Engaños por todos lados

Por Jorge Meléndez Preciado

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 11 de abril de 2022.- Emulando a muchos antiguos gobernadores, entre otros Mario Marín, hoy preso por el caso de la detención arbitraria de Lydia Cacho,  quien construyó tres hospitales inservibles, una investigación del diario Milenio y el Programa de Apoyo al Periodismo de la UNESCO, descubrió que en la administración de Silvano Aureoles Conejo en Michoacán (2015-2021), se destinaron cerca de tres  mil millones de pesos en obras mal realizadas, inconclusas o ni siquiera efectuadas.

De esos recursos, más de dos mil 600 fueron aportaciones federales, ya que Silvano era un hombre que llegó a la jefatura del gobierno  porque aceptó como presidente de la Legislatura todo lo que le ordenó Enrique Peña Nieto, especialmente el Pacto por México.

Los otros cuatrocientos millones de pesos, fueron de recursos estatales, que no se ocuparon en las necesidades de la población sino para favorecer a empresas de amigos y socios, entre ellos se encuentra: Alexis Nickín Gaxiola, yerno de Roberto Madrazo Pintado,  uno de los patrocinadores del informativo Latinus, donde están: Carlos Loret de Mola y Brozo.

Otro gran beneficiario fue Carlos Herrera Tello, quien fue presidente Municipal de Zitácuaro, Michoacán; secretario general de Gobierno, posteriormente, y candidato derrotado del PRI a la gubernatura por el morenista: Alfredo Ramírez Bedolla.

La obra cumbre de la simulación y el atraco de Silvano fue la llamada, Ciudad de la Salud, en Morelia, donde se edificaron: un Hospital General y otro Infantil, los cuales tiene fallas por todos lados.

Por ejemplo, en el General hay un elevador para 22 personas y al llegar al piso Tres abre sus puertas y enfrenta de la salida hay un muro de concreto que impide cualquier avance, algo más allá de Kafka.

La Auditoria Superior de la Federación (ASF) ha presentado 11 pliegos de observaciones, 16 recomendaciones y 25 Promociones de Responsabilidad Administrativa Sancionatoria (PRAS).

La mayoría de las obras  se adjudicaron a los aliados o subordinados políticos de Silvano; muchas de forma directa y otras con la licitación amañada.

Al señor,  Alexis Nickín Gaxiola, se le otorgaron  contratos por 376 millones de pesos, uno, y 167 millones, otro. Sin que su  compañía, de reciente creación,  tuviera, obviamente, experiencia en  construcciones.

En tanto,  una buena cantidad de empresas muy reconocidas, tuvieron que  surtir de materiales y equipos  a las Nickín, aunque al final   ni siquiera les pagaron. Lo que los llevó  a la quiebra.

En otros terrenos, entregaron las obras sin concluir  y en otros casos con  año y medio de retraso sin que los sancionaran por el incumplimiento de sus acuerdos.

Se liquidó, en una ocasión, un millón de pesos por regaderas de cobre inexistentes.

La Auditoria  Federal descubrió que se pagaron 426 millones de pesos por bienes no entregados. 27 millones 500 mil pesos por obras y/o equipos inexistentes. Y más de 12 millones de pesos por supuestas instalaciones de equipos.

En fin, que el gobernador Aureoles, que se indignó porque un ciudadano en un acto le reclamó su mal proceder y anduvo haciendo circo y maroma afuera de Palacio Nacional para que lo recibiera Andrés Manuel López Obrador, e incluso se fue a Estados Unidos para denunciar al actual jefe del Ejecutivo Federal por no atenderlo, hizo de las suyas con este tipo de construcciones que no sirvieron para maldita la cosa.

Y esto, desgraciadamente,  es muy común en nuestro país, ya que los gobernadores por eso son catalogados como Virreyes, pues hacen lo que les da la gana, desvían los recursos federales en obras para el beneficio de sus amigos y endeudan a sus estados en grado extremo, incluso para generaciones futuras.

El caso de Silvano Aureoles Conejo, quien es todavía dirigente importante del PRD, ha llegado a extremos incalculables, manejando para su beneficio,  la necesidad y la salud de los michoacanos.

Por otro lado,  recientemente supimos que Mikel Arreola, el encargado de Cofepris con Enrique Peña Nieto, y hoy a cargo del futbol mexicano,  pactó con la empresa Cocacola para que el etiquetado de los productos alimenticios resultara favorable para la vendedora de aguas negras, la cual hace  engordar a todos y acapara el agua para su producto.

Ello, según, El Poder del Consumidor, del eficaz, Alejandro Calvillo.

Lo que llevó a que uno de los directores importantes de esa la  institución mexicana que debe cuidarnos en la salud, Patricio Caso Prado, sea ahora ejecutivo importante de la refresquera que acelera  la diabetes de los nacionales.

Engaños  al por mayor.

jamelendez44@gmail.com

@jamelendez44

1 comentario
  1. Héctor Moya dice

    Algo de ese dinero fue a parar a las arcas de Loret.

    Ojalá regresen a terminar con el país, es lo único que saben hacer.

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