Contradicciones gubernamentales
Foto: Sáshenka Gutiérrez / EFE
Por Jorge Meléndez Preciado
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 30 de abril de 2020.- Es cierto, nadie quiere un nuevo Fobaproa, hoy conocido como Ipab, ya que las consecuencias para la economía son gravísimas.
En 1990, para salvar a los bancos y algunos bribones, se destinaron 552 mil millones de pesos. Hasta la fecha se han realizado pagos por 700 mil millones, aunque la mayoría han ido a intereses y una pequeña cantidad a lo que se llama el principal, o sea, la deuda contraída. Y como van las cosas, no será sino hasta 2070 cuando terminemos de liquidar tal empréstito, al cual destinamos 3.8 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). Actualmente debemos 2 billones. Un fraude de tamaño monumental el cual maquinaron políticos, nueve mil empresas (muchas con operaciones simuladas) y bancos que ahora están en manos de extranjeros.
Seguramente por ello, Andrés Manuel López Obrador no quiere endeudarse para salir del grave problema del coronavirus. Incluso ha tenido que refutar a varios de sus secretarios: Arturo Herrera (Hacienda), Graciela Márquez (Economía) y Marcelo Ebrard (Relaciones Exteriores, aunque realizando diversas tareas), cuando aceptaron el acuerdo entre el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Consejo Mexicano de Negocios (CMN), por 290 mil millones de pesos, destinado a pequeñas y medianas empresas.
López Obrador dijo que el ejecutivo no era florero y que no aceptaría nuevamente que se ocuparan recursos para manejos turbios. Pero la realidad es otra, ya que este fue un acuerdo entre ambos organismos, ante lo que Antonio del Valle, líder del Consejo, dijo que hubo un malentendido, ya que ello no repercutirá en las finanzas del país.
Por otro lado, Andrés Manuel también chocó contra el Banco de México (BM), quien puso a disposición de otras instituciones financieras la cantidad de 750 mil millones de pesos, con el objeto de apoyar los préstamos a diferentes empresarios. Señaló el ejecutivo que esa lana no era del mencionado banco ni del gobierno, sino de la nación.
Ante lo cual, el vicepresidente del BM, Jonathan Heat, dijo que no se están utilizando reservas del país en programas de apoyo, sino que únicamente se usan recursos que “teníamos destinados a fortalecer la banca y el sistema financiero”.
Y es que hace 30 años sí se utilizaron reservas del Banco de México para que los bancos no quebraran, aunque mucho de ese dinero ni siquiera se destinó a fortalecer a esos instrumentos de crédito, sino fueron a los bolsillos de quienes saquearon impunemente a la nación.
Dos episodios que traen nuevamente la confrontación del presidente mexicano con los hombres del dinero, algo que hace más ríspido el panorama que vivimos, ya de por sí cargado de electricidad.
Arturo Herrera, entonces, dio una entrevista amplia a: El País (28 de abril), donde asentó que el gobierno debe dinamizar el gasto para que las empresas puedan aumentar la producción, las ventas e ingresos; señaló que tenemos una tasa de crédito alta (6 por ciento), en tanto Canadá logró una de menos 0.25 por ciento y justificó el crédito que obtuvimos de seis mil millones de dólares, de los cuales pagaremos tasas muy bajas. También comentó que se destinará entre 1.5 y 2 del PIB, o sea, más de cuatro mil millones de pesos a la economía formal, informal y la rehabilitación de 50 ciudades.
Frente a esta realidad, el doctor en economía y catedrático de la UNAM, Arturo Huerta, ha dicho que el crédito del BM lo único que hará es que la banca comercial no caiga en falta de pagos, tenga más liquidez y pueda lucrar con muchas empresas que necesitarán de ese capital. Aunque entraremos en una caída de ventas y quienes manejan el capital sigan esquilmando con tasas de interés y comisiones muy altas. Algo que a juicio de Huerta es una medida neoliberal (periodistasunidos.com.mx).
Señaló Arturo que los créditos obtenidos por nuestro país pagarán tasas de interés entre 4.1 y 5.5 por ciento, no obstante que uno es a 30 años, mientras en España se consiguió que el interés fuera del uno por ciento a diez años. Y que no entiende por qué el Banco de México se opone al déficit fiscal, ya que la obligación del gobierno actual es gastar para recaudar.
En tanto Porfirio Muñoz Ledo se sumó a la causa de Cuauhtémoc Cárdenas, Ifigenia Martínez y Rolando Cordera, entre otros, quienes llaman a utilizar los recursos del Fondo Monetario Internacional (FMI): 65 mil millones de dólares, el cual presta a tasa cero. Señaló el diputado de Morena que mantener el superávit fiscal es más neoliberal que endeudarse. Hizo una distinción entre crédito y deuda, ya que lo primero es necesario para gastar más y más, con el objeto de sacar al paciente (México) de la enfermedad que tiene.
Contradicciones en el funcionar del actual gobierno y llamados de sectores progresistas a nuevas medidas que aliente la maltrecha economía que vivimos.
En tanto la Coparmex, el peligro contra la nación, nombró y despidió ipso facto al vitriólico Javier Lozano como su vocero.
@jamelendez44