Por Arturo Huerta González
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 28 de septiembre de 2024.- La economía nacional acentúa en el 2024 su tendencia decreciente, donde la gran mayoría de las instituciones financieras y bancos han bajado la perspectiva de crecimiento para este año y el 2025. El Índice Oportuno de la Actividad Económica del INEGI, reportó que en el mes de agosto tuvo un crecimiento de 0.3% respecto al mes anterior y un crecimiento anualizado de 1.1, por lo que es probable que el 2024 termine con un crecimiento de 1%, o ligeramente por debajo de ello y el crecimiento promedio anual del sexenio sería de 0.7%, que contrasta con el crecimiento de la economía de Colombia que para el mismo período de 2018 al 2024 su crecimiento promedio anual ha sido de 2.71%, el de Brasil de 1.73% y Chile de 1.56%. América Latina continúa rezagándose de los países asiáticos y México se rezaga frente a otros países de nuestro continente.
En el 2025, con los recortes presupuestales que se avecinan por la reducción del déficit fiscal que se ha anunciado del 6% del PIB con que cerrará este año, al 3.5% que estará en el paquete económico que se presentará para el próximo año, implicará mayor cierre de dependencias gubernamentales, caída de la inversión pública, lo que seguirá reduciendo el tamaño del Estado y desatendiendo obras de infraestructura, el desarrollo tecnológico y tantos otros servicios púbicos que comprometen el crecimiento económico, la generación de empleo, como el bienestar de la población.
La economía seguirá sin mostrar motor alguno de crecimiento, pues las exportaciones lo dejaron de ser desde hace tiempo, ante la desaceleración del comercio mundial, como por las políticas proteccionistas y de impulso al auto abasto que EUA está instrumentando. Ante la caída del consumo e inversión privada, como por el déficit de comercio exterior (que aumentará por la desaceleración de la economía de EUA y los problemas productivos de la economía nacional), que actúan contra el crecimiento de la economía, se le sumarán mayores recortes presupuestales que ahondarán la contracción económica. Las finanzas públicas seguirán sin desempeñar el papel que les compete, que es actuar como instrumento contra cíclico para mantener la dinámica económica, debido a que se sujeta a las directrices de las calificadoras internacionales de trabajar con austeridad fiscal para no comprometer el pago de la deuda y no incrementarla, y a pesar de los recortes presupuestales la deuda sigue creciendo, pues al gastar menos, se frena la actividad económica y el gobierno termina recaudando menos.
Banxico no bajará substancialmente la tasa de interés. La Reserva Federal de EUA ante los problemas de desaceleración de su economía, como por el aumento del desempleo y pérdida de competitividad que está afectando el crecimiento de sus exportaciones, decidieron bajar en 50 puntos la tasa de interés, de 5.25-5.5% a 4.75-5.0%. Hay que recordar que dos miembros de la Junta de Gobierno de Banxico se opusieron en el mes de agosto bajar la tasa de interés y la mayoría lo hizo al reducirla de 11.0% a 10.75%, y en los próximos días decidirán si hacen lo mismo que la Reserva Federal de bajarla 50 puntos o la mantienen o solo la recortan en 25 puntos. La deberían reducir drásticamente para disminuir las presiones sobre la carga del servicio de la deuda del sector público, como de las empresas y familias, para que éstas puedan incrementar su gasto e inversión, acompañado ello por mayor gasto público para aumentar demanda y generar expectativas y certidumbre de crecimiento para dinamizar la inversión y contrarrestar la tendencia decreciente que está presente en nuestra economía.
La única forma de combatir la pobreza y la delincuencia organizada no es a través de programas sociales y mayor presupuesto a las fuerzas armadas y a la seguridad pública, sino generando empleo bien remunerado, y para ello se tiene que aumentar el gasto público y bajar la tasa de interés para impulsar la demanda y las decisiones de inversión. Se requiere de una política de empleo para que el gobierno de empleo a todo aquel que lo busca y no lo encuentra. En vez de seguir con una política fiscal que achica el tamaño y participación del gobierno en la economía, se requiere de un gobierno que atienda las demandas de la sociedad y para ello, se requiere que gaste más.
La secretaría de Economía anunció en estos días que “entre enero de 2023 y septiembre de 2024, el sector privado realizó 575 anuncios de inversión en México por más de 170 mil 644 millones de dólares”. El gobierno apuesta a la inversión extranjera para así impulsar el crecimiento de la economía, lo que evidencia que no se tiene política económica, ni condiciones endógenas para ello. Tal situación refleja la subordinación a las decisiones externas en que ha caído la economía mexicana a raíz del predominio de las políticas neoliberales que le han quitado al gobierno el poder soberano para determinar su futuro, por lo que hemos caído en un contexto de alta vulnerabilidad respecto a las decisiones del capital internacional. Por más inversión extranjera que el país tiene, ello no se ha traducido en mayor crecimiento económico, ni en bienestar para las grandes mayorías del país, sino hemos caído en un país que prácticamente no nos pertenece.