La mala educación

Foto: Tomada de la película «La Mala Educación»

Por Jorge Meléndez Preciado

            Periodistas Unidos. Ciudad de México. 12 de agosto de 2020.- En 2004, el gran Pedro Almodóvar, estrenó una película que tituló: La mala educación. Obtuvo con ella un premio Goya. El tema era algo que sabíamos por todo el mundo y se trató de ocultar: el abuso de los sacerdotes con los niños.

            En México, hasta el momento, el caso de Marcial Maciel no ha sido condenado ampliamente ni se ha castigado a muchos de los responsables. Varios que ayudaron y financiaron a Maciel continúan siendo hombres ricos y famosos. Dos prelados defensores de Marcial han aparecido recientemente. Uno, Juan Sandoval Íñiguez, soltando tonterías de que México va al comunismo. Otro, Norberto Rivera, con el empresariado en rumbosas comidas.

            Los colegios y las universidades ligadas a los Legionarios de Cristo continúan abiertas y cobrando mensualidades de miles de pesos. Y en las de educación superior, los muchachos dicen que cuando acuden los patrocinadores religiosos, todos se pegan contra la pared para que no los violen (la Anáhuac, por ejemplo).

            Todo ello, más la privatización de las escuelas es la forma contrahecha de la educación en México. Actualmente, según Alfredo Villar, dirigente de la Asociación Nacional de Escuelas Privadas (ANEP), hay 45 mil planteles que no maneja el gobierno, donde están inscritos 5.5 millones de alumnos y en los cuales hay 485 mil trabajadores, entre docentes y administrativos (todos pésimamente remunerados).

            Según Villar, 30 por ciento de los inscritos ya no regresará a las aulas donde estuvieron, y la deserción podría ser mayor, por las condiciones económicas actuales.

            Obviamente, miles se tratarán de inscribir en el sistema gubernamental, dado que, además, las clases serán a distancia, por medio de la tan denostada televisión. El aparato que hay más en las casas:  92.5 de hogares. En tanto el internet, en todas sus modalidades: computadoras, celulares, dispositivos, etc., sólo existe entre el 67 y el 72 por ciento, entre sitios y ciudadanos.

            En algunos antiguos establecimientos, antaño muy prestigiados y laicos, como el Colegio Madrid, el pago de tres alumnos (me comenta un amigo que tiene a sus hijos en el lugar), es de 70 mil pesos mensuales. Pero, además, hay que desembolsar para la inscripción, transporte (se necesite o no), prácticas de campo y muchas otras cuestiones.

            En estas épocas de adelgazamiento y hasta la extinción de la antigua clase media, el asunto se vuelve imposible. Por lo que se tendrán que incorporar millones al nuevo sistema que podrán en acción la SEP a fines de este mes. El cual, por cierto, ha sido criticado por articulistas como Manuel Gil Antón (El Universal, 8 de julio) y Raúl Trejo Delarbre (La Crónica, 10 de julio), entre muchos otros.

            Regresando a la educación privada, existen casos en donde el sistema de admisión a las universidades, posibilitó que algunos rectores se hicieran millonarios. En la BUAP, me comentan, durante años las administraciones rechazaban a miles, pero les otorgaban (es un decir) medias becas para que pudieran ingresar a una supuesta universidad con el nombre más extravagante que se le ocurra. Aunque las mismas eran   propiedad de los familiares de Rectores. (¿Lo sabrá el subsecretario Luciano Concheiro y hará algo al respecto?)

            Al final, ni el alumno aprendía con profesores mal pagados, ni los docentes podían dedicarse a atender a grupos amplios y los problemas se resolvían con corrupción por todos lados. Los ganones eran los ex rectores de las universidades públicas.

            La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), a cargo de Ricardo Sheiffield, ha recibido 307 demandas por pagos que hicieron los padres con anticipación y no se les quiere regresar el importe. El dirigente de las escuelas privadas se niega a llevar a cabo el retorno alegando que: la educación no es un asunto mercantil (sic que saca la chequera).

            Po cierto, el periódico: Reforma tiene un suplemento de Universidades en el cual se hace un puntaje de las carreras más sobresalientes cada año. La FCPS de la UNAM, en el área de Comunicación, donde laboro hace tres décadas, aparece, siempre, muy arriba de varias instituciones privadas. Una muestra de la buena educación.

            Acerca de la nueva forma de dar clases a distancia, sus problemas y ventajas, comentaré próximamente.

jamelendez44@gmail.com

@jamelendez44

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