La crisis ahonda los problemas del sistema de ahorro para el retiro
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Por Arturo Huerta González
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 22 de julio de 2020.- La contracción económica que se viene dando en 2019 y 2020, ha aumentado el desempleo. Ello ha originado que muchos dispongan de sus cuentas de ahorro para el retiro. De diciembre de 2018, a mayo de 2020, han dispuesto de 19 mil 555 millones de pesos. Aparte de que sus recursos se ven mermados, también se le descuentan semanas de cotización. La Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (CONSAR) explicó que para recuperar las semanas cotizadas, los trabajadores deben regresar el dinero que retiraron, ya sea en un solo pago o en parcialidades. Si el trabajador no regresa el monto retirado por desempleo, tendrá que trabajar las semanas que perdió con el retiro. El problema es que por más que los trabajadores quieran recuperar las semanas perdidas y regresar lo que han retirado, no hay oportunidades de empleo formal, ni habrá por un largo tiempo, mientras prosiga la política económica causante del desempleo y la pandemia. Además del retiro de fondos, se suma la reducción de aportaciones a las cuentas individuales para el retiro, así como la desvalorización de los fondos de pensión, debido a que un porcentaje significativo de ellos se han invertido en los mercados de capitales, los cuales han caído. Todo ello, revertirá en menores pensiones para aquellos que logren cumplir las 1250 semanas de cotización, que serán cada vez menos trabajadores, dado el creciente desempleo. En 1981 había 23 trabajadores activos por un jubilado. En 2017 había 3.5 trabajadores activos por un jubilado. Con el incremento del desempleo formal de 2019 y lo que va de 2020, se ha reducido más el número de cotizantes, y aumentará por lo tanto el número de trabajadores que quedarán excluidos de las pensiones. Al haber menos cotizantes al sistema de pensiones, se quiebra cualquier sistema de pensiones.
En los últimos meses y semanas se ha venido discutiendo la necesidad de una reforma al sistema de pensiones. Muchos se han pronunciado por aumentar la edad de jubilación, de 65 a 67 años, así como por subir las aportaciones de los trabajadores y fomentar el ahorro voluntario, y por diversificar las inversiones de las Afores en la búsqueda de altos rendimientos, para así tratar de mejorar las pensiones.
La propuesta de aumentar la edad de jubilación que viene aplicándose desde hace años, no ha generado efectos positivos sobre el sistema de pensiones, solo actúa en detrimento de las prestaciones laborales de los trabajadores. El promover y aumentar el ahorro voluntario, así como las aportaciones de los trabajadores, vendría a disminuir su ingreso disponible, lo que contraería la demanda, la producción y la generación de empleo, es decir, acentuaría la crisis, y reduciría el número de cotizantes al sistema de ahorro para el retiro y continuaría comprometiéndose las jubilaciones de los trabajadores. Las Afores quieren canalizar los fondos a los mercados de capitales, sin considerar la vulnerabilidad y la crisis que éstos enfrentan que han reducido el valor de los fondos de pensión.
Para ampliar la cobertura y evitar mayor crisis en el sistema de pensiones, la política económica debe poner en el centro el objetivo de pleno empleo formal, para que haya mayor número de cotizantes para asegurar pensiones presentes y futuras. El gobierno debe desempeñar un papel principal, dado que el sector privado no va generar un empleo si no recibe más de lo que va a gastar en su contratación. Y para ello, el gobierno debe incrementar el gasto público, así como instrumentar política industrial y agrícola, una política monetaria y crediticia a muy baja tasa de interés, y revisar la apertura comercial para evitar filtraciones de demanda al exterior. Hay que impulsar efectos multiplicadores internos para recuperar capacidad productiva y empleo que se han perdido y que permita incrementar salarios y el número de cotizantes al sistema de pensiones para asegurar fondos de pensión que permitan jubilaciones dignas.
De seguir la austeridad fiscal, las altas tasas de interés, como los tratados de libre comercio, se atenta sobre la generación de empleo formal, por lo que no hay viabilidad de que se pueda ampliar el número de población ocupada sujeta al sistema de pensiones.
Los representantes de las Afores se oponen a la propuesta que han hecho algunos legisladores de que los recursos pensionarios pasen a ser administrados por el gobierno. Dicen que ello resulta inviable y que actuaría contra los trabajadores. Su argumento es que “no se tendría el capital que hoy tienen las Afores en tecnología para invertir y generar rendimientos” El problema es que no quieren que se les quite el manejo de dichos fondos, debido a que han representado altas ganancias para ellos. También señalan que “la historia nos ha demostrado que el gobierno no es un buen administrador de pensiones”. Ello refleja que no hay posición autocrítica de parte de las Afores, pues ellos han sido malos administradores de tales recursos, ya que han especulado y lucrado a su favor. Han actuado en detrimento de los intereses de los trabajadores y del crecimiento económico del país, debido a que no han canalizado los recursos para aumentar la inversión y el empleo en el país, y no han mejorado el rendimiento de las jubilaciones.