Rueda la bola en el caso Lozoya
Foto: Cuartoscuro
Por Jorge Meléndez Preciado
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 30 de agosto de 2020.- Resultó un encuentro más que terso, anodino el que efectuaron los miembros de la Confederación Nacional de Gobernadores (Conago) con Andrés Manuel López Obrador. Nadie, de los aparentemente estridentes e indignados mandatarios estatales, hizo el menor reclamo a las políticas y acciones del ejecutivo ni en salud ni en economía, menos en el terreno de inseguridad.
Es más, algunos dan por concluida esta organización. La cual fue importante en la época de Vicente Fox ya que, debido al buen número de los gobernadores priistas y la debilidad del señor de las botas, los directivos estatales obtenían grandes prebendas de un individuo que se dedicó a no hacer casi nada y favorecer con negocios a sus parientes, correligionarios y a los priistas.
Todo puede ocurrir en los próximos años. Ya que los gobiernos estatales tienen una deuda de 500 mil millones de pesos, los cuales son a mediano plazo y evitarán que los mandatarios hagan las tareas sustanciales en sus terruños. Por lo que se acordó que Banobras entrará al rescate para que tengan créditos blandos y puedan renegociar sus adeudos. Ante lo cual, los tipos que manejan las entidades del país como si fueran suyos, sólo agacharon la cabeza.
Pero como telón de fondo lo que campeó fue las nuevas revelaciones, filtradas- según algunos por la defensa de Emilio Lozoya a cargo de Baltazar Garzón, el ambivalente jurista que lo mismo lleva a dictadores a tribunales que defiende a pillos o ataca a izquierdistas-. En tales informaciones salen muchos conocidos y otros preocupados. Entre ellos los panistas: Francisco García Cabeza de Vaca, de Tamaulipas, y Francisco Domínguez, de Querétaro, quien presuroso invitó en privado a desayunar a López Obrador.
Otros de los que se vieron muy nerviosos, fueron Calderón Hinojosa, quien dice que Andrés Manuel tiene “rencor y amargura” porque el panista le ganó la presidencia en 2016. Simplemente hay que recordar que triunfó no de manera limpia, ya que no quiso que se abriera las urnas, como pedía el TEPJF, sino como dijo en su famosa sentencia: “haiga sido como haiga sido”.
Ricardo Anaya, otro enlistado, dijo que demandará a Lozoya por daño moral. Miguel Barbosa, gobernador de Puebla- a quien en una gira en aquel estado no saludó López Obrador-, explicó que él nunca recibió sobornos para votar por la reforma energética, sino que incluso lo hizo en contra.
Los ex secretarios de Hacienda, José Antonio Meade, quien fue candidato presidencial, y José Antonio González Anaya, concuño de Carlos Salinas, fueron mencionados. Obviamente se mostraron indignados y contrarios a que ellos tuvieran algo que ver en el caso Lozoya.
El antes prepotente Luis Videgaray, dijo que las acusaciones de Lozoya son “absurdas y temerarias”, por lo que traerán resultados no deseados. Anotó: “Me difaman por venganza política” (Reforma, 20 de agosto). Declaraciones de alguien que estaba muy apacible dando clases en el MIT de Estados Unidos; la institución que forma y acoge a todos los neoliberales que se quedan sin chamba.
No hay que olvidar que la institución educativa citada, formó al papá teórico de Videgaray, Meade y González Anaya, el secretario de Hacienda de Carlos Salinas, Pedro Aspe, quien luego de señalar que las fallas del sistema neoliberal eran “mitos geniales”, organizó una agrupación: Protego, que hizo las deudas de los estados más cortas en pagos pero más largas en el tiempo y las retribuciones fueron con servicios, impuestos y terrenos, lo que ha llevado a la economía mexicana al desastre.
Andrés Manuel dijo que deberían darse a conocer las 65 cuartillas del caso Lozoya. Que él leyó de 20 a 25 y quedó asombrado. No continuó hasta el final, señaló, porque le darían pesadillas.
¡De qué tamaño será el cochinero!
La telenovela más impresionante del sexenio será este caso que ganará la atención de todos.
@jamelendez44