Periodistas Unidos. Ciudad de México. 22 de marzo de 2022.- En la mira para detener a Jaime Rodríguez Calderón, el llamado Bronco, estaba desde hace tiempo.
Se sabía de sus trapacerías, especialmente los recursos que utilizó para contender en las elecciones presidenciales de 2018, ya que muchas de las firmas que obtuvo y los dineros utilizados eran mal habidos.
Varios de sus funcionarios, algunos de los cuales pueden ser llamados a declarar y seguramente lo harán para no pisar la cárcel denunciando a sus cómplices, utilizando el muy famoso “criterio de oportunidad”, serán la parte acusatoria.
Mientras que varios analistas de tiempo atrás, especialmente Ramón Alberto Garza, que produce el informativo: Código Magenta (entrevista con Carmen Aristegui, 17 de marzo), había señalado que unas factureras de Puebla (ATTAR 2715, a la cabeza), realizaron operaciones para hacer muchos donativos con una misma cantidad de dinero: 230 mil pesos, algo no solamente extraño sino que mostraba claramente una operación totalmente maquinada.
Ahora ya está en un proceso federal este no tan Bronco, más bien un hombre sin los arrebatos que le caracterizaban y será enjuiciado largamente.
Para su fortuna, al detenerlo lo hicieron sin los protocolos que tiene cualquier indiciado, mostrando su rostro completo y con medidas poco cuidadosas, lo que puede traerle beneficios para que su prisión sea más benévola de lo que parecía en un inicio.
No olvidar que Jaime Rodríguez detuvo a su antecesor, Rodrigo Medina del PRI, por varias cuestiones, entre ellas un acueducto denominado Libertad, para Monterrey, y el señor Medina estuvo 19 horas preso (sic rapidito).
Ahora, la aprehensión del Bronco, se da en circunstancias harto extrañas y muy necesarias para la administración de Samuel García, ya que el activo del Movimiento Ciudadano, no tiene nada que presumir en estos meses de gobierno, únicamente sus presentaciones con su esposa, la influencer, Mariana Rodríguez Cantú.
Además, hace unos días García, elevó a los cielos las tarifas del agua y aumento de forma inconcebible la tarifa del Metro, que fue de ¡4 pesos a 15! (aunque después echó marcha atrás). Lo que traerá una inflación desmedida y la molestia de los sectores humildes y medios, quienes desde antes tenían problemas en tiempo para cubrir sus necesidades del hogar al trabajo ya que muchos autobuses no circulaban porque la tarifa no aumentó en ocho años. Ojo, Ciudad de México.
Un caso muy extraño, es que el señor Carlos de la Garza Ibarra, es el encargado de los dineros tanto en los gobierno de Jaime Rodríguez como de Samuel García. ¡Increíble manejo de los empresarios regios en todo!
No olvidar que detrás de las ayudas millonarias para el Bronco y Samuel García está el gran multimillonario de Femsa (las bebidas negras del imperialismo), José Antonio Fernández, motejado El Diablo, quien hace poco tuvo que pagar casi nueve mil millones de pesos de impuestos.
El capitalismo en todo su esplendor, donde los ricotes ganan apoyando a los diversos candidatos, y los políticos sirven de peones de los hombres del dinero.
Felipe de Jesús Cantú, un panista que fue presidente de Monterrey y se radicalizó a la izquierda, comentó a Álvaro Delgado y Alejandro Páez (Sin Embargo, 17 de marzo), que era muy cantada la posible detención del Bronco, ya que tenía cuentas pendientes en los procesos electorales, además de compras excesivas en mascarillas para el Covid y manejos oscuros que saldrán plenamente a la luz con nuevas detenciones.
Otra perla importante es que Jaime Rodríguez erogó 17 millones de pesos en su aspiración presidencial, sin que hasta la fecha estén plenamente justificados; mientras Samuel García tiene pendientes de explicar 13 millones de pesitos.
Tanto el INE como el TEPJF han guardado el sueño de los justos ante dichas irregularidades.
Por eso es muy precisa la caricatura de Rocha en La Jornada (17 de marzo), viendo a Margarita Zavala reírse porque se le quiere sancionar a alguien por “unas firmitas apócrifas”, ya que ella también hizo ilegalidades y las autoridades electorales vieron para otro lado.
Lo mismo que la frase de un artículo de Jorge Zepeda Patterson en Milenio (17 de marzo): “En la cárcel no están los corruptos sino los perdedores”.
@jamelendez44