Periodistas Unidos. Ciudad de México. 29 de agosto de 2023.- La conducta animal se ha estudiado de forma precisa desde el siglo pasado; más recientemente, la existencia de sistemas de registro fotográfico y de filmación, asociada a la observación ha aportado evidencias de conductas complejas en los animales. Jane Goodall demostró así que los chimpancés son capaces de usar herramientas y de transmitir el uso de estas herramientas a sus congéneres.
Se ha demostrado además que los primates superiores son capaces de desarrollar y comprender un lenguaje de símbolos. Los estudios de la conducta animal han llevado a concluir que entre más complejo es el cerebro de un animal, más compleja será su conducta. El juego, por ejemplo, aparece exclusivamente en los vertebrados superiores, en los que tiene un papel importante en su desarrollo.
En los felinos depredadores, como el león, el juego de los cachorros consistente en morderse uno al otro y luchar, contribuye a desarrollar las destrezas que les permitirán combatir y cazar a sus presas. Entre las muchas conductas de los animales están las relacionadas con la sexualidad y la crianza.
La sexualidad entre los animales es una conducta sumamente compleja; en las aves, por ejemplo, se despliegan danzas de apareamiento que son motivo de admiración. Y es común que los animales presenten conductas sexuales que van mucho más allá del simple apareamiento entre macho y hembra. Hay evidencias de conductas sexuales que se realizan entre machos o entre hembras exclusivamente.
En los pingüinos es harto común que se formen parejas de dos machos para cuidar un huevo (seguramente abandonado o robado) y que se despliegue toda la conducta de pareja consistente en que, mientras uno cuida el huevo, el otro provea de alimento, y que la pareja, una vez eclosionado el huevo, cuide a la cría. Hay incluso un reporte de una pareja de pingüinos machos cuidando una piedra como si fuera un huevo. Este tipo de conductas sexuales que van mucho más allá de la mera relación sexual reproductiva entre macho y hembra están ampliamente representadas y documentadas entre diversos animales. A lo largo de la escala evolutiva tales conductas aparecen muy frecuentemente; se ha reportado, por ejemplo en chimpancés, que entre machos puedan masturbarse unos a otros, y se han informado casos de chupamiento del pene. Hay montas frecuentes entre machos y entre hembras y es usual ofrecer el trasero como una conducta de apaciguamiento ante las agresiones.
En los bonobos (primates similares a los chimpancés) se ha reportado la conducta de frotamiento genital que se despliega ampliamente entre las hembras y es una forma de socialización. Las hembras dirimen muchos de sus asuntos mediante frotamientos genitales y forman así grupos que pueden, de hecho, hacerse dominantes en la colonia de bonobos que resulta así “gobernada” por las hembras, a pesar de que existan en la colonia machos dominantes y mucho más fuertes que cualquier hembra; estas enfrentan en grupo a los machos. Resulta, por todo lo anterior, inadmisible que en la BUAP se promuevan conferencias de individuos como el Sr. Esteban Arce, que transmiten información falsa respecto a la conducta sexual, entre muchas otras falsedades. Es falso que no haya más que conductas de macho y de hembra entre los animales. En todos los vertebrados superiores, como ya mencionamos, hay conductas afiliativas de carácter sexual que no se relacionan con la mera reproducción y que se dan entre machos o entre hembras y no necesariamente, como afirma el tal Sr. Arce, solamente entre hembra y macho.
Es falso que existan principios fundamentales, eso no existe; existen circunstancias, y los seres humanos actúan y son producto de sus circunstancias, no de principios fundamentales que por su carácter son como dogmas inamovibles. Ni en la física se piensa ya en principios fundamentales, más bien se tiene toda una cosmovisión relativista y probabilística.
Hoy lo que se dirime en nuestro medio no son sólo ideas respecto a la conducta sexual; lo que está en cuestión, y lo que se ventila en estas convocatorias de conferencias es el futuro del país que queremos y, si queremos vivir en una sociedad ignorante, anticuada, monacal y represiva, o queremos transitar hacia una modernidad liberal humanista y que cuide el medio ambiente y al ser humano. Una sociedad empática. Eso es lo que realmente está en cuestión, y no solamente el que un bobo desinformado como el tal Esteban Arce, venga a la universidad a hablar de lo que no sabe, es algo mucho más profundo. Y concluyo invitando a los señores promotores de las conferencias del tal Arce a quitarse las corbatas, salir del clóset, y dejarnos vivir en paz. Termino proponiendo que la arena BUAP sea iluminada por quince días con la bandera del arcoíris. Sería una buena forma de expresar que en la BUAP aún nos importan el conocimiento y la razón, y que despreciamos la intolerancia y el fanatismo.