Cienfuegos nos dominan + Podcast

Foto: Foto: David Luna / FotorreporterosMx

Por Jorge Meléndez Preciado

            Periodistas Unidos. Ciudad de México. 20 de noviembre de 2020.- Cuando iba a presentarse ante la jueza Carol Bagle, en Brooklyn, Nueva York, para continuar el proceso en el que antes se había declarado “no culpable”, como dicen los anglos, o inocente coloquialmente acá, el ex secretario de la Defensa de México, Salvador Cienfuegos, fue liberado de los cargos de lavado de dinero y narcotráfico y enviado a México para ser juzgado en su tierra.

            El militar fue detenido el 15 de octubre, en gringolandia, cuando iba con su familia a un parque de diversiones. Resultó algo inusitado por la forma, los cargos que se le imputaban allá y la manera de ser aprehendido junto con sus nietos. La familia se quejó de cómo lo detuvieron, algo que es visto como el trabajo para imponer la ley y el orden, en televisión, pero que es un atentado a los derechos humanos que nadie debe aceptar. Aunque ya sabemos que el Imperio hace lo que le viene en gana en todo momento, incluidos sus leales amigos.

            En un comunicado que no tiene desperdicio, la justicia yanqui dice: “Estados Unidos ha determinado que consideraciones de política exterior sensibles e importantes (sic con signo de interrogación), tienen mayor peso que el interés del gobierno (de EU) en mantener la persecución penal del acusado (Cienfuegos), bajo la totalidad de las circunstancias (sic que no sabe cuáles) y, por tanto, requiere desestimar el caso”.

            El texto es de la Fiscalía que encabeza William Barr.

            Habría que señalar que en la negociación participó claramente la Fiscalía General de la República (FGR), encabezada por Alejandro Gertz Manero, aunque el hombre clave en este y otros asuntos es Marcelo Ebrard Casaubon, Secretario de Relaciones Exteriores (SRE), quien había señalado hace tiempo que la detención fue arbitraria, inconveniente y sin consultar a nuestro país.

            Incluso el embajador estadounidense en México, Christopher Landau, había dicho torpemente- ya que los asuntos diplomáticos deben ser secretos bien guardados- que la orden contra el ex ministro de la Defensa nuestro tenía días procesándose. Algo que repercutió como un cañonazo en el Río Bravo.

            Ahora, mediante una carpeta de 700 cuartillas elaborada por las varias policías más allá de nuestra frontera norte, el caso se llevará a cabo en México, donde según la FGR ya tenía una investigación abierta desde el 11 de noviembre de 2019.

            Aunque en la documentación que se difundió en periódicos yanquis, hay infinidad de llamadas entre el general y supuestos narcotraficantes, testigos poco confiables y elementos nada sustanciales para armar un caso sólido. Algo que, tal vez, llevó a no hacer el ridículo en este asunto tan notable.

            Para el ex fiscal adjunto de Brooklyn, Jim Walden, el desistimiento fue una sorpresa (The New York Times, 18 de noviembre).

Y dicho rotativo señaló: será difícil que la justicia mexicana enfrente a un general de enormes recursos, con un frágil estado de derecho. Una opinión arrogante y torpe, como siempre es el caso de nuestros no tan buenos vecinos.

Mike Vigil, jefe de operaciones de la DEA, consideró desalentador y decepcionante el anuncio y sentenció que esto es un regalo de Donald Trump a López Obrador por que el mexicano no ha felicitado el triunfo de Joe Biden (sic antidiplomático).

Para el halcón Bob Menéndez, ex senador demócrata, esto abona la enorme   impunidad existente en México y va contra el estado de derecho y el debido proceso. Algo de lo que según él se encuentra   exento EU. Vaya cinismo de los imperialistas.

Andrés Manuel agradeció el gesto de lo güeros, y dijo que no habrá impunidad ni carpetazo en el asunto de Cienfuegos. Recordó el mandatario que los acuerdos de cooperación no deben ser violados y que no se aceptaran presiones ni se actuará en lo oscurito, sino se defenderá la autoridad moral y la soberanía.

No olvidemos que en 1990, fue secuestrado en México el doctor Humberto Álvarez Machaín, y llevado a ser juzgado en Estados Unidos, por el crimen de Enrique Camarena, El Kiki, en Jalisco en 1985. Luego fue liberado por falta de pruebas y ahora, 30 años después, el médico quiere demandar una indemnización.

También que el policía Guillermo González Calderoni, quien había acusado a Raúl Salinas de Gortari de varios delitos, fue asesinado el 5 de febrero de 2003 en McAllen Texas. Jamás se detuvo a su homicida. Aunque debemos señalar que Calderoni estuvo involucrado, según investigaciones, con el narcotráfico.

Dos casos de cómo procede la famosa justicia estadounidense.

En otro sentido, la ley en México también es a modo y retorcida, ya que, en 1993, el general Juan Francisco Gallardo Rodríguez, publicó una parte de su tesis acerca del Ombudsman Militar, en la revista Fórum que dirige el maestro:  Eduardo Ibarra Aguirre.

Por ello fue detenido y liberado nueve años después, en 2002. Algo que debería hacer reflexionar a Salvador Cienfuegos que no defendió a su compañero de armas, el cual planteaba dar protección a los militares.

Hoy el general Gallardo es doctor en sociología y digno maestro en la FCPS de la UNAM.

Paradojas de la vida o los Cienfuegos que vivimos en México y otras partes.

jamelendez44@gmail.com

@jamelendez44

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