El sumiso Alonso Ancira

Foto: Cuartoscuro

Por Jorge Meléndez Preciado

            Periodistas Unidos. Ciudad de México. 15 de febrero de 2021.- Alonso Ancira era uno de los hombres que hicieron fortuna a la sombra o junto al poder político, lo que hacía sentirse altivo y que no respetara ni formas, ni estilos ni conveniencias. Sabía que dándoles cantidades millonarias a los funcionarios públicos era (casi) intocable.

            Por eso, como muchos otros, se fue a España (Emilio Lozoya Austin, su compañero en andanzas también estaba allá) y pensaba que su amplia fortuna le posibilitaría la impunidad. Cuando lo detuvieron, incluso utilizó los servicios de abogados de gran calado- como barcos amplios-, para evitar su extradición. La cual tardó en darse 20 meses.

            Pemex le había abierto una denuncia en marzo de 2019, lo cual le importó un comino.

            Hace poco lo enviaron a México y aquí intentó todo: sentirse víctima de la justicia, pasar como un hombre aquejado por enfermedades, buscar el nuevo elemento: no pisar la cárcel porque se contagiaría de Covid- 19 y finalmente ofrecer dos millones de dólares- suma inimaginable para la inmensidad de mortales-, entregar su pasaporte y usar un brazalete para ser localizado.

            Nada conmovió al juez del Reclusorio Norte, Artemio Zúñiga, y le decretó entrar a su celda, donde permanecerá hasta que se arregle su caso de defraudación y la reparación del daño que nos hizo a todos.  

El magnate sobornó a las autoridades petroleras, hizo negocios ilícitos por 200 millones de dólares con la planta de Agronitrogenados, lavó dinero y defraudó a la nación.

            Ahora, el prepotente señor que hizo declaraciones tonantes a Carlos Loret de Mola, quiere reparar parcialmente sus daños. Pero las palabras que sentenció Andrés Manuel López Obrador hace casi dos años son certeras: “si no se repara el daño nosotros no podemos quedarnos calladitos y con los brazos cruzados. No hay persecución para nadie y tampoco impunidad”. Y la autoridad competente deberá determinar si no hay castigo penal.

            Esta última parte es importante, ya que Ancira, a través de sus varios abogados está dispuestos a erogar 219 millones de dólares para reparar el estropicio causado (hay que recordar que el estado hizo gastos en muchos sentidos, incluido traerlo en jet privado de la Fiscalía General de la República a México), algo que deben aceptar tanto Pemex como la Fiscalía.

            Pero tal vez allí no acabe el problema, ya que el dueño de Altos Hornos de México, SA (HAMSA) sobornó a Emilio Lozoya Austin con 3.5 millones de dólares, operación en la que estuvo involucrada la hermana de éste, la señora Gilda. Por lo que la muy activa Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), a cargo de Santiago Nieto, podría encontrar otros hechos delictivos al respecto y hacerle que le suba como espuma el azúcar al millonario que se sentía intocable y mandamás en varios negocios.

            El asunto parece que tendrá un primer desenlace en los siguientes días, pero quizá tenga repercusión en el caso de Lozoya Austin, cuya esposa, Marielle Hellene Eckes, es ahora imputada por varias de las tropelías realizadas por quien fue uno de los activos más importantes en el pasado sexenio.

            Pero que ya tuvo repercusiones en México y otras partes lo muestran que la señora Rosario Robles ya quiere negociar su liberación, seguramente con reglas diferentes a las empleadas por Ancira.

            Asimismo, ya dictaron autor de formal prisión al motejado “gober precioso”, Mario Marín, y su secretario de gobierno, Valentín Meneses, quienes estuvieron a cargo del operativo contra la gran periodista Lydia Cacho, hace quince años.

            Y en Estados Unidos, según las más recientes versiones, extraditarán a César Duarte, el ex gobernador de Chihuahua, quien utilizó recursos ilícitos para enriquecerse, fundar un banco y darles lana a los aspirantes a diputados y gubernaturas priistas en el sexenio pasado.

            También se descubrió a una mafia rumana, encabezada por Florian Tudor, en Cancún, en la cual están metidos dirigentes y funcionarios ligados al PVEM. Entre sus delitos están clonar tarjetas de crédito, trata de personas y hacer negocios de alto impacto.

            Empiezan a caer las fichas de un dominó corrupto y nefasto para la vida del país.  

            Insistimos que ya es hora de poner en orden el caso de Emilio Lozoya Austin, un pillo que tiene nexos con organismos y financieros internacionales.

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@jamelendez44

           

           

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