Estados Unidos, el defensor de la “libertad” versus la dictadura en Cuba

Por Jurgis Rudkus

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 10 de agosto de 2021.- En días recientes, muchos especialistas afinaron su pluma y creatividad para denunciar a la sanguinaria dictadura cubana tras las recientes protestas en la isla. Todos se han vuelto “expertos” sobre la censura, el control de los medios de comunicación, la represión y el fracaso económico del gobierno comunista.

Ante la coyuntura, curiosamente poca atención ha tenido por los mismos especialistas la resolución A/RES/75/289 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) del 23 de junio de 2021, llevada a cabo desde 1992, donde 184 países —el 97 por ciento de los Estados miembros— votaron a favor de terminar con el bloqueo estadounidense contra Cuba. Sólo Israel y Estados Unidos (EUA), que se caracterizan por su “pacifismo y defensa de los derechos humanos”, votaron en contra.[1]

Hablando de democracia, ¿qué tantos deseos tiene EUA por implantar en Cuba? ¿Por qué continua el bloqueo si la abrumadora mayoría de las naciones ha decidido finalizar con éste?

Resulta “extraño” que el New York Times (NYT), CBS, NBC, o CNN hayan invertido gran cantidad de tiempo de trasmisión para las resoluciones 677 y 678 del Consejo de Seguridad de la ONU, donde prácticamente se autorizó iniciar la Guerra del Golfo Pérsico, y no lo hagan con la resolución A/RES/75/289. ¿A quién le interesa hablar del fin del bloqueo a través del voto democrático internacional?

Ningún medio masivo dará horas, minutos ni segundos sobre la resolución del fin del bloqueo ya que la noticia tiene nula relevancia, la guerra en cambio, responde a todas las necesidades de la civilización actual, empezando por el rating.

Otras noticias con nulo valor noticioso han sido las protestas de los cubano-estadounidenses que organizaron una marcha desde Miami hasta Washington para protestar contra el bloqueo y las sanciones impuestas a Cuba[2]; a lo que se suma una carta de diversos intelectuales y varios Premios Nobel pidiendo a Biden el fin del bloqueo y de las sanciones. La carta se publicó en el NTY el 23 de julio de 2021.

En cambio, noticias de gran envergadura —de la Deutsche Welle y el NYT por ejemplo—[3] han sido las imágenes, debates y videos sobre las protestas en la Habana, donde la policía del terror aparece “reprimiendo brutalmente” a la población.[4] Tan dramáticas escenas dejan en el parvulario a la policía de Minneapolis que asesinó a George Floyd en 2020.

Más interesantes son los argumentos que se toman con toda seriedad por los voceros de la libertad para despotricar contra Cuba y solicitar el fin del gobierno terrorista: “El bloqueo es el pretexto perfecto de la dictadura cubana para ocultar su fracaso político-económico y para justificar la violación de los derechos humanos”; “Cuba, país patrocinador del terrorismo internacional —junto con Irán, Corea del Norte y Siria— debe ser combatido y eliminado cuando antes”; “fin a la dictadura”.

Perogrulladas aparte, ¿cómo es posible que un pequeño país como lo es Cuba, cuya economía es doscientas veces menor a la estadounidense, sea catalogado como país terrorista que atenta contra el mundo libre? ¿Por qué el mayor perpetrador de terrorismo internacional y violador de los derechos humanos a nivel global, acusa por los mismos delitos a Cuba, quien no tiene bases militares, misiles nucleares o cualquier otro armamento ni ejército capaz de invadir a ningún país?

Existe una historia de San Agustín que encaja a la perfección como analogía a la situación de Cuba ante la superpotencia global:

El emperador Alejandro Magno (EUA) acusa al líder de un pequeño barco pirata: «¿Cómo osas molestar al mar?»

El pirata (Cuba) responde: «¿Cómo osas tú molestar al mundo entero? Yo tengo un pequeño barco, por eso me llaman ladrón. Tú tienes toda una flota, por eso te llaman emperador».

La analogía sirve al sentido común que, por cierto, no es nada común en los principales medios de comunicación, especialmente cuando hacen referencia al emperador estadounidense Joe Biden, quien amenazó: «Esto es solo el comienzo. […] Estados Unidos apoya a los valientes cubanos que han salido a las calles para oponerse a 62 años de represión bajo un régimen comunista».

Curioso que las palabras de Biden no afirmen lo mismo sobre los valientes filipinos que luchan y se manifiestan contra el gobierno sanguinario de Rodrigo Duterte. Caso similar con las protestas en Colombia, donde los jóvenes has salido a las calles para protestar contra las políticas del presidente Iván Duque, quien prácticamente ha militarizado las calles.

Biden tampoco muestra su entusiasmo por los valientes saudíes adolescentes Ali al Nimr, Abdullah al Zaher y Dawood al Marhoun, que protestaron contra su gobierno y por lo cual, fueron condenados a muerte por la monarquía de Arabia Saudí,[5] país que además aplica la ley shariah, que degrada a las mujeres como ciudadanas de segunda; considera a los shi’itas como no musulmanes que deben ser perseguidos junto con los cristianos y los judíos,[6] tortura a sus críticos hasta provocar la muerte y corta las manos a los sospechosos de robar, entre otros “derechos humanos” garantizados por los mejores amigos de Washington.

Foto: AFP

Volviendo al Caribe, por más de 62 años los valientes cubanos sí que han padecido múltiples actos de agresión —terrorismo internacional— cometidos por Estados Unidos. Desde 1898, durante la guerra de independencia que libraban los cubanos contra el imperio español, Estados Unidos invadió y ocupó la isla poniendo de pretexto una supuesta “intervención humanitaria”; una intervención donde «el norteamericano liberó el corazón y las mentes [de los cubanos]».[7]

Por entonces, el secretario de defensa Elihu Root declaró sin ambigüedades que «Tenemos la intención de gobernar [en Cuba], y así son las cosas».[8] Probablemente por dichas intenciones, a los comandantes cubanos no se les permitió asistir a la rendición del imperio español —en la parcial independencia de Cuba—, y, por el contrario, se les trató con desprecio y racismo.[9] El mando militar y la prensa estadounidense se refería sobre los cubanos como aquellos «negros, mestizos e hispanos ignorantes», «un montón de degenerados…no más capaces del autogobierno que los salvajes de África».[10]

Cuba fue convertida en una «colonia virtual» —según definieron dos especialistas de Harvard—.[11] Pero en el imaginario de Estados Unidos, no existe ninguna invasión contra Cuba ni tampoco una colonia virtual, al contrario, se saben sus libertadores, o como dijo el Washington Post «[EUA tenía] que poner fin al reino de la hambruna y muerte […] ese es nuestro deber […] con la humanidad». El New York World insistía que «no seremos dignos de nuestro propio legado de libertad si fallamos en extender nuestro poderoso brazo para socorrer y salvar a los patriotas cubanos».[12] En otras palabas, EUA “merece todo” el agradecimiento de esos negros, mestizos e hispanos ignorantes.

La perla de las Antillas, que “consiguio su independencia” gracias a EUA, se convirtió en el paraíso de América, o en palabras de las escritoras Consuelo Hermer y Marjorie May, Cuba era «una mujer enamorada. Ansiosa de dar placer [a los estadounidenses], ella será cualquier cosa que usted quiera ¿cómo la apetece?».[13]

La civilización occidental en todo su esplendor fue Cuba con los burdeles, el sexo en las calles, las drogas, las bebidas sin límite, los spring breakers y el mundo de los casinos. Ese paraíso terrenal existió hasta 1959 cuando triunfaron los revolucionarios y su líder, Fidel Castro, para echarlo todo a perder con sus ideas de autodeterminación, soberanía y revolución.

Inmediatamente después del triunfo de la revolución, el subsecretario Douglas Dillon afirmó que «el pueblo cubano [es el] responsable del régimen [comunista]», por tal acto de irresponsabilidad, dicho pueblo tenía que sufrir, o en palabras del propio Eisenhower, «si [el pueblo cubano] pasa hambre, echará a Castro». Para que el pueblo cubano pasara hambre, Eisenhower impuso el bloqueo, y John F. Kennedy lo endureció: cortó totalmente la cuota azucarera —principal fuente económica de Cuba—, presionó a otros países de América —bajo amenazas— para que se sumarán al bloqueo y  rompieran relaciones con Cuba.

Tal acto de diplomacia estadounidense que en “nada repercute actualmente en la isla”, tuvo tal éxito que, para 1964, sólo México mantenía relaciones con Cuba. Paralelamente, acabar con Fidel y su gobierno se convirtió en una obsesión imprescindible de EUA. Durante el gobierno de Eisenhower, Richard Bissell, jefe del servicio clandestino de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) envió a su director un memorando sugiriendo que «hay que considerar detenidamente la eliminación de Fidel Castro».[14]

Kennedy amplió el embargo con la “esperanzadora” idea de que «el creciente descontento de los cubanos hambrientos»[15] facilitaría la caída de Castro. El informe desclasificado de Arthur Schlesinger —asesor de Kennedy— confirma que EUA necesitaba aplastar la “demencial” «idea de Fidel Castro, la cual afirma [que es posible] hacer las cosas por uno mismo [país soberano]», «[el ejemplo de Cuba en América Latina, puede estimular] a los pobres a exigir la oportunidad de una vida decente».[16]

Así mismo, el informe del Comité Church del Senado estadounidense encontró, al menos, ocho complots de la CIA para asesinar a Fidel Castro. Por su puesto que todos esos intentos de asesinato no son actos de terrorismo internacional, sino pequeñas demostraciones de “intervención humanitaria” del “mundo libre”.

Sobre los planes de EUA para asesinar a Fidel Castro, hay dos preguntas interesantes: ¿Cómo hubiera actuado y como actuaría hoy EUA, si se demostrara que el gobierno de Castro realizó un plan para asesinar a Kennedy o a cualquier otro presidente de la “libertad”? ¿Cuál sería la actitud y las noticias de los medios de comunicación masiva?

Más demostraciones del “mundo libre” contra el comunismo en Cuba fue la “heroica” invasión de Playa Girón el 17 de abril de 1961, donde un grupo entrenado y armado por Estados Unidos pretendió recuperar la “democracia cubana”. Desde su base clandestina en Guatemala —donde EUA tuvo que proveer un prostíbulo para los “patriotas e inquietos anticastristas”—, «la Brigada 2506 estaba conformada por mil quinientos hombres, tanques y aviones suministrados por EUA. Dos días antes de la invasión, aviones B-16 bombardearon la Habana, San Antonio de los Baños, Santiago de Cuba y otras ciudades, causando muertos y heridos».[17]

Omitiendo las amenazas en el conflicto de octubre de 1962 y después de haber fracasado en Playa Girón, William Colby —en otro tiempo director de la CIA— ordenó «utilizar todos los medios disponibles» y realizar cualquier acción para liberarse de Fidel, por lo cual, pusieron en marcha la Operación Mangosta —al mando de Robert Kennedy y el general Maxwell Taylor—, donde se reclutó a extranjeros, diplomáticos y capos de la mafia como Meyer Lansky —quien creó el mayor sistema de lavado de dinero para la mafia del siglo XX—, Roselli, Sam Giancana y Santo Traficante entre otros paladines de la democracia.[18]

La Operación Mangosta, una de las operaciones terroristas con más recursos en la historia, incluye un enorme aparato de espionaje de la CIA en la Universidad de Miami —nombre clave JM WAVE— con un presupuesto anual de cien millones de dólares, seiscientos empleados, y más de tres mil agentes. La operación cometió, al menos, cinco mil 780 sabotajes y acciones terroristas contra Cuba —incluyendo varios intentos de asesinato contra Castro—.[19]

Pero los crímenes contra Cuba nunca se encuentran en las memorias noticiosas. Tampoco existen los actos terroristas de Orlando Bosh —planificador del asesinato del ministro chileno Orlando Letelier, entre muchos otros actos terroristas—, ni los de Luis Posada Carriles —responsable del asesinato de 73 pasajeros del vuelo 455 de Cubana de Aviación en 1976 entre otros atentados—. Esas personas, tan comprometidas con “la paz y los derechos humanos” han tenido su hogar y protección en Estados Unidos. Menudo ejemplo del país que hoy, como hace 123 años pide la instauración de la democracia y el triunfo del “mundo libre” en Cuba.

Más sobre las acciones terroristas contra Cuba fueron los documentos en 1998 de los llamados Cinco Cubanos (Miami five) —varios de ellos recientemente “liberados” por EUA—, quienes se infiltraron en los grupos terroristas de Miami y revelaron información sobre las organizaciones Alpha 66, Fundación Nacional Cubano Americana y Humanos al Rescate.

Los Cinco Cubanos develaron toda una red de actividades criminales contra Cuba y lograron evitar varios atentados, sin embargo, fueron atrapados y duramente condenados por EUA. La noticia de esos cubanos y sobre la información que demuestra la guerra terrorista contra Cuba tampoco merece la atención de los “voceros de libertad”.

A estas alturas de la guerra y estrangulamiento económico contra Cuba, los especialistas sobre el tema, no dudan en afirmar que el origen de todos los males es el régimen castrista.  Pedro Freyre, abogado del bufete Akerman de Miami afirma que «el embargo tiene más huecos que un queso», es decir que, la situación en la isla fuese la misma con o sin bloqueo ya que todo es culpa del mediocre sistema comunista, y concluye: «Una Cuba capitalista bajo sanciones no tendría ni remotamente el nivel de problemas que tiene ahora».[20]

Quienes afirman algo similar, deberían echar un vistazo a la Haití capitalista, que no tiene ningún embargo y cuyos gobiernos han sido fieles aliados del “mundo libre”. Quizás encuentren en ese país una economía y condiciones de vida idénticas a las de Finlandia o Noruega.

[1] Más detalles sobre la resolución de 2021 en: https://undocs.org/es/A/RES/75/289

[2] Para un seguimiento sobre las protestas contra el bloqueo en Estados Unidos: Democracy Now. https://www.democracynow.org/2021/7/27/cuba_protests_pandemic_conditions,

[3] https://www.nytimes.com/es/2021/07/29/espanol/protestas-cuba-represion.html

[4] https://www.youtube.com/watch?v=hkYS9Z4aS4w

[5] Amnistía Internacional, https://www.amnesty.org/es/latest/news/2020/08/saudi-arabia-review-of-young-mens-death-sentences-overdue-step-towards-justice/

[6] Cockburn, Patrick. El regreso del Jihad. El brazo extremo de Al-Qaeda. Ariel. México, 2015, pp. 24-28.

[7] H. Wayne Morgan. America’s Road to Empire: The War with Spain and Overseas Expansion. 1965. Citado en Pérez, Louis. Cuba en el imaginario de los Estados Unidos (La gratitud como moneda moral del imperio). Editorial de Ciencias Sociales. La Habana, 2016, pp. 2-3

[8] Pérez Louis. The War of 1898. University of North Carolina Press, Chapel Hill, 1998; Luois Pérez. Cuba: Between Reform and Revolution. Oxford University Press, Nueva York, 1996. Citado en Chomsky, Noam. Esperanzas y realidades. Ediciones Urano. Barcelona, 2010, pp.  68-69, 354

[9] Ídem.

[10] Chomsky, Noam. Año 501. , p. 205.

[11] Ernest May y Philip Zelikow. The Kennedy Tapes. Harvard University Press. Cambridge (Massachusetts), 1998.

[12] Pérez, 2016, op. cit. (La gratitud como moneda moral del imperio), pp. 1-20.

[13] Ibídem, p. 27

[14] Weiner, Tim. Legado de Cenizas. La historia de la CIA (Mentía a los de abajo y mentía a los de arriba). PRH. Barcelona, 2019, p. 4.

[15] Las palabras entrecomilladas son de JFK.

[16] Americans Republics. Vol. XII de Foreign Relations of the United States. US Dept. of State. 1961-63, pp. 13-33.

[17] Nieto, Clara. Los amos de la guerra. Debate. México, 2006, pp. 125-126.

[18] Ibídem, pp. 128-129.

[19] Ídem.

[20] Protestas en Cuba: cuánto afecta realmente a la isla el embargo de Estados Unidos. https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-57857337

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