Cuentas alegres
Foto: Alejandro Meléndez / FotorreporterosMx
Por Arturo Huerta González
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 26 de mayo de 2020.- En la conferencia matutina del viernes 22 de mayo, el Presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que tiene confianza y fe en la estrategia de su gobierno frente a la pandemia del coronavirus, porque su estrategia no permite la corrupción y al actuar con austeridad piensa que “con esa fórmula podemos enfrentar cualquier crisis”. Insiste en que el problema es la corrupción y al eliminar ésta se resolverán los problemas del país. No reconoce que los problemas son derivados de las políticas económicas predominantes. Si éstas políticas siguen, continuarán los problemas aunque se erradique la corrupción.
El Presidente se vanaglorió del record alcanzado por las remesas en el mes de marzo, — pero esto no se va a mantener por mucho tiempo, por el contrario, con los cerca de 40 millones de desempleados que se han acumulado en EUA en las últimas 6 semanas, donde los más afectados son los latinos, van a caer estripitosamente las remesas. Ello demuestra que una economía no puede depender del comportamiento de las variables externas, pues cuando éstas pasan a actuar en forma negativa, la economía es fuertemente afectada, evidenciando que no tiene condiciones productivas y manejo de política económica para configurar un crecimiento interno, alejado de la vulnerabilidad externa.
También festejó que la economía solo había caído 1.6% en el primer trimestre en relación al trimestre previo y no 5% como algunos había pronosticado y que fueron las remesas las que evitaron una caída mayor de la economía. En el segundo trimestre ya no festinará las remesas, ni la baja caída del PIB, pues habrá una fuerte contracción económica derivada de la disminución de las exportaciones, de las remesas, del turismo, como por la salida de capitales, junto a los recortes presupuestales y la alta tasa de interés.
También se alegró del aumento de la inversión extranjera en el primer trimestre, por más de 10 mil millones de dólares. Pero la mayor parte de dicha inversión es financiera-especulativa (que no va al sector productivo, ni genera empleo), lo cual se debe a que el banco central mantiene una de las tasas de interés más altas en el mundo. En Japón y Alemania es negativa. En EUA está entre 0.0% y 0.25%. En el Reino Unido está en 0.1%. Y el problema es ¿cómo México va a pagar la tasa de interés de 5.5%, al tener una fuerte caída de la actividad económica? El promover entrada de capitales a través de alta tasa de interés (para financiar las mayores importaciones y el pago de la deuda y mantener estable el tipo de cambio –que favorece solo al sector financiero que es el que controla la moneda), le ha salido muy caro al país, pues las altas tasas de interés restringen la inversión y la actividad económica y aumentan la deuda y la transferencia de recursos de los deudores a favor de la banca, lo que acentúa la desigualdad de la riqueza. Por lo tanto, el Presidente, no tiene que festejar eso, pues ello va en contra de sus propios principios de que primero son los pobres.
También se alegró del incremento de la recaudación fiscal, donde en el primer trimestre fue superior al 3.5% respecto a igual período de 2019. Dijo que ahora se está cobrando y que “por eso no se nos ha caído la recaudación”. Sin embargo, la recaudación se incrementó por las multas y amenazas establecidas por el SAT. Las empresas para no ser sujetas de sanciones, están pagando impuestos, pero a costa de disminuir su inversión, lo cual viene a contraer la actividad económica, lo que redundará en menos ingresos para empresas e individuos y el gobierno terminará recaudando menos. La recaudación está en función del ingreso nacional. Si éste disminuye por el menor gasto público, como por la menor inversión y consumo del sector privado, así como por la caída de exportaciones, el gobierno verá disminuida la recaudación tributaria, lo que presionará sobre las finanzas públicas e incrementará el monto de la deuda del gobierno. De tal forma, no podrá seguir haciendo fiesta por el aumento de la recaudación en los trimestres por venir.
También habló de cómo se ha reducido la depreciación del peso: de haber alcanzado niveles de 25 pesos por dólar, se ha recuperado a niveles de 23 pesos. Esto se explica por lo antes señalado.La alta tasa de interés atrae capitales, por la mayor rentabilidad ofrecida por los bonos del gobierno, respecto a otros países, lo que contribuye a que baje relativamente el precio del dólar. El problema es que la economía nacional no tiene asegurada entrada de capitales para seguir estabilizando la relación peso-dólar. El escenario de crisis nacional y mundial lleva a que los capitales tiendan a seguir saliendo del país y a que vengan cada vez menos, debido a que la economía no ofrece condiciones de crecimiento y de pago en relación a la rentabilidad que se ofrece. Las presiones sobre el peso seguirán, pues no tenemos condiciones internas para estabilizar el tipo de cambio.
El Presidente insitió en que “estamos haciendo todo para ahorrar aun más, para evitar la corrupción, para recuperar recursos, las deudas”. Siguen sin entender las autoridades del país, que lo que se requiere es gastar, invertir y no ahorrar y mucho menos pagar deuda externa. Al ahorrar el gobierno, contrae su gasto y por lo tanto las ventas e ingresos de empresas e individuos, y de ahí la contracción económica, el cierre de empresas y el mayor desempleo. No por nada los países desarrollados y muchos otros, están incrementando el gasto público para que las empresas aumenten ventas y así la producción nacional y el empleo, para evitar una mayor crisis. Al tratar de ahorrar más el gobierno mexicano, profundizará la crisis.
El Presidente no dijo nada de cómo está cayendo la producción manufacturera, la industria de la construcción, la cantidad de empresas que están cerrando y el desempleo creciente, y no presentó (en su Nueva política económica contra el coronavirus) política alguna para evitar el cierre de empresas,ni para generar empleos. El Presidente, debe de preocuparse en analizar el escenario que se viene y evitarlo, a través de instrumentar políticas que preserven, mantengan e incrementen la planta productiva y el empleo y no hacer cuentas alegres de cosas que no se van a sostener, dado el contexto de crisis nacional y mundial.