servicio público.
Después de la represión y asesinato de los 43, han eliminado a 77 personas más, entre ellos a Mario Casarrubias Salgado, un actor importante en la acción siniestra llevada a cabo el 26 y 27 de septiembre de 2014.
Hasta el momento, por necesidad de la justicia, hay posibilidad que si en realidad funciona la Fiscalía General de la República, a cargo del súper ineficiente Alejandro Gertz Manero, se puedan investigar y castigar a decenas de personas. Entre ellas no se incluyen ni Enrique Peña Nieto, según dijo Encinas.
Pero tal vez en las indagaciones surjan pruebas que hasta este momento no se tienen, ya que la investigación del GIEI continúa.
Se aseguró que ninguno de los 43 está vivó, lo que creó un desaliento y cierta indignación de los padres de los muchachos, el abogado, Vidulfo Rosales, y el Centro Agustín Pro.
Pero no debemos bajar la guardia, ya que lo realizado es algo que muestra cómo el PRI y sus aliados ha combatido a la oposición desde siempre: a sangre y fuego.
Es cierto que ya se detuvo al hampón electoral y político de Jesús Murillo Karam. Y esa puede ser la hebra que bien jalada posibilite que muchos caigan, incluso los hombres que en la secretaría de Gobernación debieron, por necesidad, conocer la maquinación contra los jóvenes normalistas
La democracia mexicana ha sido una falsedad hace muchas décadas.