La CEPAL se queda corta en sus recomendaciones para salir de la crisis

Por Arturo Huerta González

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 27 de abril de 2021.- En la presentación del Panorama Fiscal de América Latina y el Caribe 2021, la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) recomienda a México y América Latina “fortalecer los ingresos públicos a través de la eliminación de la evasión fiscal y aumentar la recaudación tributaria, así como consolidar el impuesto sobre la renta para agilizar la recuperación económica en la región durante este año”. Tal planteamiento se inscribe en el principio neoliberal de que el gasto público requiere de ingresos tributarios. En ese contexto, el gobierno pasa a gastar lo que deja de invertir o consumir el sector privado al pagar impuestos, por lo que no reactiva la economía.

La CEPAL plantea revertir la caída de la inversión en relación al PIB, que en 2020 cayó a niveles de 17.6% en América Latina. Como objetivos ha trazado la importancia de la transformación productiva con cambio técnico, el empleo formal, la construcción de capacidades endógenas, bajar la huella ambiental, energías renovables, revolución digital, inclusión financiera a empresas, proteger ingresos y empleo de mujeres y reducir desigualdades, entre otros. Éstos no se lograrán con la implementación de las medidas fiscales que propone la CEPAL. Además, no se pueden instrumentar en un contexto de crisis, donde ha caído el ingreso de la mayoría de las empresas e individuos y no tienen capacidad de pagar mayores impuestos.

En esa misma semana, la CEPAL en un foro sobre “Necesidades y desafío del financiamiento para sostener una política fiscal expansiva y ampliar el espacio fiscal para una recuperación transformadora en países de renta media”, propuso que “las instituciones financieras internacionales aumenten la disponibilidad de liquidez para cubrir las necesidades de fondeo en los países”. El problema es que dichos fondos, como los Derechos Especiales de Giro del FMI, están condicionados a pagar deuda, donde los beneficiados son los acreedores y no los países. También plantearon “ampliar el conjunto de instrumentos innovadores destinados aumentar la capacidad de reembolso de la deuda y evitar el endeudamiento excesivo; e integrar las medidas de liquidez y de reducción de la deuda en una estrategia de financiamiento para el desarrollo”.  El problema es que no mencionaron como aumentar la capacidad de reembolso de la deuda y como no caer en deuda. Ello requeriría que los países superavitarios (los que exportan más de lo que importan) compren productos de los países deudores, para que éstos incrementen exportaciones y así puedan contar con recursos para cubrir el pago de su deuda externa y dejar de endeudarse, pero tal situación no acontece. No hay una institución supra nacional que regule la economía internacional en esa dirección. La CEPAL se pronunció, por la “reducción de la deuda en una estrategia de financiamiento para el desarrollo”, lo cual es bueno que se manifieste por ello, a lo cual deberían sumarse todos los países latinoamericanos. Hoy más que nunca deberían demandar abiertamente la reducción del pago de la deuda, para así liberar recursos a favor del crecimiento y el empleo.

Los economistas de la CEPAL, como del gobierno, deben leer la Teoría Moderna del Dinero (MMT, en sus siglas en inglés), que postula que un gobierno soberano que controla la moneda y trabaja con tipo de cambio flexible, puede gastar en su moneda para adquirir todo aquello que se produzca y venda en su moneda.

Los gobiernos latinoamericanos deben hacer lo que muchos países exitosos están haciendo. Financiarse con su moneda, para lo cual el banco central debe acompañar – con tasa de interés cercana a cero – el gasto deficitario del gobierno, para que incrementen la inversión y el gasto para reactivar el mercado interno y el empleo. Un gobierno no puede gastar más allá de la producción del pleno empleo, pues generaría presiones inflacionarias y sobre importaciones. El gobierno necesita primero gastar, para aumentar demanda, y el ingreso de empresas e individuos, lo que incrementa la recaudación tributaria, y ello le permitiría reducir el déficit fiscal y el monto de la deuda.

Para la MMT los impuestos y la emisión de deuda pública no son para financiar al gobierno, son para regular la liquidez de la economía para evitar presiones inflacionarias y mantener la tasa de interés objetivo. También los impuestos son para restar capacidad de gasto a los sectores de altos ingresos, para reducir su tamaño y poder económico y mejorar la distribución del ingreso.

La política tributaria debe ser redistributiva, por lo que debe gravarse a los sectores favorecidos por la política económica, es decir, al sector financiero, como al patrimonio del gran capital, a las transnacionales y el movimiento de capitales.

La crisis que enfrentamos, no es solo de los problemas de elusión y evasión tributaria y de los bajos impuestos a los ricos, sino ha sido resultado de la autonomía del banco central que le quitó el control de la moneda al gobierno, como de las políticas macroeconómicas de estabilidad predominantes, junto con el libre comercio, libre movilidad de capitales y la desregulación del sector financiero. Mientras tales políticas sigan predominando, ninguna reforma tributaria, ni la mayor deuda externa, resolverán los problemas que enfrentamos.

 

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