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Por Jorge Meléndez Preciado

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 05 de abril de 2018.- Armados los equipos. Formados los proyectos. Listos los combatientes. Citados los muy cercanos y otros. Y prestos para doblegar a sus rivales ante el menor descuido. Arrancaron,  a su manera, los cuatro suspirantes a La Silla Embrujada.

Cada cual buscó tener un foro a su medida. Margarita Zavala en el Ángel de la Independencia, debido a su escaso arrastre, aunque esperando que vaya creciendo su fuerza básicamente en el sector femenino. José Antonio Meade, en el refugio yucateco para evitar que se note  su debilidad. Ricardo Anaya,  fue a  Santa Fe, haciendo un acto aparentemente de futuro aunque mostrando que no conoce el país ni a los mexicanos. Y López Obrador, llegó a  Ciudad Juárez, donde se refirió incluso  a  Donald Trump, quien, dijo,  no debe agarrar de piñata a nuestro país, algo que no entienden los actuales gobernantes, ya que son despeñados una y otra vez,  por el siempre ofensivo hombre estadounidense.

Cada uno mostró en esta primera fecha de lo que es capaz. Lo mismo reiterar lo tradicional, presentarse como un ciudadano sin serlo ya que  más huele a PAN que a PRI,  queriendo decir que él si sabe cómo enfrentar los desafíos del futuro y planteándose  el reto de que el gobierno es cosa difícil pero seria, aunque puede haber resultados para muchos.

El desesperado José Antoni Meade lanzó el reto contra Andrés Manuel y Ricardo Anaya para que hablaran de sus patrimonios  e ingresos. Quería, seguramente, en un debate señalar lo que ya ha hecho patente la PGR: el enriquecimiento oscuro  de Ricardo, y, además,  que López Obrador hace tiempo no percibe ingresos muy sólidos. Los dos que están  arriba  lo despreciaron. Sólo contestó Margarita, ante lo cual el ex secretario de Hacienda de Felipe Calderón se deshizo en elogios a la señora que antes veía en Los Pinos. Es decir, se notó que hay un acuerdo muy claro entre las emes (Margarita y Meade), quienes tienen relaciones cercanas desde hace tiempo. Seguramente por ello, no obstante que Zavala obtuvo 45 por ciento de acreditaciones irregulares, se le dio el pase a competir en una batalla que será, a no dudarlo, muy reñida.

Ricardo Anaya realizó en Santa Fe un acto denominado hackaton. En el mismo  trató de mostrar su idea que está por la innovación en todas las áreas. Aunque su realización  fue banal, según Jesús Silva Herzog Márquez (Reforma, 2 de abril). Ello porque en dicho lugar, símbolo de la modernidad sin ciudadanos,  nos encontramos más en  un condado estadounidense para la clase media que aspira a no contaminarse con nadie.

Señaló el analista que a fin de cuentas estamos ante un nombre nuevo y pretencioso para un producto viejo e inservible. Algo que lo demuestran sus aliados: Santiago Creel, los famosos Chuchos:   Ortega y Zambrano y el gobernante peor evaluado en la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera.

El llamado Peje continúa recorriendo el país. En su gira por el norte hizo una adición significativa: logró enrolar a la hija de doña  Rosario Ibarra de Piedra, la gran luchadora por los presos, desaparecidos y mujeres que buscan a sus familiares, a  María del Rosario Piedra Ibarra. Algo que reforzará la percepción de Javier Sicilia, quien había dicho que apoyaría a López Obrador, pero que anotó: si en esta ocasión no hay un diálogo con las víctimas, la nación irá a la debacle.

El tema básico  de los cuatro no tan fantásticos fue  el de la corrupción.

Meade, que parece querer arriesgar sin salirse del control estatal, ha dicho que se castigará todo lo malhabido y que si llega a la Presidencia de la República no tendrá fuero. Palabras al viento ya que doña Rosario Robles fue salvada de explicar los asuntos de la Estafa Maestra por una PGR que todo mundo considera agencia priista y, además, se supo que Sedesol pagó 223 millones de pesos a una empresa hechiza llamada curiosamente “Devolviendo confianza”. Es decir, los escándalos continúan aunque los medios tradicionales en manos de once familias, quienes concentran audiencia y publicidad gubernamental, no digan mayor cosa acerca de esas y otras tropelías, entre ellas por qué  al fugado Cesar Duarte no se le ha extraditado de Estados Unidos (Trump calla).

Al decir del articulista Roberto Zamarripa (Reforma, 2 de abril), la contienda más bien parece entre un ex priista de 7 años y 30 años de opositor, Andrés Manuel, y un trío de panistas: Margarita Zavala, Ricardo Anaya y José Antonio Meade;  este último ha estado más tiempo con albiazules que con tricolores, aunque para hacerse más amable a los ojos de Peña Nieto dijo antes de ser nombrado abanderado del PRI que había votado en la campaña de 2012 por el mexiquense.

Que el asunto va por ese lado, lo demostró claramente la encargada de campaña de López Obrador, la puntillosa Tatiana Clouthier, quien llevó a un debate en el programa de  Carlos Loret de Mola, una piñata, ya que intuía que ella sería el blanco de los ataques. Esto desmontó las críticas de Juan Ignacio Zavala, que iba a nombre de su hermana; Aurelio Nuño, quien repite en cada ocasión que la reforma educativa a su cargo es lo máximo del peñismo, y de Jorge Castañeda, el cual representaba al señor Anaya. El conocido como Güero dijo que Andrés Manuel no tenía nada que ver con Chávez, Castro, Evo Morales y otros sino representaba un echeverrismo tardío.  Aunque Jorge preguntó a Nuño por qué Meade no ha presentado su declaración tres de tres para conocer sus propiedades.

Sea como fuere, Tatiana lidió con los tres  y salió avante pero ya sabemos la receta: todos contra el puntero López Obrador, quien ya va en 38  por ciento de preferencias, según una encuesta reciente de Parametría. Además,  tiene  el Peje 51 por ciento de aceptación entre los Millennials, en tanto Anaya va por 29 por ciento, Meade llega a 13 por ciento y Margarita anda en 5 por ciento.

La batalla continuará con todo y si cuartel.

jamelendez44@gmail.com

@jamelendez44

 

 

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