Otra tragedia: ahora en el Metro

Por Jorge Meléndez Preciado

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 06 de mayo de 2021.- No salimos de las desventuras que nos aquejan: pandemia del Covid 19, crisis económica que no hemos podido superar, paralizaciones de clases en diversos planteles universitarios  y sistema de salud en graves problemas, entre otros, cuando el 3 de mayo (Día de la Santa Cruz), se colapsa un convoy del Sistema de Transporte Colectivo (SCT), Metro, entre las estaciones Tezonco y Olivos, con la muerte de 25 personas  y 79 hospitalizado, más algunos desaparecidos, hasta ahora.

De inmediato surgieron las condolencias y las culpabilizaciones en la clase política, la cual muestra en la mayoría de los casos su oportunismo y cinismo.

Del otro lado, la ciudadanía,  volvió a hacer presente en  la solidaridad y apoyo, no importando que las condiciones para salvar a los heridos, rescatar algunos que estaban en los vagones y remover escombros era no sólo peligroso, sino casi suicida.

Los dos Méxicos que sabemos: los que quieren sacar raja de todo y aquellos, los que no tienen miedo a nada para salir adelante. Aunque estos últimos continúen siendo presa de las manipulaciones como vemos en los anuncios publicitarios de los partidos para la elección del 6 de junio.

Esta ha sido la peor tragedia en este sistema vital inaugurado en 1968 por el nefasto Gustavo Díaz Ordaz.

Antes, el 20 de octubre de 1975, dos trenes se impactaron en Calzada de Tlalpan, estación Viaducto, de la Línea 2, cuyo desenlace fue 31 muertos y 70 lesionados. Después, hubo otro choque de esos vagones en Oceanía, en 2015. En seguida ocurrió algo semejante, en 2020,  en Tacubaya. Y el 9 de enero de 2021, ocurrió un incendio en el Puesto Central de Control (Delicias, número 67) que paralizó varias líneas.

En todos los casos, inevitablemente se culpó a los trabajadores, algo ilógico si estos sistemas tienen frenados  automáticos, que deberían estar a prueba de fallas humanas,  y estrategias de control. Pero no, siempre se castiga a la base, a los trabajadores, a los más desprotegidos.

Los habitantes de Tláhuac, delegación donde ocurrió el terrible suceso, habían advertido desde que padecimos el temblor del 17 de septiembre de 2017, que eran notorias las agrietaciones en el suelo, las columnas y las trabes en el sitio donde ese martes 3 cayó el vagón a las 22 horas con 22 minutos. Nadie les hizo caso, para qué si era una angustia ciudadana y no una obra de relumbrón para apantallar a los votantes.

Marcelo Ebrard, quien fue el encargado de realizar la bella aunque ineficiente Línea 12, llamada Dorada, dijo: “Estaré a disposición de las autoridades”; es el más grave accidente que hemos tenido en el SCT; comparto la posición de la jefa de Gobierno de la CdMx, Claudia Sheiunbaum, que se debe aclarar a plenitud el asunto y establecerse las responsabilidades  correspondientes, no importando quién sea.

Marcelo, Claudia y Andrés Manuel estuvieron juntos para dar a conocer lo lamentable de lo ocurrido. Y el Ejecutivo dijo: “Es una triste noticia. Enviamos (nuestro) pésame a los familiares de las víctimas del accidente”.

Muy activo, nuevamente, Jesús Zambrano, del todavía existente PRD, señaló: Esta tragedia es resultado “de la falta de mantenimiento e irresponsabilidad de distintas autoridades”. La declaración embarra a su protegido: Miguel Ángel Mancera, a quien tratan de arropar Los Chuchos como sea, incluso obligando  a Xóchitl Gálvez para que saltara del PAN al PRD en el Senado, y pudieran hacer una fracción que les dé lana.

Pobre Xóchitl, quien deseaba trabajar con Claudia Sheinbaum, antes de las elecciones de 2020,  y ahora muestra su talante de ficha de dominó, incluso ya ni es ni alburera.

Mancera únicamente dijo que lamentaba el accidente y se solidarizaba con las víctimas, pero él es uno de los responsables, ya que aparte de perseguir políticamente a Ebrard, porque dijo que en la Línea 12 había fallas que ameritaban subsanarlas de fondo, lo que impidió el funcionamiento por meses del aludido transporte, el 13 de diciembre de 2013 aumentó la tarifa del Metro de tres pesos, que estuvo en vigencia ocho años, a cinco pesos.

¿Cuál era el objetivo de este castigo al bolsillo popular?

Once puntos: corregir fallas en todo el Sistema, evitar los retrasos frecuentes de vagones, aumentar el número de unidades con el fin de prevenir saturaciones, impedir las inundaciones en las estaciones en época de lluvias y que no hubiera ya comercio informal, más otras.

Nada de eso se cumplió y los más de 10 mil millones de pesos recaudados en dos años desaparecieron, como se esfumaron los recursos para la rehabilitación de la capital mexicana después del terremoto de 2017.

Allí tenemos una veta para explorar en contra de Mancera, a quien ya hasta Zambrano quemó.

Habrá investigación nacional e internacional. Pero urge tener un Metro eficiente y sin estas contingencias, porque es la columna vertebral del centro de la República. Hay que invertir dinero en serio, ineludiblemente.

¡No deberá haber otra desgracia más!

jamelendez44@gmail.com

@jamelendez44

 

Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.

Easysoftonic
A %d blogueros les gusta esto: