La Inflación en EUA y México

Por Arturo Huerta González

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 16 de noviembre de 2021.- En el mes de octubre se igualaron la inflación anualizada de Estados Unidos (EUA) y la de México en 6.2%, como consecuencia del aumento de los precios de los combustibles, de la energía, de los alimentos, como por los problemas de desabasto derivados de rezagos de las cadenas de suministro, tanto por el freno de la producción por la pandemia, como porque los contenedores están amontonados en diversos puertos a nivel mundial.

Es difícil que la inflación mundial se reduzca en el 2022, debido a que se tiene que destrabar y superar dichos problemas, lo que llevará tiempo, por lo que seguirán las presiones inflacionarias. En EUA, ello llevará a que la Reserva Federal adelante el alza de la tasa de interés para tratar de frenar la inflación. El problema es que se frenarán las inversiones para encarar los embotellamientos existentes en los puertos y en las cadenas de producción. Por otro lado, ocasionará vulnerabilidad en los mercados de capitales y de divisas a nivel mundial. El dólar se fortalecería y se devaluaría la mayoría del resto de las monedas, debido a que habría salida de capitales hacia el mercado financiero en EUA. De hecho, en México de enero a octubre han salido 3,598.1 millones de dólares de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), a pesar de que ésta se ha incrementado en 23.9% en lo que va del año, al 12 de noviembre, a diferencia del Dow Jones que muestra un crecimiento en el mismo período de 18%. A ello se suma la salida de capitales del mercado de dinero, que de enero a octubre del 2021 los valores gubernamentales en manos de extranjeros se redujeron en 13,482 millones de dólares. De ahí la política de Banxico de aumentar paulatinamente la tasa de interés hasta llegar al 5% el 11 de noviembre, no solo para tratar de frenar la inflación, sino sobre todo la salida de capitales para que no presione sobre el tipo de cambio. Ello les preocupa a los monetaristas, de ahí que quieren seguir estimulando la entrada de capitales financieros al país. El problema es que el alza de la tasa de interés, encarece el costo de la deuda, lo que obliga a los deudores (sector público y privado) a dedicar más recursos a pagar sus deudas a costa de reducir consumo e inversión y la producción. Por lo tanto, seguirá la escases de productos y las presiones inflacionarias, por lo que ésta no será transitoria. Tampoco frenará la salida de capitales, pues tal política frena la actividad económica, lo que aumenta la incertidumbre respecto a la estabilidad y oportunidades de inversión y de rentabilidad que puede ofrecer la economía, por lo que el capital busca otros oportunidades de inversión en otros países. Ello presionará el tipo de cambio, como sobre la tasa de interés, lo que configurará un contexto recesivo inflacionario.

La inflación es buena si la tasa de interés está por debajo de ella, lo que favorece a los deudores, para que puedan pagar y reducir su deuda y les permitiría aumentar su capacidad de consumo e inversión, favoreciendo ello el crecimiento. Sin embargo, Banxico se opone a que la tasa de interés esté por debajo de la inflación, debido a que ello afecte el sector financiero, por lo que aumenta la tasa de interés. Esto aumenta el costo de la deuda del sector público y privado, lo que implica mayor transferencia de recursos a favor de la banca, a costa de descapitalizar a los deudores y de reducir su consumo, la inversión y la producción, lo que aumentar la escases de productos y la presión sobre precios.

Los empresarios están preocupados en que la inflación lleve a aumento de salarios, y de ahí que piden cautela en dicha alza que lleva a acelerar la inflación. Ellos siempre se oponen a los aumentos salariales para no ver reducidas sus ganancias. Hay que aclarar que la inflación en el país no es por presiones de salarios. La inflación siempre crece por arriba de los salarios, lo que reduce el poder de compra y por lo tanto la demanda y la actividad económica. Se requiere revertir tal situación. Los salarios tienen que ajustarse por arriba de la inflación, para aumentar el poder adquisitivo, la demanda y la actividad económica y la generación de empleo. Ello no aceleraría la inflación, pues al ser acompañado de una política industrial y agrícola, se incrementaría la producción y la oferta por lo que se reduciría la escasez de productos y las importaciones, y por lo tanto la inflación.

 

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