El saqueo

Foto: Cuartoscuro

Por Jorge Meléndez Preciado

            Periodistas Unidos. Ciudad de México. 25 de julio de 2020.- Continúa en pausa la gran telenovela de Emilio Lozoya. Se ha filtrado que dio a conocer algunos nombres que le ayudaron en sus trapacerías y llegó nueva información de Brasil acerca del caso Odebrecht. Pero lo demás es pura especulación hasta que no sepamos, con claridad, quiénes, cuándo y cómo se hicieron los negocios para la campaña electoral de Enrique Peña Nieto y las varias operaciones para hacerse de miles de millones de dólares.

            Aunque ya sabíamos muchas transas debido al libro de Raúl Olmos: Gigante de lodo. Odebrecht y su historia de corrupción en México.

            Alonso Ancira, todavía en España, está totalmente involucrado. Pieza importante para entender la colusión políticos- empresarios. Ya que estos segundos, generalmente no salen a colación y en los medios, donde los propietarios son los negociantes no se dice nada de sus mil triquiñuelas.

            Hace poco supimos, en una nota no muy destacada, que Manuel y Yamile Abuzaid, propietarios del cotidiano Unomásuno, eran acusados de tener nexos con el Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG). Revelación poco usual (La Jornada, 20 de julio).

            Y tanto políticos como hombres del dinero pasan alguna temporada, no muy larga en prisión y salen para continuar gozando de sus enormes fortunas.

            Recientemente uno de los banqueros preferidos del salinismo y rescatado de la quiebra por el Fobaproa, Carlos Cabal Peniche, aportó sumas considerables a la familia Alemán (descendientes del ex presidente Miguel que depredó al país), para que pudieran seguir con su negocio de aviones, Interjet, y pagar una cantidad que no pudieron liquidar cuando adquirieron parte de Radiópolis, que tiene 50 por ciento de capital español.

            Por cierto, el famoso y ya impreso en México, El País, ya tiene inversiones e injerencia de firmas tan poco respetables como Iberdrola y algunas bancarias. Lo que hará que ciertas noticias no aparezcan en sus páginas, por aquello de: “El que paga manda”.

            Recientemente un amigo muy querido de Radio Educación me dijo: “Ya sabes que a Roberto Borge lo sentenciaron a nueve años de prisión, aunque no invalidaron la venta de terrenos en Quintana Roo, lo que le permitirá al salir ser casi dueño de la entidad”.

            Caso parecido es el de Javier Duarte, que en pocos años estará libre y varias propiedades, compradas con dinero público y/ o sucio serán del orate veracruzano. En tanto su esposa, Karime Lara, continúa gozando de Londres, a donde llegó porque siempre “deseo la abundancia”, como insistentemente escribió en sus cuadernos.

            La lista de procesados: Collado, Robles, etc. De quienes deben ser capturados: César Duarte, Humberto Moreira y demás. Y a los que aprehendan por delitos conocidos y otros que saldrán a la luz debe ser diferente de lo tradicional. Para que en realidad se haga justicia.

            Es cierto que tenemos esta figura legal: “El Criterio de Oportunidad”, para quienes aporten datos y con los mismos se puedan atrapar a muchos pillos. Aunque las penas deben ser severas para evitar la burla a la justicia y aplicar los artículos 256 y 257 del Código Nacional de Reparación del Daño, lo que posibilita que los bienes sustraídos a la nación ilegalmente y los dineros que se usaron para favorecer a familiares, amigos y hacer negocios con empresarios sean devueltos.

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