Periodistas Unidos. Ciudad de México. 12 de julio de 2022.- El fallo de la Suprema Corte que prohíbe a las bibliotecas públicas ofrecer para consulta las obras que reciben como depósito legal, salvo que cuenten con autorización de sus titulares, ha suscitado la protesta de quienes consideran que lo anterior está contra el derecho de acceso al conocimiento y a la cultura… Bueno, eso dicen. En realidad, la finalidad del depósito es la preservación, por lo cual, el manoseo de esas producciones atenta contra su cuidado, de ahí que deba suprimirse eso de la autorización de los titulares, porque de ese modo las obras quedan expuestas a daños evitables. Por fortuna, bastará que las bibliotecas y otros repositorios adquieran por su cuenta uno o más ejemplares para que el público usuario pueda leer, escuchar o ver lo que se supone protegido. Lamentablemente, la Corte se queda corta en otro aspecto fundamental de la producción artístico-intelectual, pues hace varios sexenios convalidó una severa reducción de la exención fiscal a los autores, con lo cual los sometió a una anticonstitucional doble tributación y los obligó a pagar impuestos cuando están vivos y también ya muertos. Sería bueno que los togados se ocuparan de analizar ese asunto.
LINCHAN A FELIPE GARRIDO
Con retraso, se otorgó el Premio Xavier Villaurrutia 2021 a una obra que Felipe Garrido, hombre bien reconocido como autor, editor y analista literario, se permitió criticar, porque, si bien, el libro premiado se ocupa de un feminicidio, la autora (del libro, no del feminicidio) dejó “intencionalmente opacado” al asesino, quien ocupa “un lugar muy secundario en la novela”, pese a que para todos los efectos es el protagonista. Desde luego, el tema de la novela es relevante, sobre todo ahora que afortunadamente hay un auge de las causas feministas, pero lo que debió analizar el jurado fue el valor estrictamente literario: la estructura de la obra, la definición de los personajes, el desarrollo de la historia y, por supuesto, la prosa, porque en las letras –decía el gran Emmanuel Carballo– no importa el qué, sino el cómo. Dejar fuera uno o más de estos aspectos quizá corresponda a un ensayo, a un panfleto, no a una novela. Los jurados fueron Mariángeles Comesaña, María Julia Hidalgo y Armando González Torres.
ALDACO ATACA DE NUEVO
Entrevistada por un tal Juan Carlos Zúñiga, un profesional del periodismo alfombra, Beatriz Aldaco, la aún directora del Instituto Sonorense de Cultura, se explica las muy sólidas críticas a su gestión con el peregrino argumento de que “ya no hay pago a periodistas”, con lo que acusa a todo el gremio de chayotero; tilda de machista que yo (HM) la llame “señora”, pues, ella eso pretende, “minimizar la capacidad de una mujer que es una funcionaria pública” (que sea menos, doña Beatriz).
La aludida se autodefine –¡faltaba más!– como “una funcionaria pública seria, honesta”, y juzga ofensivo desconfiar de su palabra, pese a que se niega a mostrar el estado de las obras que debe resguardar el Museo de Arte de Sonora (Musas), motivo de las observaciones que se han hecho desde esta columna (son observaciones, señito, no ataques). Por supuesto, reparte cebollazos a la 4T, a AMLO y al gobernador de Sonora, buscando un manto protector. Lamentable.
MARVEL CANCELA FESTIVAL
Antonio Martínez Velázquez, alias Marvel, secretario de Cultura del estado de Tlaxcala, decidió cancelar el Festival Internacional Coral Tlaxcala Canta, con el argumento de que ese encuentro “ya había cumplido un ciclo de 10 años y, por tanto, debiera omitirse su realización”, pese a que ya estaban invitados varios de los participantes. De este modo, sin mediar explicación alguna, se procede a la supresión de un exitoso programa artístico de la entidad tlaxcalteca. Signo de los tiempos en que se tilda de fifí a la cultura y a sus profesionales.