El Medallero Climático 2020
Foto: Alejandro Meléndez / FotorreporterosMx
Por Jurgis R.
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 25 de junio de 2020.- En medio de la pandemia global por COVID-19, donde la actividad humana le ha dado un respiro al planeta, el calentamiento global ha demostrado ser inmune, pues ha llegado a máximos jamás registrados.
En mayo de este años se registraron más de 30 °C (grados centígrados) en el Círculo Polar Ártico, temperatura genial… pero para disfrutar en una playa del Caribe.
Sí, hay que quedarse en casa, todos lo saben; todos los gobiernos lo ordenan. Pero ante la principal causa del calentamiento climático, ningún medio de comunicación o gobierno dice ni ordena dejar de emitir gases efecto invernadero, específicamente dióxido de carbono (CO2) que es el gas que regula la temperatura del planeta.
Nada se dice sobre el medallero climático encabezado por China, quien se lleva el oro al emitir el 27% de los gases efecto invernadero; Estados Unidos la plata y la Unión Europea el bronce, con el 14% y 9% respectivamente. Para los aficionados a las cifras, esos porcentajes tienen su base en las 49 mil millones de toneladas de CO2 que se emiten anualmente.
Se dice poco sobre las repercusiones del “éxito económico” de estos tres medallistas climáticos. Como ejemplo, el milagro oriental nos permitirá revivir las nuevas rutas de la seda al mismo tiempo que pisamos el acelerador hacia la sexta extinción masiva de la vida en el planeta.
De acuerdo a las emisiones actuales, para el año 2100, China sola es capaz de incrementar en más de 2 °C la temperatura global. En ese sentido, las emisiones de Estados Unidos representarán el 60% y las de la Unión Europea el 40%; lo que significa que estos tres “campeones” emitirán más del 200% de gases límite para no sobrepasar los 2 °C.
Pero el asunto no termina ahí ya que faltan competidores en la crisis climática. Aunque no son medallistas, hay siete naciones que tienen mención honorifica: India (con el 6% de las emisiones actuales), Rusia (5%), Japón (3%), Brasil (2.3%), Indonesia (1.7%), Canadá (1.7%) y México (1.6%); quienes ocupan el cuarto al décimo puesto respectivamente. Fuera de estas naciones, el resto del del mundo emite el 27% de gases efecto invernadero.
Si alguien se preguntaba sobre los responsables del derretimiento de las masas polares y del aumento de la temperatura en más de 2 °C a partir del siglo XVIII, deberán señalar a las 10 naciones que más contaminan. Varios estudios de Naciones Unidas a través del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) recomiendan no superar esos dos grados centígrados para el año 2100, ya que las consecuencias serán catastróficas.
Pero no hay que esperar hasta el 2100 para alcanzar la meta del holocausto climático. Suponiendo que las emisiones de gases invernadero se estabilicen (que la tasa anual no se incremente), las estadísticas más optimistas indican que para el año 2034 habremos superado los dos grados centígrados: emitiendo 991 mil millones de toneladas de CO2.
Solo faltan 14 años, o quizá menos si apuramos el paso, la pandemia es un pequeño tropiezo. Pero con la nueva refinería de Dos Bocas en México o con la extracción y quema del petróleo bituminoso de Alberta lograremos llegar a la meta en 2025 o en 2030 ¡vamos, si se puede!
Por el momento toda la atención se cierne sobre la pandemia de COVID-19, pero cualquiera en sus cinco sentidos sabe que, todos los países están urgidos por reactivar su economía, “todo en beneficio de la humanidad” por supuesto. En su desesperación, a los gobernantes y empresarios les importará poco o nada la quema masiva de recursos fósiles.
Ante el futuro inmediato hay que recordar que no fueron los trabajadores ingleses quienes se beneficiaron del consumo irracional de carbón en la Inglaterra del siglo XVIII. No han sido las comunidades indígenas de la Amazonía quienes han recibido las bondades materiales y financieras del petróleo extraído de sus tierras. No son los más de 3 mil 500 millones de pobres en el mundo quienes reciben ingreso alguno por la extracción de gas, carbón y petróleo.
Menudo negocio que les espera a los medallistas climáticos después de la pandemia.
Interesante, deja mucho que reflexionar. Vivimos libres de culpa por tener activo el sistema de reciclaje, sistema que en 30 años ha servido de poco, porque la solución no está en buscarle un segundo uso a los desechos, la solución, que no involucra ni requiere una respuesta gubernamental, esta en dejar de generar esos desechos, evitemos consumir de manera irracional. Cada objeto, por pequeño que sea, tiene una huella ecológica imborrable, conlleva un proceso contaminante inevitable.