Por Arturo Huerta González
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 26 de junio de 2024.- Los empresarios han visto como positivo el nombramiento de Marcelo Ebrard como próximo secretario de Economía, señalando que su “perfil potenciará el crecimiento económico de México en el marco del nearshoring”. El mismo Ebrard dijo el jueves 29 de junio 2024 que la “atracción de inversiones será tarea principal al frente de la secretaría de Economía” y que “hay que hacer una actividad proactiva e insistente como hicieron con Tesla, cuyo proceso empezó en el 2019”. Al respecto cabe señalar lo siguiente. Ninguna economía ha alcanzado un crecimiento sostenido con la entrada de inversión extranjera. México por décadas ha tenido entrada de inversión extranjera y las beneficiadas han sido ellas y no el país. Si la economía creció en los años 40s, 50s, 60s y 70s del siglo pasado, fue debido a que teníamos política industrial a favor de las empresas nacionales y sectores estratégicos en poder del gobierno que apuntalaban al sector manufacturero y crecimos al 6.4% promedio anual. Las empresas transnacionales que se establecieron en el país producían para el mercado interno, sustituyendo importaciones. La inversión extranjera que se ha establecido desde los años 90s del siglo pasado hasta la fecha, ha estado dirigida sobre todo a exportar a Estados Unidos (EUA) y trabajan con alto componente importado y no generan altos efectos multiplicadores internos, por lo que su dinámica no se ha traducido en mayor desarrollo industrial y de la economía nacional. No impulsan la sustitución de importaciones, sino al contrario, se han roto cadenas productivas y ha aumentado el coeficiente importado (la relación de importaciones respecto a la producción nacional), ocasionando presiones sobre el sector externo. El hecho que el gobierno y los empresarios ubicados en el país están por el impulso a la relocalización de empresas para atraer inversión, refleja que el país no tiene política industrial, ni capacidad interna para impulsar el crecimiento económico y se apuesta a que venga inversión extranjera para así generar crecimiento. Ello no ha acontecido, ni acontecerá. Las empresas transnacionales aprovechan la mano de obra barata, como la ventaja de localización de estar al lado del principal mercado del mundo, pero ello no ha beneficiado a la economía nacional, la cual de 1982 a 2018 creció al 2.2% promedio anual y en el presente sexenio se ha crecido al 0.9% promedio anual. En relación a la empresa Tesla, a la que hizo alusión Marcelo Ebrard, ni siquiera se ha puesto la primera piedra de dicha empresa, ni se ha empezado a construir la infraestructura (carretera, energía, abasto de agua, etc.) solicitada por dicha empresa y además, Tesla está siendo desplazada por los autos eléctricos chinos a nivel mundial y por eso, el mismo dueño de la empresa tiene dudas de establecerla en Nuevo León.
Hay que señalar que EUA y países europeos y otros, han venido instrumentando políticas industriales para avanzar en el auto abasto y depender menos de importaciones. Están otorgando subsidios para que regresen empresas a sus países y para evitar la salida de ellas y así impulsar su crecimiento industrial y reducir su déficit de comercio exterior. De hecho, la relocalización de las empresas que están saliendo de China muchas se están dirigiendo a EUA por la política de subsidios que está otorgando. Ello reducirá el flujo de inversiones que México pueda atraer. Además, se está desacelerando el comercio y la economía internacional, lo que cuestiona lo mencionado por Ebrard de que “no hay razones para suponer que las inversiones extranjeras se van a detener”, pues si acontecerá, pues para quien van a producir si está disminuyendo el mercado mundial. En el primer trimestre 2024, los países de la OCDE tuvieron un crecimiento de 0.4%, con relación al trimestre previo, por lo que es difícil que llegue la gran cantidad de inversiones a través del proceso de relocalización como espera el gobierno. De hecho, la inversión extranjera reportada en México en 2023 es más por reinversión de utilidades de las empresas ya ubicadas que, por nueva inversión, la cual es mínima. Por lo tanto, Marcelo Ebrard, más que preocuparse por atraer nuevas inversiones, debería impulsar una política industrial y desarrollo tecnológico para no quedarnos rezagados frente a aquellos que si lo hacen. Se debe promover el auto abasto, la sustitución de importaciones para así generar efectos multiplicadores internos y sobre el empleo y para reducir el déficit de comercio exterior y los requerimientos de entrada de capitales, que resultan muy caros. En la revisión del T-MEC en 2026, debería replantearse dicho acuerdo, pues el propio Estados Unidos lo ha violado al establecer política industrial en el 2022, con grandes subsidios a sus empresas y con altos aranceles para protegerla frente a importaciones. México debe hacer lo mismo. El libre comercio ha afectado a la gran mayoría de los países. Si EUA ha dejado el libre comercio, ello da pie a que México establezca política industrial proteccionista. Otorgue subsidios, créditos baratos, y establezca aranceles y tipo de cambio competitivo para proteger a la producción nacional frente a importaciones. A las empresas que vengan al país hay que exigirles transferencia de tecnología a favor de las empresas nacionales, lo que permitirá mayor crecimiento económico y reducción del déficit de comercio exterior. Para que haya política industrial, Banxico debe bajar la tasa de interés. Debe haber banca de desarrollo a favor de la industria y la agricultura. Se debe regular a la banca para que otorgue créditos baratos preferenciales a los sectores productivos y la secretaría de Hacienda debe flexibilizar la política fiscal para que se otorguen subsidios para impulsar la inversión productiva, como incrementar el gasto público para aumentar la demanda y el mercado interno para así estimular la inversión productiva.