Del nacimiento de Trinity a la era COVID-19
Foto: Trinity test
Por Jurgis R.
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 23 de julio de 2020.- La hora cero (T=0) fue a las 05:29:45 de la mañana el 16 de julio de 1945 en el desierto de Alamogordo, Nuevo México; un destello seguido de una onda expansiva y la elevación de una bola incandescente en forma de hongo anunció el nacimiento de Trinity, y con ello el inicio de la era nuclear.
Esta nueva era, dentro del Antropoceno (era donde la humanidad impacta todos los ámbitos del planeta) difiere totalmente de cualquier otra (incluyendo la era COVID-19), pues el ser humano hizo posible no solo grandes descubrimientos y avances científicos con isótopos de uranio y plutonio para transformarlos en energía, sino que logró la capacidad única para destruirse a sí mismo y al planeta entero de forma inmediata.
Trinity y la era nuclear acaban de cumplir 75 años. En una escala humana, ese tiempo es considerable, pero en esta afirmación hay algo que tenemos que recordar:
1. La vida en el planeta existe desde hace aproximadamente 3 mil 500 millones de años, la era nuclear representa el 0.000000002% de todo ese tiempo (lo que en números redondos es cero). El planeta ha formado miles de especies vivientes en miles de millones de años incluyendo al ser humano; esta especie en cambio, en tan sólo 75 años ha creado dos gemelos diabólicos o Maquinarias del Día del Juicio Final (por Rusia y Estados Unidos), las cuales en cuestión de minutos pueden eliminar la totalidad de la vida en la Tierra y mandar al infierno a más de 3 mil 500 millones de años de vida y evolución.
2. Sabemos que el ser humano bifurcó su ADN (ácido desoxirribonucleico o información genética) de los chimpancés hace seis o siete millones de años, una evolución humana que ha tomado todo ese tiempo. Los humanos comparten con los chimpancés actuales el 98,6% del ADN, lo que significa que tan sólo el 1,6% del código genético nos ha permitido ser Homo sapiens.
Aunque esta diferencia de poco nos ha servido a la hora de utilizar la física nuclear, ya que los mayores logros e inversión técnica, tecnológica, humana, económica, etc., han ido a parar a los arsenales nucleares cuyo objetivo es la muerte y la destrucción y no a la salud o producción de energía (¿o para qué se fabrican armas nucleares, para acabar con el hambre y la pobreza?). Esto comprueba que la bestialidad y estupidez no es acorde a los chimpancés que conviven con su especie y en su entorno, sino del Homo sapiens, concentrado en asesinar a su propia especie y su ambiente.
3. La especie humana tardó tres millones de años de evolución a partir del Australopithecus africanus, que a su vez se dividió en el Homo habilis y después en el Homo erectus. Lo que se convertiría en la humanidad moderna demoró un millón y medio de años en salir de África y el gran salto de nuestros antepasados, donde empezamos a poblar el planeta, ocurrió hace sesenta mil años. Todo ese esfuerzo humano no importa, lo realmente “imprescindible” para la evolución es, que en menos de 75 años fabricamos ojivas o cabezas nucleares que pueden recorrer en cuestión de minutos más de 11 mil kilómetros para desintegrar a cualquier ser vivo.
A más de 75 años de su detonación, las evidencias indican que Trinity es responsable de una “tasa inusual de mortalidad infantil en Nuevo México y zonas aledañas”. La radiación en áreas públicas fue 10 mil veces más alta que los niveles permitidos en la actualidad. Quizá por esa “pequeña” omisión el Departamento de Energía de Estados Unidos dijo que “Trinity representó el peligro más significativo de todo el Proyecto Manhattan”, el cual culminó con la detonación de las bombas en Hiroshima y Nagasaki.
Ante los hechos, rara vez se reconoce que la historia de la humanidad, del planeta y el universo se puede dividir en dos: antes y después del 16 de julio de 1945. Es por ello que, sin hacer menos la actual crisis por la pandemia de COVID-19, son ciertas acciones humanas la verdadera pandemia a combatir, ¿o no es así?
Un exceso de medios de comunicación anuncia la era COVID-19; la vida ante la pandemia; las actividades humanas post COVID-19. Pero por más infeccioso que sea, no es el COVID -19 quien tiene la capacidad de asesinar en cuestión de minutos a más de 7 mil millones de personas; esa posibilidad la tienen cien bombas termonucleares, menos del 1% del arsenal existente.
La era COVID-19 anuncia el gran evento que supuestamente modificará toda actividad humana, un paradigma para elevar el pensamiento hacia un mundo mejor, una era de conciliación y paz para el futuro. Esperemos que sí. Pero no es sólo el COVID-19, sino la estupidez humana, la peor pandemia jamás conocida por la vida. Quien no lo sepa, ahí está Trinity para recordarlo:
Aquí estoy, soy la diosa de la guerra y la muerte,
mis criaturas se reproducirán por miles y serán más destructivas que yo,
no tardarán en llegar para reclamar la tranquilidad absoluta de tu mundo,
para recuperar la parsimonia excelsa que sólo la muerte puede dar,
para hacer de ti y los tuyos sacos sanguinolentos, putrefactos por mi radiación,
para desintegrar a tus hijos en milésimas de segundos,
para eliminar el oxígeno que necesitas,
para cubrir la atmósfera que te ilumina,
para incendiar tus campos
para contaminar tus ríos,
para darte placer en el desprecio que tienes por tu propia especie,
para agradecer la decisión que tomaste al crearme….
Lástima que no estarás en la Tierra para observar mi reino de oscuridad y frío eterno.