¿Dónde andaban?

Por Joel Enríquez Sánchez

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 01 de abril de 2022.- Después de mi accidente, continué mis estudios, en la licenciatura de las Ciencias y las Técnicas de la Comunicación; traía la intención de colaborar con la organización internacional ambientalista, Greenpeace; ya en álbum emblemático de U2, Acthung Baby, se registraba la dirección postal de la organización, que era lejana para mí, por estar en Estados Unidos.

Alguien me dijo: “Cuando deseas algo con todo tu corazón, grítalo para que el Universo conspire, y se vuelva realidad”. Algo similar ocurrió, y conocí a Crystel en un escalodromo en Zacatenco/Cdmx y me dijo que estaba recolectando firmas, para la creación de un santuario ballenero; propuesta de Greenpeace ante la caza injustificada de la nación Nipona, 1999.

Filmando un documental, sobre el tianguis del Chopo, contacté a Jorge Barragán y Enrique Falcón a los cuales pedí un espacio en el tianguis, para la recolección de firmas; fue un éxito la participación, hasta concretar nuestro objetivo que era, que el lejano Presidente de México, Ernesto Zedillo, hiciera el decreto de un santuario ballenero Nacional, en México.

Como este hecho, hay otros emblemáticos como la demanda de decir no al maíz transgénico; por ser México centro de origen de uno de los 5 granos más importantes de la humanidad, y parte de nuestra identidad milenaria.

Puedo narrar cientos de acciones, en donde la participación ciudadana se acrecentaba, ya que a Greenpeace en la actualidad, lo apoyan “personalidades” como: Jane Fonda, Javier Bardem, U2, Alice Braga, Rubén Albarrán y cientos de seres humanos que donan mensualmente dinero que está libre de conflictos de interés de empresas transnacionales o Partidos Políticos, y que a finales de cada año, se hace una reunión de socios y así se explica a los donantes, que se hace con sus aportaciones, pues da confianza en la organización y hoy más que nunca, en donde dejamos que avance el Antropoceno, nada tendrá sentido.

Greenpeace recupera la tradición cuáquera de la no violencia que aprendió Gandhi, de  Henry David Thoreau; y que desde sus inicios ejerce y da capacitación a la ciudadanía que estamos convencidos que es la mejor herramienta para decirle al opresor, no más.

Recientemente, el presidente de México, ha declarado en tono de pregunta incendiaria: ¿En dónde estábamos? Sin saber, el largo historial que desde 1993 tiene la organización que llegó a México, en el año de la firma del Tratado de Libre Comercio, precisamente con la ocupación de señalar los graves delitos ambientales que desde ese tiempo y atrás, se comenten con total impunidad.

Greenpeace señala, no hace prospectiva; sumada la grave situación social que hay en el Planeta dada la pandemia y los pormenores al ser independientes económicamente, y políticamente, algo se les tenía que pasar, al no alzar la voz en el desastre que es, que el 60% del territorio mexicano, este concesionado a la minería extractivista; de continuar, la mitad del país quedará inhabitable.

Es violencia hablar sin tener el contexto Andrés Manuel López Obrador; Gandhi no se dejaba llevar por sus prejuicios, y primeramente se ocupaba de tener un contexto de lo que iba a decir, era in hombre callado, tímido, que cuando hablaba, retumbaba la Tierra.

Recuerdo Presidente, cuando lo querían desaforar, y desde Greenpeace salimos a la calle a apoyarlo: ¿Leyó bien? Se desató la polémica ya que como dije, GP no tiene afiliación política ni empresarial. El punto en concreto que resaltamos, es que apoyábamos a la persona, el ser humano; no el político, el personaje.

Hoy a Andrés Manuel López Obrador, se le olvida que eres mortal, te equivocas; como en su momento se lo dijo el africano a Aquiles.

¿Sabes acaso las causas, las consecuencias y las soluciones del Antropoceno? ¿Es el mejor momento en el Planeta, para estar realizando obras de infraestructura de ésa magnitud? ¿De qué tipo de progreso, desarrollo hablas Andrés?¿Es lo que necesita la ciudadanía que vive en pobreza, en el sur de México?

¡Le escribo al ser humano; no al personaje!

¡Nadie por sí solo, nadie, puede cambiarlo todo!

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