¡Dignificar el trabajo académico en la UdeG!

Por Jorge Meléndez Preciado

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 26 de mayo de 2022.- México es uno de los países con mayor desigualdad en la mayoría de los órdenes de la vida. Desgraciadamente sus instituciones de enseñanza no son la excepción, en particular las universidades.

El colectivo: Académicos por la Democracia, de la Universidad de Guadalajara, ha lanzado el 15 de mayo (día del profesor), un llamado al que titula ¡Por la dignificación del trabajo académico! Donde pone el cascabel al gato de lo que ocurre en dicha institución de educación superior.

Señalan que de 16 mil maestros de la mencionada universidad, la mayoría son de asignatura y de tiempo parcial y desarrollan sus labores en condiciones precarias y bajos salarios. Además, las contrataciones de los maestros de asignatura son eventuales, lo que impide un ambiente sano para la enseñanza- aprendizaje.

Infinidad  de  convenios se dan semestralmente, por acuerdos cupulares; lo mismo ocurre con los ascensos escalafonarios para tener sujeta a la base a las estructuras corporativas y autoritarias prevalecientes con el cacicazgo padillista (Raúl Padilla, el hombre fuerte desde los años 80 del siglo pasado en esa universidad de Jalisco).

No obstante que ese régimen ha venido sufriendo una grave crisis por el sistema corporativo- clientelar, todavía es manejado por una burocracia ineficiente en lo académico, en  la investigación y la difusión y extensión de la cultura.

Pero afirman los manifestantes, los altos mandos “responden a los designios cupulares y no a las necesidades de un verdadero proyecto académico” universitario.

Señalan que, mientras un rector de centro universitario gana 106 mil pesos neto, un profesor con nueve materias percibe nueve mil 600 pesos mensuales (sic espantado).

Es conocido por todos que las formas y criterios de ingreso, permanencia y escalafón regidos por el estatuto, se manejan discrecionalmente con intereses políticos de subordinación, algo que posibilita  el clientelismo y no el desarrollo académico.

Los profesores de asignatura, aun los de carrera (medio tiempo y tiempo completo) ven reducidas sus posibilidades de  ascender en las  categorías a pesar de la liberación de plazas que se han producido debido a la jubilación, cada vez en mayor número, o desafortunadamente por el “fallecimiento de un importante número de académicos por efecto de la pandemia del Covid 19”.

¿Y qué ocurre entonces?

Muchas de las vacantes son ocupadas por la clientela política del grupo padillista que controla la Universidad, además de por parientes y amigos al margen de cualquier convocatoria que exigen las leyes y estatutos vigentes.

Recientemente, afirman los Maestros Independientes, se ha observado la contratación de académicos sin trayectoria local y sin trámite alguno, saltando la normatividad universitaria. El rasgo distintivo de ellos consiste en ser férreos opositores al gobierno de López Obrador con peso en la opinión pública, “los cuales no pasan por ningún proceso de selección, ocupando las plazas académicas más altas; incluso creando centros o institutos de investigación con personal administrativo y/o de confianza a su cargo, cobrando sumas muy generosas”.

A cambio de ello, agregan los Universitarios, realizan el juego sucio del grupo padillista: organizando actividades  muy diversas para desacreditar al gobierno federal y sus políticas bajo un falso debate académico, el cual por supuesto no se permite  en la Universidad de Guadalajara para discutir los problemas nacionales e internos.

Ejemplos de tales cortesanos, aseguran los quejosos, son Gilberto Guevara Niebla, Mauricio Merino y Enrique Cabrero Mendoza, entre otros.

Hay una crisis en la U de G  profunda, entre los destacable está el acoso sexual a las académicas, estudiantes y trabajadoras de servicio. Además destacan escándalos de corrupción, en el manejo del presupuesto universitario, lo que ha traído una disputa entre los jerarcas de la nomenclatura universitaria y los del gobierno estatal (enfrentamientos del mandatario Enrique Alfaro contra el Rector, Ricardo Villanueva).

Denuncian el despilfarro en obras faraónicas, como el Centro Cultural Universitario.

Llaman a ver por los intereses de los universitarios, y entre las medidas están basificar a todo el personal académico y la retabulación inmediata de ingresos.

Los Académicos por la Democracia llaman a un encuentro  virtual para analizar y detallar las demandas de la comunidad.

Vale la pena terminar en esta ocasión sobre lo que escribe la notable filóloga española,  Irene Vallejo, acerca de lo que son un ministro y un maestro.

La investigadora dice que ministro viene del latín, minus, quien se ocupa de las minucias; en cambio maestro deriva de magister, el educador, “el territorio donde soñamos y creamos el futuro”. Y esta última debe ser la profesión que merece “el más alto prestigio y la mayor gratitud”.

Que así sea.

jamelendez44@gmail.com

@jamelendez44

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