Por Jorge Meléndez Preciado
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 18 de abril de 2024.- Diez años sin Gabriel García Márquez, pero que actual y presente su literatura. No sólo la de ficción, sino incluso los reportajes como: Noticia de un secuestro y Relato de un náufrago.
Y súper bien que sus hijos hayan publicado: En agosto nos vemos, la historia de una mujer que va a depositar gladiolos a la tumba de su madre y vive romances intensos y fugaces, no obstante que está casada con un hombre importante y que la ama en serio.
Pero en sus últimas páginas el Gabo habla de una prenda de vestir mexicana sublime: el huipil, por la cual la señora Xóchitl Gálvez dice que la ven mal o hasta desprecian (sic azorado).
Dice el colombiano que el huipil de Oaxaca es lo más apropiado para una cena de noche, y que una reina azteca inspiró tal vestimenta.
Así entonces, lo que le falta a la señora de Hidalgo y sus pésimos asesores, es lectura, más que andarse victimizando por la dentadura chueca o el talle de su cuerpo, pues Gabo señala: “Cuando una mujer dice su última palabra, todas las demás, sobran”.
Tanto que en dos universidades le preguntaron a Gálvez, la empresaria, por qué andaba con Alito y Marquito, ella contestó que en todas partes hay “corruptos, huevones y pendejos”, pero los jóvenes le increparon que debía responder en lugar de eludir la interrogante. Lo que la hizo enmudecer y cambió su rostro.
Los problemas de la oposición están en otras partes, según la analista: Blanca Heredia (Milenio, 17 de abril).
Antes de que obtuviera el Nobel de Literatura, lo entrevisté largamente acerca de las izquierdas, Colombia, Chile, México y la literatura del boom (texto: Después de la letra…la palabra) y una de sus respuestas coincide con la publicación de: En agosto nos vemos, pues afirmó: “Yo creo que en la literatura o en cualquier cosa no se pueden poner barreras”.
Ojo, señ@r@s de la política que no leen.