La Guerra es la Paz… según Donald Trump
Foto: John Macdougall / AFP
Por Jurgis R.
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 01 de julio de 2020.- El 26 de junio de 2020 el “mejor” presidente de los Estados Unidos, según sus propias y modestas palabras, Donald Trump dijo: “Hemos reconstruido totalmente al ejército. Algunos dirán que nos ‘pasamos de presupuesto’. A esa gente les respondo: ‘Déjenme decirles algo: no importa el presupuesto cuando se trata de las Fuerzas Armadas’”.
Palabras más, palabras menos, lo que el presidente estadounidense dijo fue lo siguiente:
- Me importa un carajo los más de 40 millones de pobres en Estados Unidos, ¿por qué invertir en su educación o en su salud? Lo que importa es subvencionar a las humildes empresas como Boeing o Lockheed Martin, quienes del año 2016 a 2017 recibieron 160 mil y 145 mil millones de dólares respectivamente.
- Qué importan las 125 mil personas fallecidas y los dos millones y medio de contagiados por COVID-19; lo que realmente importa es modernizar las ojivas nucleares y otras armas de destrucción masiva.
- Por qué invertir en la salud de los estadounidenses (Medicaid y Medicare), si a las farmacéuticas les está yendo de maravilla. Además, tenemos a Dr. House para salvarnos.
- Para qué invertir en la Organización Mundial de la Salud y combatir la pandemia por COVID-19, si todo es una “patraña china”.
- Para qué hacer de las universidades estadounidenses un sistema público y gratuito, eliminando las draconianas deudas de los estudiantes. Se tiene que invertir en aviones de guerra y municiones para su exportación al resto del mundo.
- Buena nueva a las armas, no olviden que la Guerra es la Paz, la Libertad es la Esclavitud y la Ignorancia es la Fuerza.
Seguramente George Orwell no estaría contento por haber tenido toda la razón al describir el uso de doblepensar y la neolengua del mundo tripolar (Estados Unidos–Rusia–China), así como la guerra permanente.
Aunque el delirio militar no es único de Donald Trump. En 2016 el Premio Nobel de la Paz, Barack Obama, vociferó que “Estados Unidos es la nación más poderosa de la tierra […]. Nadie se le acerca. Gastamos más en nuestro ejército que las ocho naciones que nos siguen juntas”. En aquel año, el presupuesto armamentista conjunto de China, Rusia, Arabia Saudí, Francia, Reino Unido, Alemania, Japón e India, alcanzó 607 mil millones de dólares contra los 640 mil millones de dólares de los Estados Unidos.
Hoy, Estados Unidos gasta más en armamento que las 11 naciones que le siguen juntas. De acuerdo al Instituto Internacional de Investigación sobre la Paz de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés), en el año 2019 su presupuesto alcanzó los 735 mil millones de dólares.
Para tener una idea de esa cantidad de recursos destinados a la industria militar de nuestro “pacífico” vecino, representa alrededor del 70% del Producto Interno Bruto (PIB) de México. En una comparativa global de recursos militares, en 2019 se invirtieron 1,9 billones de dólares. Sí, casi el 200% del PIB de México, país que tampoco es la última economía del planeta.
Por si lo anterior no fuera suficiente, de acuerdo al informe Don’t Bank on the Bomb 2019, de 2017 a 2019 se invirtieron 748 mil millones de dólares en armas nucleares. Todo para garantizar la seguridad del mundo, pues no hay que olvidar que La Guerra es la Paz.
El mundo de la guerra absorbe vitaminas y fortalece su salud en medio de la pandemia, muchos negocios y economías decrecen, pero no los de la guerra, ¿por qué?
Quizá el filósofo griego Heráclito de Éfeso no se equivocó al sentenciar que “la guerra es común a todo, la madre de todo, la reina de todo”. En su sentencia vale recordar que las armas no se hicieron con el objetivo de crear empleos, sino para intimidar y coaccionar; no se producen para promover la solidaridad y concordia entre las naciones, sino para asesinar.
Tal parece que cuando habla el presidente de Estados Unidos, resuenan las palabras de tipos como Filippo Marinetti, el poeta de Mussolini, quien expresó: “Glorifiquemos la guerra —la única higiene posible para el mundo—, el militarismo, el patriotismo [nacionalismo] el gesto destructivo de los portadores de la libertad […]. Solo la guerra sabe cómo rejuvenecer, acelerar y agudizar la inteligencia humana, cómo aumentar nuestra alegría y liberarnos del exceso de las cargas cotidianas”.
No hace falta estudiar la historia completa de la humanidad para darse cuenta que una “refrescante” guerra como “gesto destructivo de los portadores de la libertad” está a la vuelta de la esquina. Armas, dinero y poder, qué más se puede pedir para Hacer Grande a América otra vez.