Periodistas Unidos. Ciudad de México. 16 de julio de 2022.- Han insistido todos los analistas y quienes desean que pierda Andrés Manuel López Obrador en 2024: No es posible hacerlo si no van unidos, todos, absolutamente todos los opositores.
Recientemente insistió en ello, Elba Esther Gordillo (El Financiero), la maestra aparentemente retirada de la política, y dedicada a las mieles del amor, pero en realidad agazapada para esperar su tajada en el pastel de la grilla.
No obstante, lo que digan, la oposición tiende a fragmentarse cada vez más y el Movimiento Ciudadano (MC) continúa esperando ser el líder de la mayor disidencia, a pesar que Samuel García, en Nuevo León, no alcance a resolver el problema de la sequía y busque apoyo en Adán Augusto López, una de las “corcholatas” que ha mencionado su paisano tabasqueño, el señor de Palacio Nacional.
Hace pocos días, en un lugar de corridas de toros y expendió de comida mexicana al sur de la capital, Ricardo Monreal estrenó un pegajoso rap (Martha Anaya, dixit) y aseguró que irá a una posición importante, aunque no aceptó el método de encuestas.
La mayoría de sus simpatizantes eran ex delegados de la Ciudad de México, y se apuntó a algunos del estado de México, como el muy conocido: Higinio Martínez. Luego éste desmintió su asistencia al acto, pero lo importante es que Monreal dijo que la oposición no le ha propuesto nada. Es decir, ni siquiera entre los aparentes rebeldes morenistas han lanzado los anzuelos, los que desean triunfar en La Grande del 2024.
Mientras estos actos se dan como preludio a lo que viene en 2023: comicios en el Estado de México y Coahuila-bastiones priistas- antecedente importante para lo que ocurrirá a la Presidencia de la República, el que sí anda buscando influir en dichas entidades es Enrique Peña Nieto.
Tanto que se supo recibió en España, su refugio de las mil maravillas, a compañeros importantes como el ex gobernador, César Camacho, y el ex procurador mexiquense, Alfonso Navarrete Prada, quien operó lo del famoso y controvertido suicidio de Enrique Salinas de Gortari.
Asimismo, Peña Nieto se encontró con Enrique Vargas del Villar, panista que asistió con la venia de Marko Cortés. Lo que resulta una incongruencia, ya que, para lograr derrotar a Morena en el estado de México, se debe ir en alianza a la cabeza del PRI, la cual tiene como carta mayor a Alejandra del Moral, consentida de Alfredo del Mazo.
Pero ya sabemos que no hay una ruta clara y precisa en ningún lado, por eso hace poco apareció el Frente Cívico Nacional (FCN), el cual quiere buscar candidatos mediante una votación interna, algo que no se contempla en Vamos México.
En dicho Frente, por cierto, se encuentra Ernesto Ruffo, el primer gobernador de oposición que hubo en México, quien, desde Baja California, comentó que Marko Cortés estaba muy desacreditado para seguir sus órdenes.
Mientras que en el PRI también hay una veintena de ex gobernadores que insisten en la renuncia de Alejandro Moreno, Alito, quien les responde a ellos y a otros en cabroñol (insultos al por mayor), al decir de Carlos Monsiváis.
Incluso el ex secretario de Gobernación en el anterior sexenio, el hidalguense, Miguel Ángel Osorio Chong, ha dicho que ya nada tiene que hacer Alito en el PRI y ha lanzado a Enrique de la Madrid (sic que ama a los juniors), Beatriz Paredes (sic que adora el pasado) o Claudia Ruiz Massieu.
Estamos ante una auténtica revoltura de la oposición, en donde lejos de tener un programa mínimo para enfrentar las propuestas, malas o buenas, de la actualidad todo se concentra en ataques a la 4T, vituperios a pasados o nuevos amigos y descalificaciones al por mayor.
Para calentar más el ambiente, la Unidad de Inteligencia Financiera, hoy en manos de Pablo Gómez, ya dijo que investiga al ex esposo de Angélica Rivera, y a sus parientes. Algo que pondrá nervioso al ex copete más pulido del país que después usaba pelucas para ocultarse en restaurantes.
Ante la ausencia de política verdadera, el humorismo y la picaresca son el caldo de cultivo diario en nuestro país.