Periodistas Unidos. Ciudad de México. 18 de julio de 2022.- El galardón fue como un trueque de favores mutuos entre la cúpula de la Universidad de Guadalajara y la presidencia de México, luego de la crisis por la matanza de Tlatelolco de 1968 en la capital del país y los hechos de violencia durante la gestión de Luis Echeverría Álvarez.
El 28 de abril de 1975, la Universidad Guadalajara estaba de manteles largos, ese día la segunda casa de estudios del país le concedía al entonces presidente Luis Echeverría Álvarez, el doctorado Honoris Causa, un reconocimiento por demás polémico y cuestionado por los sectores de la izquierda mexicana ante la actitud represora del mandatario.
Por esa fecha se iban a cumplir siete años de la masacre del 68 en la Ciudad de México y cuatro del ataque a estudiantes el “Jueves de Corpus”, en una nueva embestida que dejó al menos 120 muertos.
En la casa de estudios y a través de las armas y los golpes, la Federación de Estudiantes de Guadalajara (FEG) servía como órgano de control de la plaza. Eran tiempos en que la dirigencia estudiantil se resguardaba atrás de las armas y su cúpula se desplazaba en carros “chocolate”, en tanto que los enfrentamientos a balazos con grupos guerrilleros eran frecuentes.
En esos tiempos a la FEG se le concedía un manejo discrecional de una gran nómina para sus dirigentes, todo el dinero se pagaba en forma directa por la nómina de la Universidad de Guadalajara.
Gracias al control de estudiantes en el marco del movimiento estudiantil del 68, según escribió el investigador Sergio Aguayo, en su libro La Charola, los servicios de control y persecución de disidentes al régimen y a los guerrilleros se pagaron por pate del gobierno federal con regalos que incluían bochos, relojes Rolex y plazas.
El año en que le entregaron el Honoris Causa a Echeverría en Jalisco estaba como gobernador, Alberto Orozco Romero y se desempeñaba al frente de la rectoría, Rafael García de Quevedo Palacios.
Félix Flores Gómez estaba al frente de la temible Federación de Estudiantes de Guadalajara.
Sin lugar a dudas 1975 fue un año de noticias “bomba” para la Universidad de Guadalajara, en el mes de octubre de ese mismo año, es asesinado en la colonia Americana, Carlos Ramírez Ladewig entonces considerado como el hombre más empoderado de Jalisco y líder del Grupo UdeG y aspirante a la gubernatura de Jalisco.