Periodistas Unidos. Ciudad de México. 28 de febrero de 2022.- Las enormes llamas que vimos en Ucrania son parte de una acción irresponsable, prepotente y que seguramente no traerá mayores repercusiones al agresor. No obstante que haya algunos reclamos y sanciones aparentemente graves por ese ataque.
Pero hay otros fuegos que han revivido, inesperadamente, en nuestro país. Los recordó en su libro: 10 años de derechos. Autobiografía jurisprudencial (horrible título), el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Arturo Zaldívar.
Trajo a colación la quema de la Guardería ABC, en Hermosillo, Sonora (5 de junio de 2009), la cual fue atraída por el órgano judicial y cuya resolución se discutió del 14 al 16 de junio (2010).
En el mismo se exoneraron a todos los involucrados, de primera línea-aunque se inculpó, como siempre, a los trabajadores- de la muerte de 49 niños y varias decenas de damnificados que continúan con secuelas de aquel trágico suceso.
La guardería estaba subrogada por parte del IMSS, para que unos pequeños estuvieran al cuidado de quienes los atendían. El lugar en donde se ubicaba, no tenía las condiciones adecuadas, pero al lado estaba una bodega que guardaba documentación fiscal del gobierno de Eduardo Bours Castelo, quien era gobernador de Sonora, y realizó pésimos manejos los cuales quería desaparecer, según la mayoría de las investigaciones periodísticas de hace 13 años.
Mandaron incendiar el lugar de los papeles comprometedores y el fuego se trasladó a la guardería con los espantosos acontecimientos que comentamos.
El hecho tuvo enorme relevancia, y el gobierno de Felipe Calderón no tuvo más remedio que pedir una investigación a la SCJN.
Pero en la irresponsabilidad, aparte de la villanía de Bours Castelo- socio importante de Bachoco-, estaban metidos el entonces director del Seguro Social, Juan Molinar Horcasitas (un inteligente y al mismo tiempo prepotente albiazul) y una de las socias principales de la estancia ABC era: Marcia Matilde Altagracia Gómez del Campo, prima de Margarita Zavala.
No obstante las protestas, mítines y rabia de los padres de la víctimas, la sentencia un año después fue exonerar a todos los que se beneficiaron con la estancia infantil y darle algunos apoyos- dadivas- a las víctimas.
Los valerosos familiares del salvaje acontecimiento, continúan exigiendo justicia hasta ahora. Ante los sordos oídos de la autoridad.
El presidente de la SCJN, Arturo Zaldívar, en su libro publica que hubo presiones para que el dictamen que él elaboró, condenando el hecho y denunciando a los responsables, se cambiara mediante la presión del entonces secretario de Gobernación, Felipe Gómez Mont – un abogado sin mayores antecedentes políticas-, y decenas de funcionarios que tomaron por asalto otro poder de la nación, el judicial, que debe ser autónomo.
Zaldívar, por supuesto, se negó a cambiar los términos de su sentencia y, mucho menos, leer lo que obligó a realizar Felipe Calderón para proteger a la familiar de Margarita Zavala. Algo que llevaron a cabo dos ministros- no da detalles el autor-, mostrando la sumisión y la corrupción en este sistema de justicia que debe ser realmente autónomo.
Otro togado, Sergio Valls Hernández, estuvo de acuerdo a participar en el tenebroso caso. Lo que seguramente no le incomodará hasta ahora.
Ha dicho Andrés Manuel que no obstante el tiempo transcurrido, el asunto se puede y debe reactivar. Ojalá se haga para llevar a estos bribones ante las autoridades, a excepción de Juan Manuel Horcasitas, ya fallecido.
El asunto es de una importancia sin paralelo, ya que el dolor que produce la muerte por negligencia de un hijo y la prepotencia con el objeto de proteger a los culpables de los 49 homicidios y la reparación del daño a las víctimas en un incendio provocado, es tremendo.
No a la invasión a Ucrania, pero tampoco impunidad en casos tan sensibles y trágicos como la guardería ABC en Sonora.
@jamelendez44