Contra AMLO, ataques sin sustancia
Foto: Mario Jasso / Cuartoscuro
Por Miguel Ángel Ferrer
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 01 de diciembre de 2018.- La derecha pripanista y el poder económico-financiero cuentan con abundante y poderosa artillería para atacar al nuevo gobierno: el aparato mediático privado, la alta burocracia desplazada, las redes sociales reaccionarias y los nostálgicos del antiguo y oprobioso régimen hoy en vías de extinción. Y no han dejado de emplearla desde el 1 de julio. Pero la han usado con municiones sin pólvora o con la pólvora mojada: invenciones, calumnias, chismes, exageraciones, tergiversaciones y cuentos de terror.
Porque hasta ahora López Obrador no ha proveído a sus adversarios de municiones que les resulten verdaderamente útiles. Nada de medidas antipopulares y antinacionales. Nada contra el pueblo trabajador.
Esto explica que se mantenga intocado y hasta creciente el apoyo ciudadano y popular al nuevo gobierno y a López Obrador. Pasados cinco meses de la elección presidencial se mantiene el porcentaje que le dio la victoria: 70 contra 30.
También hasta ahora los ataques y las agresiones se han basado en tiquismiquis, ñoñerías, remilgos, tempestades en un vaso de agua. Como el escándalo armado por una expresión verbal poco fina y ciertamente fuera de lugar de Paco Ignacio Taibo. Nada sustancial. Nada que no se arregle con una disculpa pública. Pero tampoco nada que dañe o perjudique al pueblo trabajador, enorme y activa base social del obradorismo.
A esta actitud de la derecha se le llama “buscarle tres pies al gato”. Y lo esperable es que continúen y se acrecienten esas búsquedas inútiles, irracionales, ñoñas. Ataques como pompas de jabón, como la espuma de un café chapuchino. Nada sustancial.
Y muy pronto, a partir del 1 de diciembre, día de la toma de posesión, empezarán a darse y concretarse medidas y políticas del más amplio beneficio popular, medidas que permitirán sostener ese apoyo mayoritario a Morena, a López Obrador y al nuevo gobierno.
Nadie aspira y nadie debe aspirar a la unanimidad. México está viviendo, sin violencia, una nueva etapa de la milenaria y universal lucha de clases. La oligarquía está haciendo y hará todo lo posible por descarrilar al nuevo gobierno que es de carácter popular. Hará hasta lo imposible por recuperar las riendas del Estado que hoy no tiene totalmente en las manos.
Incluso sin bases y sin sustancia, el pripanismo y los poderes fácticos continuarán con la guerra sucia y la propaganda negra. Pero no podrán hacer mucho daño si el nuevo gobierno se mantiene fiel al mandato recibido en las urnas.