Periodistas Unidos. Ciudad de México. 31 de marzo de 2021.- Joe Biden, quien ya mostró que sigue los pasos del poder imperial al lanzar ataques a países diversos, especialmente China y Rusia, llamando “asesino” al nuevo zar ruso, Vladimir Putin, ya tropezó tres veces. Ello al subir a su enorme avión, lo cual fue motivo para que Donald Trump hijo, realizara un video de lo que ocurrió con el demócrata.
También ha calculado mal la necesidad y posibilidad de qué hacer con los migrantes.
Bien que proteja a los llamados dreamers (infantes que nacieron en Estados Unidos hoy con nivel educativo alto), a los cuales su antecesor quería expulsar. También es una necesidad darles la nacionalidad a 11 millones de extranjeros, mayoritariamente latinos. Ambas cuestiones, empero, le traerán problemas con los republicanos y con algunos demócratas reaccionarios a más no poder. Pero ello es indispensable en un imperio que va a la baja ante sus rivales, especialmente China y menos Rusia.
Pero a Biden ya se le hizo bolas el engrudo al querer recibir a los migrantes. Miles le tomaron la palabra y tuvo que recurrir a México para que evitara que la oleada de centroamericanos fuera interminable. Ello porque los socios de EU que han gobernado en los países de nuestros vecinos del sur han depredado al máximo esas naciones y llevado a la desesperación a sus habitantes.
El Imperio y sus colonias en terrenos explosivos y sin una viable solución de corto y mediano plazo.
Seguramente por eso, Joe ha lanzado un proyecto económico de billones de dólares para darle apoyos a los indigentes, evitar que a los estudiantes los corran de las universidades, impedir que los alquiladores de casas o compradores que no pueden pagar al banco los desalojen, dar apoyos a pequeños y medianos productores, impulsar las artes y las ciencias con subsidios importantes y hasta cobrarles mayores impuestos a los millonarios que evaden impuestos (allí te hablan, Donald Trump) o pagan lo mínimo.
Acciones que han alabado una buena cantidad de premio Nobel, básicamente estadounidenses: Stiglitz y Krugman, entre otros.
Estamos en las puertas de un nuevo keynesianismo, según algunos estudiosos. Y es que las nuevas realidades son peores a más de un año de la pandemia, ya que los pobres aumentaron, millones de empresas tronaron, la clase política se desprestigio más y la necesidad de reflotar ante la crisis hará que se necesiten infinidad de millones de dólares con el fin de que no lleguen alborotos, incendios y rebeliones ahora que se ha recordado los levantamientos en Francia por la Comuna de París, en 1871.
Aprovechando el momento, Andrés Manuel López Obrador hizo un anuncio no esperado: Bajará la edad para recibir la pensión para adultos mayores a 65 años e irá aumentando la cantidad que se les otorga bimestralmente en 15 por ciento, hasta llegar en 2024 a 6 mil pesos cada dos meses.
Esto favorecerá, cuando menos a 10 millones 300 mil personas, aunque es necesario señalar: en varios estados como Puebla y Morelos, entre otros, el mecanismo para obtener el dinero es muy complejo y una gran cantidad no cuenta con su tarjeta.
Ante dicha medida, el periódico El Economista (23 de marzo), ya se alarmó y dice que elevar el gasto para pensiones representa 1.5 puntos del PIB y que se incorporarán en dicho programa 2.5 millones nuevos ciudadanos.
Argumentos en esta crisis, propios del subdesarrollo total. Los empresarios ven con inquietud, pero alaban lo que hace el gobierno yanqui, pero siempre ponen trabas al apoyo que se le pueda dar a los más pobres, acá, en México.
Eso ocurrió, hasta que llegó Andrés Manuel, con el salario mínimo. El cual no se podía aumentar, supuestamente porque elevaba la inflación. Ya se ha subido tres veces (32.5 por ciento en total) y no ha pasado nada. Pero cobrar impuestos o ayudar a los jodidos, pone histéricos a los millonarios.
Por cierto, en la pandemia cerraron más de un millón de Pymes, y los inversionistas mexicanos prefirieron invertir en Estados Unidos 43 mil millones de dólares en 2019, creando 86 mil empleos (Silla Rota, 22 de marzo).
Lo que en Estados Unidos es alabado, en México es censurado. La sumisión de la oligarquía criolla a los patrones mundiales.
PD: El hoy puesto como héroe de la justicia, el togado Juan Pablo Gómez Fierro: avaló la represión en Atenco que llevó a cabo Enrique Peña Nieto; exoneró a los familiares de Margarita Zavala en el incendio de la guardería ABC; se pronunció a favor de la Ley Televisa, echada abajo posteriormente; dio su apoyo a Salinas Pliego en el robo del canal 40; sentenció para que Juan Collado no fuera llevado a juicio por lavado de dinero y estuvo a favor que enjuiciaran a Florence Cassez e Israel Vallarta, este último tiene 15 años en prisión injustamente.
Por sus hechos los conoceréis, dicen por allí.
@jamelendez44