Banca de Desarrollo en extinción

Foto: Cuartoscuro

Por Gregorio Ortega

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 12 de marzo de 2019.- Transformar puede ser benéfico o perjudicial. Purificar es una constante y es una actividad que no debe ser estática. Es una inmersión para regresar a la superficie renovado, con ideas novedosas, actitudes positivas, movimiento siempre hacia adelante.

Pero cuidado, la purificación obsesiva es perjudicial porque tergiversa los objetivos de los proyectos, las instituciones o las personas a las que no era necesario someter a ese rito para-religioso, similar al bautismo o a las iniciaciones tribales.

En el ámbito político y social, ¿puede purificarse el dinero? Supongo que equivale a desear la purificación del poder, perdida e imposible de restaurarse desde el momento en que los gobernantes recibían el santo y seña por designio divino. Ahora ese rito quedó depositado en las urnas electorales y en la rectitud de quienes cuentan los sufragios. Siempre es posible torcer la voluntad del pueblo, si no pregunten a Manuel Bartlett.

Muhammad Yunus tiene la certeza de que el dinero puede y debe purificarse, casi de la misma manera que las narco-limosnas suponen servir de puente entre los narcotraficantes y la divinidad. Creó el Grameen Bank hace más de dos décadas, es un éxito, tanto y tan estudiado, que a AMLO, nuestro presidente constitucional, se le ha metido entre ceja y oreja que las instituciones que funcionan como banca de desarrollo en México (Nafinsa, Bancomext y Banobras) se purifiquen y asuman las funciones del banco creado por el señor Yunus. ¿Es posible?

El Estado y sus gobiernos lograron depurar y perfeccionar las funciones de la banca de desarrollo, y prácticamente resuelven su funcionamiento financiero por administrarse con pulcritud, pero parece que viene la andanada de acusaciones sobre la corrupción en esas instituciones.

Si Yunus tiene la firme convicción de que el dinero puede y debe purificarse, veamos qué opina de ello Yuval Noah Harari en Homo Deus, donde deja claro al lector que sólo es un instrumento del poder, pues sin papel moneda nada se mueve, ni siquiera las voluntades de los que buscan afanosamente la manera de regenerar al mundo, refundarlo todo.

Las sociedades modernas y posmodernas llegaron al extremo de sustituir su representación de las deidades por el dinero, y éste a su vez empieza a ser sustituido por la información y el conocimiento, datos o algoritmos o secretos a los que sólo acceden unos cuantos.

El dinero puede ser considerado sucio, sí, pero ayuda a resolver muchos problemas, y no debe ser purificado. Si su uso ha de ser otro, el origen debe ser distinto y novedoso, no pueden destruir la banca de desarrollo para servirse del dinero con otros propósitos. Así no hay purificación posible.

@OrtegaGregorio

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