Por Arturo Huerta González
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 28 de noviembre de 2024.- Los gobiernos de EUA y Canadá presionan a México para que no importe productos provenientes de China y no acepte inversiones de dicho país, para que nuestro país importe productos provenientes de ellos y no impulse su dinámica con inversiones chinas que puedan comprometer los intereses de EUA y Canadá.
El gobierno mexicano ha cedido a tales presiones y ha dicho que reducirá la relación con China y que optará por comprar a EUA y Canadá. El gobierno apuesta a mayor integración y subordinación con los socios del T-MEC, a pesar de que dicho tratado comercial no se ha traducido en mejores condiciones de desarrollo para el país. México no ha crecido más del 2.4% promedio anual y en los últimos 6 años el crecimiento ha sido de 0.7% promedio anual, aunado al déficit de comercio exterior y la creciente dependencia de entrada de capitales.
La economía ha pasado a tener menos industria nacional, importamos productos manufactureros más de los que se producen en el país e importamos más del 50% de los granos básicos que consumimos, tenemos altos niveles de subempleo, y a pesar de haberse incrementado el salario mínimo se ha deteriorado la estructura salarial. El 70% de los asalariados gana entre uno y dos salarios mínimos y disminuyó el porcentaje de trabajadores que gana arriba de dos salarios mínimos. La creciente delincuencia – que no se presentaba antes de que tal acuerdo comercial se estableciera -, refleja que el aclamado combate a la pobreza que las autoridades señalan, no ha sido exitoso y sigue la desigualdad del ingreso reflejada en las altas ganancias de la banca.
El secretario de Economía del país dice que se cuenta con un “Plan B” para mejorar la competitividad frente a China y que México “busca reducir el volumen de importaciones provenientes de todos los países asiáticos, no sólo de China y que se busca aumentar nuestro contenido nacional, pero tenemos que trabajar con las empresas que exportan”.
El problema es que México no tiene política económica para impulsar la competitividad, más allá de los menores salarios con relación a EUA y Canadá. Las altas tasas de interés y los recortes presupuestales impiden tener política industrial para promover el crecimiento de inversión para sustituir importaciones por sí solo, para incrementar productividad y competitividad. Por lo tanto, el proceso de aumentar el valor agregado nacional de las exportaciones descansaría en las empresas extranjeras, las cuales trabajan con altos componentes importados, que vendrían ahora de EUA y Canadá y no se generarían efectos multiplicadores internos, ni reducción de déficit de comercio exterior, ni crecimiento económico.
Se tiene que reconocer que los países del T-MEC no tienen condiciones de mejorar competitividad frente a China. La participación de la inversión del PIB en China, según el FMI es de 42%, la de EUA 22.6%, la de Canadá 23.9% y la de México 24.6% del PIB, por lo que no se tiene capacidad para hacer frente a China tal como se ha evidenciado. La participación de EUA en las exportaciones en el comercio mundial ha disminuido. De ser el 12% el total en el año 2000 pasó a ser el 10% en el 2023 y en cambio la participación de China se ha incrementado significativamente y ha superado a la de EUA. De ser 3.9% en el año 2000, pasó al 17% del total en el año 2023.
México, en vez de seguir apostando al T-MEC, dado que estos países seguirán siendo desplazados por la manufactura de China y de los países del sudeste asiático, debe concentrarse en retomar la política económica para sustituir importaciones en energía como en granos básicos y en lo que se pueda en bienes manufactureros. México tiene petróleo, por lo que debe avanzar en su explotación, en el desarrollo de refinerías, como en petroquímica, y sobre todo en explotar el gas que se encuentra en el noreste del país, dado que se importa cerca del 70% de lo que se consume en el país, el cual proviene de EUA y Donald Trump lo puede usar como herramienta para presionar a México a que instrumente políticas a favor de ellos. Cualquier bloqueo al suministro del gas al país se originaría una severa crisis. En vez de realizar recortes presupuestales y el déficit fiscal, se debe incrementar el gasto e inversión púbica para impulsar la explotación del gas que el país tiene, así como la producción de granos básicos para reducir importaciones y lograr la autosuficiencia alimentaria y de gas y desarrollar aquellas manufacturas que tengan alto efecto multiplicador interno. El mayor gasto e inversión pública dirigido a tales sectores, no sería inflacionario, debido a que incrementaría la producción y reduciría el déficit de comercio exterior, por lo que no presionaría sobre el tipo de cambio. Se debe modificar la Ley Orgánica de Banxico para que le compre deuda directa al gobierno a baja tasa de interés, para que el gobierno realice e impulse dichas inversiones.
México no debe aceptar que Canadá y EUA limiten sus decisiones respecto a la relación comercial y de inversión con China. Es una intromisión de tales países a la soberanía del país. Si amenazan con expulsar a México del T-MEC, las relaciones con ellos seguirán tal cual como existían antes del tratado de libre comercio. Ellos requieren de nuestros productos y nosotros de los de ellos. Las exportaciones de México a EUA antes del tratado comercial eran el 67% del total y ahora son el 79%, y hay que señalar que antes crecíamos más, teníamos más industria y agricultura que ahora, y las exportaciones antes del tratado tenían más valor agregado nacional que en la actualidad y la mayoría de las empresas exportadoras eran nacionales, y no extranjeras como ha venido aconteciendo.
Con China se podría negociar mejores condiciones de cooperación que beneficiarían al país, que las que se han obtenido en el T-MEC, donde solo se han beneficiado las empresas transnacionales y no las nacionales, las cuales han sido desplazadas por las importaciones.