Dos ciudades: acciones y mentiras
Foto: Mario Marlo
Por Jorge Meléndez Preciado
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 10 de junio de 2020.- La Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco (CEDHJ) le quitó el sarape a Enrique Alfaro y sentenció que en la manifestación del jueves 4 de junio hubo desaparición forzada de personas. Policías vestidos de civil secuestraron a manifestantes, les robaron sus celulares, los torturaron, los golpearon hasta dejarlos inconscientes; a unos los llevaron fuera de Guadalajara y a otros (28) los enviaron a Puente Grande, cárcel de máxima seguridad. Todo ello descrito a detalle y avalado por el presidente de la Comisión, Alfonso Hernández Barrón (Héctor Moctezuma de León en Relevante, 9 de junio).
Si a ello sumamos lo expresado por el fotorreportero, Fabricio Atilano, nunca hubo vigilancia policiaca, ni cerca delas instalaciones del gobierno de Jalisco, pero llegaron varios elementos uniformados quienes tundían a personas; “a mi uno me ahorcó y me quitó mis pertenencias”. Luego algunos vestidos de azul traían palos cruzados en la espalda, estilo Ninja, y arremetieron contra muchos y después los llevaron fuera de la ciudad (reporterosunidos.com.mx, 8 de junio).
Más la versión de otro hombre de la lente, Luis Fernando Moreno, quien afirmó: la represión en Jalisco es la norma desde 2004, época que embistieron brutalmente a una protesta de globalifóbicos (ídem).
Todo encaja, pue, en un sistema autoritario, despótico y alevoso.
Enrique Alfaro, con aspiraciones presidenciales, no es parte de una intriga del gobierno federal para desestabilizarlo, más bien es un represor que con el supuesto combate a la pandemia, ordenó que todos usaran cubrebocas o serían sancionados, pero ha creado un clima de terror en la entidad. A tal punto, que las mal llamadas fuerzas del orden reprimieron al director de la preparatoria de Chapala (dependiente de la U de G), Juan Ramón Álvarez, quien iba rumbo a su casa y fue detenido por no llevar identificación. Lo cual trajo un distanciamiento con uno de los aliados de Enrique en los últimos tiempos, el señorío de los hermanos Padilla.
Al mandatario jalisciense lo han defendido Salomón Chertorivsky, Enrique de la Madrid, siete gobernadores opuestos a López Obrador y el periodista Jorge Ramos. Éste ponderó la medida que todos usaran el cubrebocas. ¿Pero ahora qué podrán argumentar sus aliados?
Más al denunciar el académico, Álvaro Quintero, que Enrique Krauze recibió más de cinco millones de pesos para su editorial, con el objeto de difundir programas y actividades del gobierno alfarista. Y después del pago, Krauze escribió lo siguiente: “El gobernador @EnriqueAlfaro honra la tradición liberal de Jalisco. También Mariano Otero enfrentó gallardamente el acoso injusto del gobierno. Y pasó a la historia por resistir” (Partidero, citado por Román Munguía).
Afirma bien el artista Luis Fernando Moreno, la corrupción a los medios es la divisa de los gobiernos en la mencionada entidad.
El asesinato de Giovanni López, que ocurrió en mayo, dejó en claro la represión, el amedrentamiento a la sociedad, la falta de derechos humanos, la ausencia de justicia y la megalomanía en Jalisco, encarnada por Alfaro.
Sin tantos aspavientos, la gobernadora de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, mandó a enjuiciar a dos policías que golpearon a una muchacha (Melanie), en una protesta, y abrió investigación a superiores de los uniformados.
Historia de dos ciudades y gobiernos claramente diferentes, parafraseando a Dickens.
PD. A los 109 días de huelga, la Junta Consultiva de Notimex les dio la razón a los trabajadores, exigió que no haya labores extralegales en la agencia, se resuelvan las exigencias de los empleados- 65 por ciento mujeres- y se destrabe un problema creado artificialmente por Sanjuana Martínez. Gancho al hígado a la prepotente señora.
@jamelendez44