Periodistas Unidos. Ciudad de México. 11 de octubre de 2021.- ¡Por fin le fue entregada la medalla Belisario Domínguez a la Maestra: Ifigenia Martínez ¡Esto debió ocurrir en 2014, pero el PRD la vetó e hizo que se la dieran al escrito Eraclio Zepeda, de Chiapas. Ello debido a que doña Ifi, como le dicen sus cercanos, apoyaba a Andrés Manuel López Obrador. Miserias de la política.
Eraclio había sido un personaje de izquierda y excelente cuentista, durante muchos años, pero de 1994 a 1997 fue secretario de Gobierno de Chiapas con dos sujetos impresentables, y mandó reprimir en varios lugares al EZLN y otros grupos campesinos.
La maestra y doctora en Economía por Harvard, algo insólito en 1967 para una mujer, fue nombrada Directora de la entonces Escuela Nacional de Economía, ya que trabajaba en la presidencia de la República con Emilio Martínez Manatou. Pero los alumnos de dicho plantel, habían elegido en votación abierta y universal al gran economista: José Luis Ceceña Gámez.
Lo que trajo una disputa entre la izquierda estudiantil y algunos apoyadores de la citada economista. No pudo tomar posesión en los primeros días, aunque negoció con diferentes personajes y se acordó aceptarla si se creaba una Comisión Mixta de profesores, alumnos y dos administrativos para transformar el plan de estudios.
Ella aceptó encantada y presidió la mayoría de las sesiones, a las que llegaba constantemente con unas botas y una figura señera. Acompañada de maestros muy respetables como David Ibarra y el entonces controvertido, Gustavo Romero Kolbeck, pero también con personajes: Carlos Tello, Solón Zabre Morel y otros de izquierda.
La Comisión sesionó incluso durante el conflicto de 1968, y cuando entraron los tanques a Moscú (20-21 de agosto), alguien dio aviso y se suspendió la reunión para meditar sobre lo que ocurría en los países del mal llamado socialismo del este. Por cierto, ello permitió que los miembros de la Juventud Comunista, entre los que me contaba, exigiéramos a la dirección del PCM un encuentro, justo en la entonces Escuela, para condenar dicha intromisión en un país donde había cambios de apertura democrática con Alexander Dubcek y Otta Shick a la cabeza. Y condenar sin reservas la invasión. Lo cual aceptó la dirección comunista con algunas pésimas explicaciones.
El 18 de septiembre de ese año, la policía incursionó en la UNAM y entre los detenidos estuvo la directora Ifigenia, quien dignamente subió a los camiones del ejército con sus compañeros universitarios.
La Comisión modificó los planes de estudio, incluso introduciendo un seminario del libro fundamental de Carlos Marx, El Capital, cuyo diseñador del curso fue Ramón Ramírez Gómez, quien hizo el primer e inmenso libro acerca del movimiento estudiantil mexicano de ese turbulento y magnífico año de 1968.
La maestra Ifigenia le dio clases a los Toficos, llamados así por una golosina de aquella época que tenía como lema: “Huy, que ricos”, el trío de Carlos Salinas de Gortari, Manuel Camacho Solís y Emilio Lozoya Thalman.
Entre sus grandes obras como Directora fue el enviar a decenas de licenciados en economía a hacer doctorados en el extranjero (en ese grupo iba Napoleón Gómez Urrutia, hoy líder minero); editar un periodiquito para los estudiantes, realizado por Dolores Arana (madre de Federico, el novelista del rock); tener siempre las puertas abiertas para los estudiantes con dos magníficos funcionarios: Raúl González Avelar y Gildardo López Tijerina, que resolvían todo a la voz de “ya”; alentar las actividades culturales, entre ellas un cineclub, y tratar de innovar en la academia y en los planes de estudio siempre.
Cuando la fractura del PRI: Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo, su casa en Coyoacán fue el lugar para la formación de la Corriente Democrática y ella ganó con Porfirio la senaduría por el entonces Distrito Federal. En esos seis años- ha sido en tres ocasiones diputada y dos senadora, más asambleísta de la capital del país- sus intervenciones en tribuna hacían temblar a los economistas neoliberales y chafas de Salinas para acá.
Dolores Padierna le publicó un libro en el que colaboré brevemente, aunque lo desconozco.
Con una sonrisa y una broma constante, esta maestra no únicamente supo adaptarse al cambio del país, sino continúa siendo pionera en reforma fiscal, los problemas de la desigualad en México y los asuntos agrarios, hoy tan olvidados por eso importamos cada vez más granos del exterior.
En el primer número de la Revista México Agrario (noviembre- diciembre de 1967), que fundó mi hermano, Hugo Tulio Meléndez, aparece un artículo de ellas titulado: La inversión pública y el desarrollo agrícola, junto con textos de Cuauhtémoc Cárdenas y Rodolfo Stavenhagen.
En la recepción de la Medalla BD que le tocaba mucho antes, defendió la política energética de López Obrador, aunque éste innecesariamente se ausentó de dicho acto.
PD: En la Comisión Mixta estuvimos alumnos como Gustavo Gordillo, Óscar Levín Coppel, los trotskistas Sergio Moro- que ya hablaba de los Hoyos Negros-, El Flaco Torres y por la Juventud Comunista: Joel Ortega, Pablo Gómez y este periodista, entre otros.
¡Felicidades, Maestra!
@jamelendez44