Covid-19: mortalidad de 5 por ciento
Foto: Alejandro Meléndez / FotorreporterosMx
Por Armándo Rojas Arevalo
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 28 de junio de 2020.- A comienzos del año 2020, médicos, epidemiólogos y otros estudiosos sostenían que el covid-19 tendría una letalidad del diez por ciento de los contagiados. Seis meses después la realidad muestra que la mortalidad mundial hasta hoy ha sido de cinco por ciento.
Así, hasta ahora, el total de contagiados llegó a la cifra de casi 10 millones, en tanto que el número de fallecidos es de cerca de medio millón: 5%. Ahora veamos el caso de Estados Unidos, el país con el mayor número de contagiados (2 millones 500 mil) y fallecidos (126 mil): 5%.
Véase ahora el caso de Brasil, país que mundialmente ocupa el segundo sitio en número de contagiados y fallecidos: un millón 233 mil contagios por 55 mil decesos: 4.46%.
En América Latina y el Caribe: 2 millones 300 mil contagios por 106 mil defunciones: 4.6%. India: 500 mil contagios por 15 mil decesos: 3%. Rusia: 600 mil contagios por 8600 muertes: 1.4%. Cuba: 9600 infectados por 489 decesos: 5%. Venezuela: 4365 infectados por 38 fallecidos: 0.9%. Gran Bretaña: 308 mil infectados por 43 mil muertes: 14%. Y finalmente México: 200 mil contagios por 25 mil decesos: 12%.
Salvo en el caso de Gran Bretaña (14%) y México (12 %), en el resto de los países y regiones citados el porcentaje de muertes en relación con los contagiados está por debajo del 5%. Este guarismo significa que si una persona sufre la desgracia de ser contagiada, tiene 95 por ciento de posibilidades de salvar la vida, lo que epidemiológica, social y personalmente constituye una muy buena situación.
Pero aun así, lo más importante es evitar ser contagiado. Y se conocen perfectamente los medios para lograr este objetivo: relativo y voluntario confinamiento, uso de mascarillas, lavado frecuente de manos y evitar las aglomeraciones. Todo esto en tanto aparecen una vacuna y un medicamento eficaz. Y ya hay en la materia muy buenas perspectivas. Es cosa de unos cuantos meses.
Por lo pronto y en lo que toca a México, se ha conseguido establecer una capacidad hospitalaria más que suficiente para la atención de casos graves. Igualmente se utilizan métodos terapéuticos auxiliares de probada eficacia.
Por ello, reducir ese 12 por ciento de fallecimientos para igualarlo a la media universal no es tarea imposible. Y esa meta está en las manos de todos y cada uno de nosotros. Y del Estado, desde luego. Porque, como ya quedó plenamente demostrado, la salud pública no es compatible con el mercado hospitalario, farmacéutico y sanitario en general.