Por Jorge Meléndez Preciado
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 22 de enero de 2025.- Lo dijo hasta el último Joe Biden, el gobierno de Donald Trump será el de los ultrarricos.
Luego, el notable Senador por Vermont, Bernie Sanders lo repitió de otra manera, y llamo a la población a contraatacar para evitar que el trío fatídico: Elon Musk, Jeff Bezos y Mark Zuckerberg, quienes tienen en sus manos los medios de difusión más importantes (los digitales) sean quienes junto con la Amenaza Naranja, decidan que se difunde en el país que supuestamente era la democracia a seguir.
Antes, la mayoría de los impresos se había plegado al delincuente que hoy está en la Casa (no tan) Blanca. Aunque quedan algunas excepciones.
DT ha dicho que no le interesa el dinero de esta fatídica tripleta, pero que han creado empleos y por eso los ha llevado incluso a puestos ejecutivos (Musk en el Departamento de Eficiencia Gubernamental).
Y Elon pretende llevar la bandera de las barras y las estrellas a Marte, aunque tenga que depredar el planeta con sus fábricas consumidoras de agua y minerales en exceso.
Nosotros sabemos que tanto Donald como Musk son un fraude como empresarios. El primero no cumplió en Baja California y Quinta Roo (2006 y 2007, respectivamente) y el segundo en Monterrey cuando se comprometió con Samuel García a una fábrica de automóviles eléctricos. Los cuales ya no serán la prioridad, según Trump, pues se volverá a la extracción de petróleo, incluso mediante fracking, que erosiona la naturaleza a fondo.
¡Fina estampa la de Musk, haciendo el saludo nazi! Y para saber quién realmente es, ver el artículo de Luis Hernández Navarro (La Jornada, 21 de enero).
Mientras la clase política, mediática (Bernardo Gómez de Televisa, el gran amigo de Trump) y comentócrata se centra en rechazar, sin poner objeciones precisas, al Plan de Claudia Sheinbaum: México te abraza, no pone reparos al gobierno que quiere someter a como dé lugar al mundo, todo será abrirle el camino a los ricos que no pagarán más impuestos, sino obtendrán ganancias sin freno.
Pero tanto aquí como en USA, los migrantes lucharán por sus derechos. Por eso los 53 consulados y los más de 2 mil abogados pueden hacer que los propósitos de mister Donald puedan ser lentos, imprecisos y hasta fallidos.
Como ha señalado Manuel Ortiz, un compatriota en periodistasunidos.com, la batalla legal puede descarrilar las deportaciones a lo loco.
Es necesario, entonces, sumar esfuerzos el gobierno, los profesionales de muchos lugares (la UNAM ya salió a poner sus múltiples talentos para la enorme tarea, pero hace falta incorporar a otras instituciones como Antropología, Chapingo, el Colegio de la Frontera Norte, etc.) en esta tarea que nos corresponde a todos, excepto los que desean, como siempre, quedar bien con el poder imperial.