El Leviatán destartalado
Foto: Cuartoscuro
Por Humberto Musacchio
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 03 de julio de 2020.- La República no goza de buena salud. Las herencias malditas del PRIAN se conjugan hoy con la desgracia universal causada por la pandemia, la que se traduce en el cierre de miles de empresas, en la pérdida de más medio millón de empleos formales y en la desesperación de quienes sobreviven en la economía informal.
Si el miedo al covid-19 nos mantiene atenazados, la vuelta a la “normalidad”, cualquier cosa que eso signifique, para muchas familias será la caída en un infierno mayor, en una crisis económica de magnitud desconocida para los mexicanos de hoy, la que agravará la alarmante inseguridad en que vivimos desde hace ya varios sexenios.
En condiciones tan lamentables, no se ve que el gobierno o sus opositores tengan las respuestas, los mecanismos ni la voluntad indispensable para salir del hoyo. El Estado mexicano es un Leviatán destartalado, como lo definió certeramente el economista Rolando Cordera, quien, por cierto, pide que se realice una reforma fiscal y se busquen recursos financieros, a lo que es alérgico el actual gobierno, pese a que el FMI ofrece una línea de crédito a una tasa aceptablemente baja. Sobra decir que, en las actuales circunstancias, resulta indispensable ir por más deuda porque la alternativa para grandes sectores sociales es, sencillamente, mayor miseria, hambre y muerte.
Para fines de legitimación, un Estado funciona con eficiencia suficiente cuando los gobernantes combinan adecuadamente la política y la fuerza, dos caras de la misma moneda. El atentado contra Omar García Harfuch en la barriada más elegante de la capital, las Lomas de Chapultepec, ha puesto en evidencia, si hiciera falta, que a nuestro Leviatán le faltan piezas indispensables, que carece de rumbo y que sufre un desgaste brutal que lo tiene postrado. La culpa no es tanto de los cuerpos policiacos, como de la ausencia de políticas adecuadas y de funcionarios capaces de alzar la mira.
En los últimos días, asesinaron a la rectora de una universidad de Veracruz, en Chihuahua mataron a 14 personas por conflictos entre bandas delictivas, elementos militares descubrieron un coche cargado de explosivos que presuntamente se harían estallar dentro de la refinería de Salamanca, fue allanada la casa de Cuernavaca donde se habían refugiado del virus la querida colega Adriana Malvido y su familia. Por supuesto, les robaron pertenencias, los maltrataron y, por fortuna, no mataron a nadie (ahora hasta eso tenemos que agradecer). Por si algo faltara, se presume que los hampones eran policías, pues se dirigían a uno de ellos como “comandante”.
En la Ciudad de México, el escritor Hernán Lara Zavala y su familia sufrieron también un allanamiento. Habían solicitado a Izzi el servicio de internet y llegaron tres individuos uniformados a bordo de una camioneta con los logotipos de la empresa. Ya dentro del domicilio desenfundaron las pistolas, insultaron y vejaron a los habitantes y les robaron todo lo de valor.
En el estado de Guanajuato, donde en este año han sido asesinados cincuenta policías, fueron detenidas varias personas relacionadas con un delincuente apodado El Marro, entre otras la madre y una prima del mismo gánster. Sin embargo, una juez liberó a las dos mujeres, pese a que la detención, según las autoridades, se efectuó en flagrancia, pues las detenidas tenían dos millones de pesos en efectivo, armas y un kilo de metanfetaminas.
Las estadísticas no dan espacio para el optimismo. En lo que va de este año se han contabilizado en el país 54 mil muertes violentas y la tasa de homicidios dolosos es cinco veces mayor al promedio mundial. Por si algo faltara, los asaltos a los bancos, sobre todo al del Bienestar, son cosa de cada día, y la situación se pondrá peor conforme se profundice la crisis.
El atentado contra García Harfuch tendrá que aclararse, pues hay varios puntos oscuros que, al parecer, involucran a personajes de la policía y de sectores opulentos o con poder político. Por si algo faltara, el mismo día del atentado, el general Sergio Aponte Polito publica en El Universal un artículo demoledor con fuerte tufo golpista. Son demasiadas coincidencias y no parece que todo pueda resolverse con una visita a la Casa Blanca que nos traerá más problemas que beneficios.