El optimismo de los partidos y la abstención

Foto: Omar Martínez / Cuartoscuro

Por Jorge Meléndez Preciado

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 06 de junio de 2019.- Los presidentes de los tres partidos más importantes: Yeidckol Polevnsky, de Morena; Marko Cortes, del PAN,  y Claudia Ruiz Massieu, del PRI, se presentaron en la televisión y dijeron que a sus agrupaciones les había ido de maravilla en las pasadas elecciones habidas en ocho entidades del país. No obstante que el abstencionismo estuvo de pronóstico reservado e incluso entre los militantes de las mencionadas organizaciones existió  inconformidad, pleitos y segregación de compañeros de ruta.

Estamos, pues, en una fase donde las antiguas formaciones que dirigieron las metas de infinidad de ciudadanos o tienden a desaparecer o se necesita  una nueva forma de levantar el espíritu de los mexicanos.

EL PRI, quien en los próximos días continuará su carrera rumbo a su desaparición, ya que el dedazo se impuso nuevamente y Alejandro Moreno será el siguiente presidente, impulsado por once gobernadores encabezados por Alfredo del Mazo (el grupo Atlacomulco postrado ante López Obrador), obtuvo unas cuantas victorias  pero no es ni la sombra del  aparato que impresionaba aquí y en el extranjero. No obstante que en su  interior  varios insistan en tomar la riendas: el descalificado de Ulises Ruiz; el ex rector de la UNAM, José Narro, que va de ridículo en ridículo, y la ex gobernadora Ivonne Ortega, a quien no le importa perder el escaso prestigio que logró.

Marko Cortés, quien se siente líder blanquiazul y es un personero de Santiago Creel, festeja todo no obstante que perdió por dos a uno la gubernatura de Baja California, obtenida hace 30 años por Ernesto Ruffo, y conservada durante ese lapso. Ello porque su todavía mandatario local, Francisco “Kiko” Vega, resultó un truhán que hundió a todos los que se le acercaban, entre ellos el candidato: Óscar  Vega- sin parentesco con el anterior. Y en Puebla, luego del cacicazgo de Rafael Moreno Valle, quien impuso a Tony Gali e hizo ganar a su esposa Martha Erika, a través de la compra de votos y el acarreo, ahora vio cómo su aparente candidato ciudadano, Enrique Cárdenas, no obstante la multimillonaria erogación en portales, no pudo con un Luis Miguel Barbosa muy disminuido y sin apoyo del morenismo en la capital dela entidad  y en  varias alcaldías, entre ellas Cholula.

               Es decir, con todo Morena ganó dos gubernaturas, que sumadas a las que tiene ya hacen siete. Y en 2021 podría aumentar la cifra hasta igualar o superar  a los priistas.

               Pero en todo este rejuego, el número de votantes en donde se llevaron a cabo los comicios, fue de 22 por ciento a 38 por ciento; excepto en Durango que llegó  a 45 por ciento de los asistentes a las urnas. Algo que muestra los síntomas de agotamiento de eso que llamamos democracia y que en realidad ha sido una ficción.

               Ello porque en la más reciente edición  de la revista Proceso  (número 2222),  nos presenta Jesús Esquivel unos papeles desclasificados de Estados Unidos, donde el entonces embajador de Washington aquí, Tony Garza, señala que en 2006:  “Los cinco encuestadores más influyentes en México, todos  dieron una estrecha ventaja de entre dos y cuatro por ciento al candidato del Partido de la Revolución Democrática  (PRD), Andrés Manuel López Obrador, sobre el del Partido Acción Nacional (PAN), Felipe Calderón”.

               Ya sabemos que el entonces IFE, hoy INE, dio el triunfo por 0.56 por ciento de los votos a Calderón, este tomó posesión antes en un acto en Palacio Nacional organizado por Vicente Fox, Felipe  dijo que había ganado “haiga sido como haiga sido” y después  pidió el retiro de Tony Garza y López Obrador hizo su plantón en la avenida Reforma.

               Parte de la historia de fraudes que sufrimos desde hace mucho tiempo, los cuales   están vivos en la memoria de los mexicanos. La esperanza renació nuevamente con Andrés Manuel y ahora estamos en una época de cambios e incertidumbres.

               En Puebla fue singular la elección ya que aunque Miguel Barbosa triunfó, logró únicamente 682 mil votos;  ocho meses  atrás  obtuvo un millón 34 mil sufragios, lo que demostró que el efecto López Obrador es importante, crucial. Perdió incluso en la capital a manos de Enrique Cárdenas, que es un experimento de varios grupos rumbo al 2024, entre ellos miembros del Movimiento Ciudadano y de la Coparmex (Álvaro Delgado, dixit). Pero se debe señalar que los nuevos morenistas, entre ellos la alcalde poblana, Claudia Rivera, son bastante torpes en sus acciones.

               No se olvide que en dicha entidad, Moreno Valle dejó endeudad a la entidad con más de 65 mil millones de pesos, los cuales se pagarán en los siguientes veinte años. Este es el héroe al que defiende el PAN, aunque el sujeto abusó de todos sus aparentes compañeros albiazules. Y para agregarle algo más al panorama camotero, uno de sus priistas notables, Mario Marín, ex gobernador, anda de fugas, igual que Emilio Lozoya, aquel por el caso de secuestro y tortura  a la periodista:  Lydia Cacho.

               Democracia y demócratas en entredicho.

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