Periodistas Unidos. Ciudad de México. 06 de mayo de 2022.- Hay un cartel en casa de mi hijo Alejandro, donde Pedro Infante y Jorge Negrete están con los ojos desorbitados (fotograma de la película de Ismael Rodríguez, Dos tipos de cuidado, 1952), y el texto arriba de ellos dice: “El aborto es únicamente decisión de las mujeres”.
Es cierto, aunque cuando ellas toman la determinación en dicho caso, nosotros debemos sin chistar, acompañarlas en todo el proceso de muy diversas maneras.
Esto viene a cuento porque en Estados Unidos, trascendió un borrador de la Suprema Corte (aparecido en el sitio Político) que en febrero, la mayoría de los integrantes, apoyó la anulación del histórico caso de 1973 Roe versus Wade, que posibilitó la legalización del aborto en todo el país.
Al principio no estaba claro si el texto se aprobara, ya que casi siempre hay modificaciones, pero la composición actual del tribunal máximo es de seis conservadores contra tres liberales, por los que seguramente no habrá cambios de fondo.
Asunto que para The New York Times, se trata de una revuelta derechista sin precedentes.
Eso también anularía el juicio de Dobbs versus el Comité de Salud de las Mujeres, en Misisipi, que posibilita el aborto hasta las 15 semanas del embarazo.
Ello se hace con el viejo criterio de que cada estado decida si permite o restringe los abortos, siendo que estamos en una de las épocas más regresivas en la vida estadounidense, donde la famosa democracia gringa está en franca decadencia.
Según los conservadores: “Es hora de hacerle caso a la Constitución y devolver el aborto a los representantes del pueblo”. Es decir, que unos cuantos decidan sobre la mayoría de mujeres que incluso han logrado poner en la agenda del país vecino la sanción a los violadores, entre ellos al famoso Harvey Weinstein, un productor que abusó de muchas que estaban en el espectáculo, incluidas famosas.
Ahora se quiere limitar un derecho de ellas, por una iniciativa del juez de la Suprema: Sam Alito (propuesto por George W. Bush) y el caso se pretende votar a finales de junio o principios de julio.
No hay que olvidar que en la era Trump llegaron a la Suprema Corte: Amy Coney Barret, quien sustituyó por muerte a la progresista, Ruth Bader Ginsburg, considerada no obstante su edad la heroína Pop, y también, Brett Kavanaugh, acusado en diferentes ocasiones de abuso sexual.
Trump incluso descalificó, cuando era presidente, al juez Gonzalo Curiel de California, por su origen mexicano, el cual investigó la estafa de la Universidad Trump, una tramposa institución de educación superior, como hay muchas.
Para Joe Biden, hay que estar preparados y rechazar el asunto, sobre todo invocando la Enmienda 14, contra la interferencia del gobierno en cuestiones personales.
Invocó que el derecho de una mujer a elegir es fundamental en la democracia. Y señaló que está preparado para lograr un Congreso, en noviembre, acorde con los ideales estadounidenses.
Pero el asunto no es sencillo, ya que el descrédito de Biden, la inflación más grande en los últimos 40 años que vive el país de las barras y las estrellas (sic paradójico) y la pujanza que hay de los republicanos, quienes se están aliando a Trump para lograr mayoría en las próximas elecciones, muestra un panorama negro.
Tanto que en su más reciente artículo, León Krauze (El Universal, 2 de mayo) señaló que en Georgia, el mandatario demócrata Brian Kemp puede salir derrotado por el republicano David Perdue, quien ha radicalizado su discurso para acercarlo a las ideas maniqueas de Donald.
Según Byung-Chul Han, el gran teórico coreano en su reciente libro, Infocracia (Taurus): “Trump, el primer presidente con Twitter, trocea su política en tuits. No son visiones, sino informaciones virales las que los determinan”.
Como la más reciente que presume: “dobló” a México en el tema migrante. Y eso es lo que determina hoy la política: la frase aguda, la gracejada, lo que permitirá continuar sumando triunfos a los conservadores.
Por cierto, no obstante que el 7 de septiembre de 2021 la Suprema Corte de Justicia de (nuestra) Nación (SCJN) aprobó el aborto, esta medida no está reglamentada en 24 de los 32 estados del país.
Sólo en la Ciudad de México (2007), Oaxaca (2019), Veracruz e Hidalgo (2021) y en algunas más ya está aceptada por los congresos locales. Por lo que se requiere hacerlo en todas las entidades del país.
Necesitamos que las mujeres ya no sean objeto de manipulación, sino de respeto, apoyo e impulso en todas las causas por las que luchan.