Buscan lacayos para el INE

Por Humberto Musacchio

Foto: Cuartoscuro

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 20 de marzo de 2020.– Era de suponerse, pero no por eso deja de ser indignante. La selección —que no elección— de cuatro personas para investirlos como consejeros del INE empezó muy mal, pero avanza peor, porque para esos cargos se buscan lacayos del poder presidencial, no ciudadanos independientes y conocedores del tema.

En los círculos oficiales, el relevo de Pamela San Martín, Benito Nacif, Marco Baños y Enrique Andrade, actuales consejeros del Instituto Nacional Electoral, se considera una oportunidad dorada para encumbrar a servidores fieles del orden actual, a meros servidores del interés morenista, a simples levantadedos carentes de argumentos y de vergüenza.

Desde el principio, el proceso de sustitución ha estado manchado por varios incidentes. Para empezar, el actual gobierno federal no ha ocultado su animadversión por la cúpula del INE. Por supuesto, no se trata de ángeles, sino de seres humanos con intereses que no se limitan a los asuntos electorales. Cada uno piensa con su propia cabeza y muchas de sus decisiones e inclinaciones suscitan sospechas y desacuerdos.

Lo peor, sin embargo, sería tener un árbitro electoral en todo y por todo de acuerdo con quienes gobiernan, pues, cuando eso ha sucedido, el desprestigio ha sido para la institución y no sólo para los consejeros que han incurrido en actitudes que son o parecen complacientes con el poder (el de antes). Pero, por lo visto, hoy la historia no tiene buenos discípulos.

Hasta ahora, los consejeros eran nombrados por la Cámara de Diputados a propuesta de los grupos parlamentarios, sin embargo, para blindar al Señor del Gran Poder se resolvió formar un Comité Técnico de Evaluación de Aspirantes a Consejeros del Instituto Nacional Electoral, integrado por personas que NO son especialistas en asuntos electorales, como es el caso de la respetabilísima Silvia Giorguli, actual directora de El Colegio de México; la brillante politóloga e internacionalista Blanca Heredia, especialista en asuntos educativos; la jurista Laura Magaloni; ese gran señor del derecho que es Diego Valadés, y la reportera de asuntos laborales, Sara Lovera.

Otro miembro del comité, José Roldán Xopa, por lo menos tiene dos libros editados por los órganos electorales, aunque su experiencia académica y como funcionario público está en otras áreas. Uno más, quien funge en el periodismo y los medios electrónicos como pistolero intelectual de la 4T es John Ackerman, sumo sacerdote de la ortodoxia pejista y Savonarola dispuesto a prender fuego a todo disidente.

Si se consideró necesario ese comité, por lo menos lo hubieran integrado con ciudadanos experimentados en asuntos comiciales. Candidatos aptos en la especialidad hubieran sido los exconsejeros electorales del IFE y de los órganos de cada estado, pero se fueron por la fácil, llamando a quienes gozan de merecida reputación, sí, pero ganada en otras áreas.

Por lo pronto, uno de los aspirantes a consejero del INE, Miguel Eraña, académico de la Universidad Iberoamericana, decidió abandonar el proceso por las “distorsiones y faltas graves” cometidas por el Comité Técnico de Evaluación, que no acató las cuatro etapas ordenadas por la Cámara de Diputados y que, en lugar de la cita pública prevista, se optó por establecer una cita grabada, sus “criterios opacos y sesgados”.

Mucho más grave es que, al hacerse la primera selección de aspirantes y reducir la lista a sólo 60, el Comité ha dejado fuera a Jorge Alcocer Villanueva, por mucho el mayor especialista en asuntos electorales, pues fue representante del Partido Mexicano Socialista y luego del PRD ante la Comisión Federal Electoral; asesor de Jorge Carpizo en la reforma electoral de 1994, subsecretario de Desarrollo Político de la Secretaría de Gobernación (1998-99), maestro en derecho electoral por la UNAM, fundador de Nuevo Horizonte Editores, firma especializada en obras sobre temas electorales; fundador y director de la revista Voz y Voto, articulista del diario Reforma, especializado en temas comiciales, así como coordinador y autor de una decena de libros sobre los mismos asuntos.

Por mucho, Alcocer Villanueva era el mexicano más calificado en el tema. Pero Ya Saben Quién no busca funcionarios eficientes. Quiere simples lacayos. Los tendrá.

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