Dignidad no alimenta III/IV
Foto: Galo Cañas / Cuartoscuro
Por Gregorio Ortega
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 29 de junio de 2019.- En la 4T perdieron contacto con el México bueno y sabio y con la realidad del entorno de su gobierno. Ven a sus clientes electorales como niños incapaces de comprender las razones políticas y tomar sus propias decisiones.
De no ser así, jamás habrían usado el concepto dignidad al explicar el resultado de la negociación de los aranceles. Debieron decirnos, a todos sus gobernados, que los norteamericanos nos pusieron las peras a 25, explicar cuáles son las presiones que se ejercen sobre la patria, y abundar sobre la negociación interna que ahora ya se teje, para convencer a los integrantes del Congreso Federal de que nuestro territorio, que ya no da para mucho, también puede ofrecer seguridad y bienestar a los migrantes que aquí esperan el resultado de su trámite de internación a Estados Unidos.
Que todos los mexicanos estemos enterados del terreno que pisamos en el futuro inmediato, es lo que mantendrá o subirá la obsesiva aprobación, pero contar mentiras y transformar una pausa en un triunfo, pronto se revertirá, y quizá no encuentren apoyos para el necesario esfuerzo que viene.
La crónica de La Jornada sobre el tijuanazo es útil para entender el razonamiento presidencial: “El titular del Ejecutivo federal afirmó que la solución al flujo migratorio no es cerrar las fronteras ni utilizar medidas coercitivas, e insistió en que enfrentar el fenómeno y resolverlo es centrarse en el plan de desarrollo integral para países centroamericanos, y para aplicar esta propuesta es indispensable el concurso de Estados Unidos, de Canadá y de otros países desarrollados.
“Entonces mencionó un dato conmovedor: de los 521 mil migrantes que ingresaron a nuestro país por la frontera sur en el curso de este año con la intención de llegar a Estados Unidos, 159 mil 395 son menores de edad y 43 mil 875 niñas y niños viajaron solos.
“López Obrador sostuvo: Reafirmamos nuestro compromiso de contribuir a evitar que los migrantes atraviesen el territorio nacional para alcanzar el de Estados Unidos, pero jamás lo haremos violando los derechos humanos de los viajeros, empezando por el principal de esos derechos humanos, el derecho a vivir libres de miseria, el derecho a la vida.
“Dijo que siempre será injusto que se pretenda castigar a México por proponer un alto a la migración mediante el impulso al bienestar y la seguridad en sus puntos de origen y por procurar la fraternidad entre las sociedades y los pueblos”.
¿Por qué no decir a gringos y canadienses que de la manera como proceden “calcutizan” los territorios americanos del río Bravo hacia abajo, siempre hacia abajo, y ello hará que vivan en mundos cercados en los que los habitantes deberán vivir con un ojo al gato y otro al garabato, porque pueden convertirlos en solyent gren?