El modelo económico neoliberal está en crisis en el mundo, pero prosigue en México

Foto: Especial

Por Arturo Huerta González

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 06 de abril de 2020.- El Plan para la Reactivación Económica anunciado el 5 de abril por el Presidente de la República, se quedó corto respecto a los problemas y desafíos que enfrenta el país frente a la pandemia del Covid-19 y los efectos negativos que ésta tiene sobre la actividad económica.

Su Plan no atiende las demandas de las empresas de apoyos fiscales para sortear los problemas que enfrentan, de freno de la producción, caída de ventas e ingresos y preservar la capacidad productiva y de generación de empleo. Ni tampoco se presentó un programa de apoyo de ingreso a los que están quedando desempleados, o los que están en la economía informal y viven al día, y se están quedando sin ingreso por la cuarentena. Solo presentó una ampliación de su programa social de apoyo a los más necesitados y vulnerables ante la epidemia, y de ahí que señaló que se han adelantado 4 meses el pago de pensiones a adultos mayores, que se amplía el número de trabajadores sembrando vida, así como los apoyos a pescadores, el apoyo a más construcción de caminos rurales, más créditos de Infonavit y a la construcción de viviendas. Dijo que se contratarán 45 mil médicos y enfermeras en 9 meses y se reclutarán 31 mil elementos para la Guardia Nacional y la Marina. Y que su programa creará en 9 meses dos millones de nuevos empleos.

Se otorgarán 2 millones de créditos a pequeñas empresas. Éstas más que créditos requieren ver incrementadas su ventas e ingresos y no depender de deuda que no pueden pagar.

Para el financiamiento de su Plan, se utilizará  el Fondo de Estabilización, como los recursos de los Fideicomisos y de la Banca de Desarrollo, así como disminución de salarios a los altos funcionarios públicos y eliminación de aguinaldos, ello encuadrado en no romper con la austeridad fiscal y no aumentar la deuda. Con lo corto del alcance de su Plan y el limite de su financiamiento, resulta insuficiente para la transformación que desea. Los paquetes de rescate de los países desarrollados es al orden del 10% del PIB y en Perú, es del 12.5% y México trabajará con un déficit primario de -0.4% del PIB.

Dijo el Presidente, que “rompimos el molde que se usaba para aplicar las llamadas medidas contracíclicas que sólo profundizaban más la desigualdad y propiciaban la corrupción en beneficio de unos cuantos”. El problema es que su gobierno al trabajar con política de austeridad fiscal (que es una política neoclásica, pues reduce la capacidad de gasto y el tamaño del gobierno  en la economía), pasa a actuar en forma pro-ciclica. Es decir, a la caída del consumo e inversión privada y de las exportaciones, se suma la disminución del gasto programable del sector público en términos reales en este año, anunciado en los Pre-Criterios de la Política Económica para este 2020 (p.69), por lo que la política fiscal acompaña la caída de la demanda y se contraerá la actividad económica. La política fiscal debería actuar en forma contra-cíclica, es decir, ante la caída del consumo, la inversión privada y de las exportaciones, el gobierno debe incrementar el gasto público para contrarrestar la caída de la demanda y evitar la contracción de la actividad económica, y esa es una política keynesiana, que critica a los postulados neoclásicos que con la austeridad fiscal se desatiende los propósitos nacionales de crecimiento y empleo.

El gasto público deficitario, al impulsar la actividad económica y el empleo, incrementa el ingreso nacional, y con ello los ingresos tributarios y autofinancia el gasto público deficitario y de ahí el proque los países que están aumentando su déficit no se preocupan y no aumentan impuestos. Sus bancos centrales les están comprando deuda a cero tasa de interés, por lo que no representará carga alguna.

A pesar que el Presidente señala que su gobierno ya rompió con el modelo neoliberal y que habrá mayor inversión pública, pleno empleo y honestidad y austeridad republicana, el problema es que los Pre-Criterios de la Política Económica del 2020 no contempla incremento de la inversión pública, y al no actuar la política fiscal en forma contra-cíclica a favor del crecimiento, no se logrará el pleno empleo.

El Presidente reiteró en varias ocasiones que “la crisis es transitoria y que se reestablecerá la normalidad” y que “no se detendrá la transformación de México, son más nuestras fortalezas que las debilidades”. El problema es que la crisis no será transitoria, debido a que el país no tiene fortalezas, y si en cambio muchas debilidades. La economía nacional enfrenta el coronavirus en un contexto recesivo y el gobierno no rompe con el neoliberalismos para flexibilizar la política económica para encarar el combate a la pandemia, ni para frenar la crisis que se agrava por ello y nos llevará a una década perdida, como en los años ochenta.

Al final de su elocución hizo referencia a Roosevelt, pero lo que no mencionó es que dicho estadista sacó a Estados Unidos de la crisis de 1929-1933 gracias al New Deal, que consistió en dejar de lado el patrón oro, lo que le permitió retomar el control de la moneda para financiarse con ella e incrementar el gasto público para retomar el crecimiento económico y generar empleo, cosa de debe aprender de Roosevelt. El Presidente tiene que deshacerse de los economistas neoliberales que lo asesoran, que no solo lo hacen quedar mal, sino que sus recomendaciones nos llevan a una crisis de proporciones.

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