Periodistas Unidos. Ciudad de México. 05 de septiembre de 2021.- Primero llegaron unas chicas que habían estudiado robótica en Kabul, quienes no obstante la misoginia y crueldad del régimen de los talibanes, pudieron convertir sus sueños en realidad.
Después, más de 120 periodistas y familiares de ellos pudieron obtener el asilo que necesitaban, y que es uno de los orgullos de la política mexicana.
Este segundo grupo estaba conformado por reporteros que eran parte de los trabajadores informativos de los Estados Unidos, quienes por una mala política realizada desde Donald Trump hasta Joe Biden no fueron advertidos ni cuidados para que obtuvieran la posibilidad de salir antes de que los talibanes ocuparan todas las posiciones.
Lo que muestra, claramente, que los Estados Unidos, no tienen amigos ni colaboradores ni ciudadanos, sino intereses.
Ello muestra, además, que la política exterior mexicana ha sido acertada y amplia, aunque en ocasiones, forzada por el vecino del norte, ha tenido que llevar a cabo acciones contrarias a su espíritu internacional de solidaridad y libertario, sino más bien de gendarme de los intereses del Gran Imperio, el cual muestra su colapso en la reciente crisis de Afganistán.
Y ahora tenemos que ser el policía malo de una crisis de inmigración gigantesca, en donde personas de todo el mundo, pero especialmente de Latinoamérica, de Cetroamérica, Cuba, Venezuela y Haití tienen que permanecer en nuestras fronteras porque serán expulsados del país que se preciaba del sueño estadounidense.
Dice bien el maestro universitario, Roberto Jaramillo, docente en la Universidad de Kabul, quien se preparó en el Tecnológico de Monterrey en multiculturalismo, dicho centro que recibía a una cantidad amplia de estudiantes, entre ellas mujeres sin burka, era una burbuja que posibilitaba a muchos estudiar, pasera, vestir como deseaban y hacer de la libertad su sueño.
Pro llegó la retirada de 20 años de ocupación yanqui, queriendo imponer sistemas de vida y aparente democracia, y todo se derrumbó como un castillo de naipes, donde la brutalidad regresó y ahora la vida es una pesadilla.
La doctora María Terese Alcalde me envía un video estrujador. Unos individuos, en Kabul, discuten en idioma pasthún ante una mujer, a la cual después arrodillan y posteriormente le dan un tiro en la nuca. Como si fuera algo común y hasta necesario, los individuos con fusiles al hombro siguen su camino.
¡La brutalidad al máximo!
El gobierno de Estados Unidos ni se inmuta. Acaso sólo cuantifica que gastó 145 mil millones de dólares, más 837 millones de billetes verdes del Pentágono. Hubo dos mil 443 soldados muertos, más mil 144 aliados, decenas de ingleses, y 20 mil 666 heridos. No dice cómo se enriquecieron compañías privadas de energía, de matones a sueldo y muchas cuestiones más. Todo en aras de la supuesta democracia que ellos pregonan.
Incluso impresos como el The New York Times, de los cuales salieron 24 familias, y otros como l The Walla Strett Journal y The Washington Post, que pudieron sacar a sus empleados y parientes no agradece el esfuerzo de México, ni de personajes indispensables como la funcionaria de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Jenifer Fellen Enríquez, más bien ellos creen que lo merecen todo.
Y hasta el señor Sulzberg, del TNYT, dice que no importando lo que haya realizado México lo seguirán criticando en lo que López Obrador falle.
Nadie les pidió a los yanquis invasores las gracias, simplemente que fueran seres humanos, al parecer les importa poco todos los ciudadanos y el mundo.
Lo trascendente para ellos es el negocio. Y ahora no obstante que mataron a Osama Bin Laden y quisieron aniquilar a Al Qaeda, tendrán que luchar nuevamente con el terrorismo en su país.
Lecciones que el mundo cambia en diversos sentidos.
@jamelendez44