Periodistas Unidos. Ciudad de México. 24 de noviembre de 2022.- Impresionante que en tiempos de cambio en todo el mundo, algunos individuos quieren que regresemos a la época donde lo fundamental era: Dios, la familia y la patria.
Más en un encuentro internacional donde esa patria está diluida; Dios no necesita defensa aunque tiene cada vez menos adeptos (no el noventa por ciento en México que presumió Eduardo Verástegui, peón de la ultraderecha trumpista) y las familias duran juntas cada vez menos tiempo si acaso hay casamiento.
Pero como desde 1974 Ronald Reagan y su contrarrevolución triunfó, se formó un grupo que lleva por nombre Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC), el cual reúne a sus principales dirigentes en el mundo.
Desde luego Trump y su asesor Steve Bannon (el golpista estadounidense sentenciado a prisión alentando un golpe de Estado) son sus guías, aunque en España han avanzado con Vox y en Italia gobiernan con Giorgia Meloni.
Latinoamérica no está fuera de ese radar. Y lo mismo Jair Bolsonaro, el destructor de la Amazonía, José Antonio Kast, quien perdió con Gabriel Boric, más los que organizaron el golpe contra Evo Morales, están en el equipo de quienes desean regresar el tiempo a los años treinta del siglo pasado.
Donald afirmó: “Tenemos que asegurar nuestras fronteras y desmantelar los cárteles criminales que violentan nuestra gente” (sic que ataca a los otros).
Es decir, agredió a los presentes, quienes muchos de sus compatriotas van a Estados Unidos en busca de trabajo, pero como en la edad media: lo que diga el Rey y la Iglesia no importa que sea una flagrante contradicción.
Aseguraron que es importantísimo detener “la propagación del socialismo”, que salvo en Cuba y Corea del Norte nadie lo reivindica ahora, pues China es más capitalista que Francia, por ejemplo, donde la señora Le Penn, ya da pena.
Se quejaron por la falta de libertad de expresión, y en los días que estuvieron en México tuvieron una cobertura magnífica, aunque hasta los impresos de derecha notaron sus contradicciones y tonterías.
Tal vez por eso, los aztecas, Elsa Méndez y Carlos Leal, del PES, dijeron que en México falta un auténtico partido de derecha, lo que deja al PAN como una simulación que nadie de los asistentes al acto toma en serio.
Para Juan Peña Nader- también mexicano, que ha sido priista, elbista en Redes Sociales Progresistas– hace falta un partido católico (Arturo Cano, La Jornada, 22 de noviembre).
Y el eurodiputado de Vox, Hermann Tersch, dijo que ahora queman iglesias (debería ir a Canadá donde están desiertas y en venta), se permite el aborto disfrazado de Derechos Humanos, se humaniza a los animales y se lleva a la juventud a la promiscuidad. Olé. ¡Viva el atraso!
Verástegui, a quien se lanzó a la Presidencia sin nada en la mano, organizó el 30 de 0ctubre de 2021 una marcha contra la legalización del aborto ante la SCJN.
No faltó, para concluir, el grito: “Viva Cristo Rey”, antes del Mundial de Catar donde el Islam ha mostrado su fuerza y que es más potente que las viejas religiones.
Ni modo, los atrasados neofascistas en ocasiones convencen, pero jamás triunfarán plenamente, a pesar que el socialismo, como dijo Joaquín Sabina, fracasó, Stalin y seguidores mediante.