Elecciones, corcholatas y destape

Por Humberto Musacchio

  Para Ricardo Rocha.

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 09 de junio de 2023.- El pasado lunes, en un restaurante cercano a Palacio, los morenistas se reunieron dizque a celebrar su triunfo en el Estado de México. Una somera revisión de las cifras aconsejaría prudencia, pues si bien doña Delfina quedó ocho puntos porcentuales arriba de su contrincante del PRI, estuvo muy lejos de mantener la ventaja de 20 que le auguraban las encuestas maiceadas. Y algo más: la abstención superó el 50%, lo que indica que la mayoría de los votantes mexiquenses están hartos del priismo, pero tienen sus reservas ante el desgarriate con que gobierna Morena.

Y mientras los de guinda celebran con bombo y platillos su éxito en el Estado de México, guardan un prudente silencio ante lo sucedido en Coahuila, donde el candidato del PRI recibió, por mucho, una mayor cantidad de votos que la suma de los obtenidos por sus tres oponentes, pues Manolo Jiménez se llevó el 56.9% de la votación contra un mísero 21.5% del morenista Armando Guadiana; 13.13 de Ricardo Mejía, candidato del PT, y 5.9% de Lenin Pérez, del PVEM. Las 16 curules del Congreso local son también para los tricolores, lo que muestra que el PRI todavía mueve la patita.

 

Pasado el susto, la reunión de los morenistas sirvió para que AMLO, su jefe nato, dictara las reglas para la selección del aspirante presidencial. Según el diario Reforma, lo dispuesto incluye la renuncia de cada uno a sus cargos antes del 15 de junio, aunque, según La Jornada, Mario Delgado sostuvo que no se puso tal condición; se prohíben las confrontaciones directas (je, je); a fines de agosto se realizará una encuesta para escoger a quien será candidato; habrá una mesa de negociación con representantes de las cuatro corcholatas para acordar cuántas y cuáles empresas harán la encuesta; las autoridades de los gobiernos de Morena no podrán hacer pronunciamientos públicos en favor de uno u otro de los precandidatos y, contrariando la libertad de expresión, los aspirantes tendrán (o tienen) prohibido difundir sus propuestas en medios informativos críticos de Morena, lo que no tiene viabilidad.

Para encarrilar el proceso, si eso es posible, el próximo domingo se reunirán los 360 integrantes del Consejo Nacional morenista, ante el cual hablarán los cuatro precandidatos del partido gobernante y, según Mario Delgado, se extenderá invitación a Gerardo Fernández Noroña, diputado por el PT, y a Manuel Velasco, del PVEM, presuntamente incluidos en el juego de corcholatas de Morena (¿?).

En la cena del lunes se prometieron huesos para los precandidatos perdedores. Lo anterior se dijo para evitar rupturas, pero lo más seguro es que los insatisfechos con el procedimiento acaben por dejar Morena. Reforma atribuye a López Obrador el anuncio de que será sólo una encuesta, no dos como se especulaba, además de que los resultados serán dados a conocer antes del 15 de septiembre. Por lo pronto, Ricardo Monreal advirtió que “si el partido organiza, realiza y canta la encuesta de manera exclusiva”, él no participará, por lo cual demanda que sean cinco o seis los sondeos y que los realicen “casas profesionales que tengan credibilidad y prestigio”.

En medio de la agitación producida por los resultados electorales del domingo y lo ocurrido en la cena del lunes, la campanada la dio Marcelo Ebrard, quien anunció su renuncia a la Cancillería, lo que pone en un trance incómodo a sus contendientes, pues desplegará una mayor actividad en todo el país, lo que no podrán hacer sus contrincantes, que deben cumplir con las responsabilidades del respectivo cargo.

Las palabras y los hechos permiten advertir que existe un notorio nerviosismo en Morena. El gran temor es que los inconformes se rebelen, dividan a Morena y atraigan en su apoyo a la oposición. Por ahí anda la cosa.

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