Celeste Batel; dos recuerdos significativos

Por Carolina Verduzco Ríos

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 23 de octubre de 2021.- Ajena a todo afán de lucimiento político, Celeste Batel, compartió con su compañero de vida, Cuauhtémoc Cárdenas, su compromiso con diversas luchas. En 1988, cuando se realizó la primera movilización por el asesinato, la noche del 20 de agosto de 1988, de Ernesto del Arco Parra, José Luis García, Jesús Ramos y Jorge Flores, los jóvenes estudiantes que se encontraban repartiendo volantes en contra del fraude electoral de aquel año, llegaron a las manos de los manifestantes unos banderines negros. ¿De dónde habían salido esos estandartes de duelo y de denuncia? Sólo lo sabían Celeste y quienes junto a ella habían trabajado durante la noche anterior para producirlos artesanalmente y luego, con la mayor discreción, los habían distribuido.

Su sensibilidad y disposición a participar fuera de los reflectores fue una de sus mayores características.

Para el colectivo del semanario Corre la Voz, del que fui su directora, fue un enorme estímulo haberla visto sumarse unos minutos a una acción simbólica de solidaridad que consistió en distribuir personalmente nuestro periódico, afuera de la Librería Reforma, el 5 de junio de 1993, al terminar una conferencia de prensa que realizamos en la Librería Reforma en compañía de diversas personalidades periodistas de otras publicaciones para denunciar la persecución de la que eran objeto los distribuidores de dicho semanario.

Recuerdos como éstos, que hablan del compromiso político y la solidaridad de Celeste, sin intereses protagónicos, son inolvidables.

 

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