El guarura acabó enojado
Foto: Cuartoscuro
Por Humberto Musacchio
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 24 de julio de 2020.- El exministro de la Suprema Corte, extitular de la PGR e investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, Diego Valadés, hizo circular en redes sociales el siguiente mensaje: “Conozco la trayectoria académica de @IrmaSandoval y de @JohnMAckerman desde hace muchos años. Tienen posiciones con las que se puede coincidir o discrepar, pero son intelectualmente sólidas y honestas. Me siento orgulloso de su amistad; su rectitud está fuera de duda”.
Por supuesto, Diego Valadés tiene todo el derecho a escoger a sus amigos y opinar muy generosamente sobre ellos, pero algunos hechos de John Mill Ackerman Rose contradicen al reconocido jurista. Para empezar, no parece muy honesto su ingreso, en 2006 (la Wikipedia dice 2007), al Instituto de Investigaciones Jurídicas, pues no contaba siquiera con licenciatura en derecho, sino en sociología.
La ficha de Ackerman en la Wikipedia dice que se graduó en filosofía en el Swarthmore College, de Pensilvania, que comenzó estudios de maestría en filosofía en la UNAM, los que concluyó en la Universidad de California en Santa Cruz, y que es doctor en derecho constitucional por la UNAM con una tesis presentada en 2014 y que figura en el índice de Tesiunam, aunque el senador suplente Alejandro Rojas Díaz Durán lo tilda de Doctor Patito, pues señala que consultó el Registro Nacional de Profesionistas en junio de 2020 y ahí no aparece tesis o cédula que confirmen el doctorado, lo que, a juicio del acusador, es violatorio del Código Penal.
En la Wikipedia, Ackerman figura, hasta ahora, como el único director de la Mexican Law Review, fundada en 2008 (It was established in 2008 and the editor-in-chief is John Ackerman), como presidente adjunto de la Asociación Internacional de Derecho Administrativo, miembro del nivel III del Sistema Nacional de Investigadores, profesor de las facultades de Ciencias Políticas y de Derecho, colaborador de tres periódicos mexicanos, de seis rotativos estadunidenses y de uno británico, así como de una decena de revistas.
La Wiki dice que es consultor del Banco Mundial, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, PNUD, Global Integrity, el Open Society Institute del magnate liberal George Soros, el International Budget Partnership, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la Cámara de Diputados y la Jefatura del Gobierno del Distrito Federal.
Conduce un programa de televisión en el Canal 11 y otro en TV UNAM, y en enero de 2019, a menos de dos meses de que López Obrador asumiera la Presidencia de la República, el rector Enrique Graue le creó el Programa Universitario de Estudios sobre Democracia, Justicia y Sociedad, albo paquidermo del que es director y donde, según denuncias públicas, tiene trabajando, o por lo menos cobrando, a dos parientes. Una conclusión obligada es que Ackerman tiene el don de la ubicuidad o cuenta con varios clones.
John Mill también expide certificados de mala conducta, como hace unos días, cuando el atentado contra Omar García Harfuch, el intolerante sheriff de la 4T escribió que “los sicarios del narco son la contracara del sicariato mediático (que) buscan desestabilizar a toda costa”, acusaciones que le valieron la reprobación de la CNDH y de Reportaros sin Fronteras.
Otra de sus más recientes ocurrencias fue llamar a los senadores a destituir a su líder, Ricardo Monreal, dizque por hacerle el caldo gordo a Loret de Mola, lo que es del todo falso. “¿Qué esperan @MorenaSenadores para renovar su coordinación?”, les dijo y, por supuesto, lo mandaron muy lejos.
Para cerrar con broche de cobre, Juanito, después de eliminar como candidato a consejero del INE a todo real o presunto opositor al gobierno de AMLO, ya en la fase final quiso sacar de la jugada a otros cinco de los escogidos, pero los demás miembros del comité lo rechazaron, pues ya bastantes ridículos les había hecho pasar, lo que ocasionó un entripado al intolerante y también el final de su atropellada y muy favorecida carrera. De cualquier modo, Morena y su jefe contarán con defensores en el INE, pues el Tribunal Electoral ya se lavó las manos y de ese modo bendijo los trastupijes de Ackerman. Así es esto de la democracia tuerta.