Periodistas Unidos. Ciudad de México. 14 de agosto de 2022.- Los partidos políticos registrados obtendrán del INE, la importante suma de seis mil 233 millones de pesos. Cantidad un poco menor de la mitad que lo destinado a cultura, la cual aparte de ver disminuir sus recursos no se reparte como debe ser, al decir de los cineastas que esperan recibir hace meses 85 millones de pesos.
¿Cuándo se les otorgará el dinero a los del llamado séptimo arte? La señora Alejandra Frausto no les asegura fecha. Su desesperación no importa; las promesas, sí, algo que saben desde los mineros hasta los barrenderos.
Morena obtendrá dos mil 964 millones, y tal vez haga anuncios de apoyos que pocas veces cumple, y continúe protegiendo a Yeidckol Polenvsky, que tiene cuentas pendientes con dineros del pueblo.
El PAN, en una lucha interna muy enconada y sin un dirigente respetable, recibirá mil 184 milloncillos. Y el PRI, con Alito y sus grandes negocios, amén de repudiado por sus líderes anteriores, mil 160 milloncejos.
El Consejero Electoral, Ubick Espadas, se lanzó una intervención de antología.
Dijo que esas cantidades “garantizan el pleno desarrollo democrático de nuestros procesos electorales (sic fraudulento y con mapaches) y contribuye decididamente a que la política sea un ejercicio compartido por la sociedad mexicana (sic que excluye a los ciudadanos) sin el peso determinante del sector privado” (sic que oye carcajearse a Claudio X. González).
Claro, recibirán millones el Movimiento Ciudadano (alegría de Samuel García y Mariana Rodríguez); el PVEM (que hará fraudes y anuncios no importando que sus multas sean menores a su beneficio); el PT (presionando con el fin de aumentar sus estancias infantiles) y el PRD (preocupado ya que puede ser su penúltimo subsidio).
Los partidos políticos tienen una gerontocracia que espanta. Bueno, hasta Beatriz Paredes ya se apuntó, supuestamente, para ser candidata a la presidencia de la República; mientras el señor Alberto Anaya, que maneja un partido del trabajo sin representación sindical, no se mueve de su asiento de jefe máximo desde la hace más de treinta años.
Este y más es el sistema de partidos de nuestra “gran democracia” que ha visto estar en el columpio de los puestos legislativos a una gran cantidad de personajes, tanto que hasta el casi nonagenario de Augusto Gómez Villanueva anda haciendo homenajes al genocida, Luis Echeverría Álvarez.
De los 500 diputados actuales, poco más del 10 por ciento han subido a la tribuna, algunos diciendo únicamente tonterías. Y no se diga en el Senado, donde Lilly Téllez daba cátedra de lo que es: una locutora que podía repetir lo que le ponían en el guión.
Hace tiempo, buscando algunas iniciativas añejas, me indicaron que el archivo de la Cámara de Diputados no existía o estaba desperdigado. Importaba poco.
Recientemente de cerca de 700 propuestas de diversos personajes, algunas impulsadas por empresas para fines lucrativos, sólo el ocho por ciento fue llevado al pleno. La mayoría ni siquiera se había presentado en comisiones.
Al interior de los partidos, los grupos cercanos a las dirigencias son las que participan de alguna manera. Los demás, en ocasiones arrastran el lápiz para trabajos urgentes.
Se ha dicho últimamente que en varios estados el narco es el verdadero representante popular, ya que decide en cuestiones vitales a través de sus personeros (diputados locales).
En Tamaulipas, por ejemplo, antes de despedirse, Francisco Javier Cervantes Cabeza de Vaca, compró legisladores, modificó leyes a su antojo y para culminar bien sus trapacerías dejó endeudado con 30 por ciento más al gobierno entrante de Américo Villareal.
Formar un partido político y registrarlo, es tarea fuera de serie.
¿No es tiempo de cambiar en momentos donde a menos del 25 por ciento de jóvenes les importa la política y los partidos?
Menos con un INE que es un organismo manipulado hace mucho, el cual hasta Luis Carlos Ugalde dirigió por órdenes de Elba Esther Gordillo, y cometió el fraude para bien de Felipe Calderón.